NÚMERO (XVII)

 

      

EN TORNO A LAS INVASIONES INGLESAS

ALGUNOS DOCUMENTOS

Y TESTIMONIOS ESCLARECEDORES

   El cruento enfrentamiento argentino-británico por las islas Malvinas nos ofrece una oportunidad más que óptima para traer a la memoria el contenido de ciertos documentos y testimonios, relativos a las invasiones inglesas de 1806 y 1807, sumamente esclarecedores.

   Hay, en efecto, ciertos pormenores de la historia argentina que se han escapado o han sido ocultados y que brindan un panorama altamente revelador sobre los orígenes recónditos de una línea histórica traidora y antipatriótica que, sin duda, aún hoy en día tiene profundos efectos y prolongaciones.

1. INSIDIAS Y MAQUINACIONES DESDE LONDRES

   Las invasiones inglesas de 1806 y 1807 no se produjeron por generación espontánea; por el contrario, estuvieron precedidas de numerosas insidias y maquinaciones políticas cuyo análisis nos ofrece resultados cada vez más sorprendentes. Dejemos hablar a los documentos:

   "Alguna vez he hecho mención de hallarse todavía aquí el ex-jesuita Godoy, que vino durante la guerra y trajo malos proyectos. No se le ha dejado de observar, aunque es muy astuto y procura guardarse.

   En este instante me viene la especie que ha mudado de habitación y se ha puesto (como suele practicarse cuando se exige reserva) en casa de un mensajero, suponiéndoseme que es con la formal intimación de no tratar con español alguno. Me añaden que, consecuentemente con esta disposición, partirá en breve dicho sujeto para América, y verosímilmente para la Mar del Sur; pero aún no han podido rastrear si irá solo o acompañado, con fuerzas o sin ellas, y por qué rumbo...

   Haya o no expedición de enemigos contra aquellas partes, es preciso suponer que los deseos de esta nación son contrarios desde la separación de sus colonias, con que está rabiosa; y en dichas provincias se debe siempre proceder como si estuviésemos en guerra viva" *[1].

   En carta del 21 de diciembre de 1783, dirigida a Pitt o alguno de sus secretarios, en forma confidencial y bajo el supuesto nombre de don Juan, Godoy propone un plan para unificar Chile, Perú y la Patagonia bajo un solo gobierno, lo que se realizará con ayuda de Inglaterra, señalando las grandes ventajas económicas que proporcionaría a la potencia protectora dicha operación [2].

   El 28 de enero de 1791, Francisco de Miranda, escribe a Pitt[3]:

   "Unos cuantos ex-jesuitas naturales en Chile y México, hoy desterrados, radicados en Italia y mal tratados allí pueden ser de gran utilidad para dirigir los nuevos establecimientos y las relaciones comerciales que se inicien entre los naturales y los ingleses en las costas de la América del Sur, relaciones que se extenderán luego a las grandes ciudades del continente por medio de su influencia y amigos".

   Recordemos que la Compañía de Jesús había sido expulsada de los dominios españoles por decreto de rey Carlos III del 2 de abril de 1767 y que, posteriormente, había sido abolida a perpetuidad como instituto religioso por el Papa Clemente XIV mediante Breve del 21 de julio de 1773. Se encontraba, entonces, en una verdadera diáspora; y en tal situación resultaría particularmente interesante develar el significado de la "influencia y amigos" del documento transcripto. Según surge de algunos autores, muy posiblemente la influencia y amigos que había dejado la ex Compañía de Jesús se reclutaban entre los elementos llamados criptojudíos que tanto envenenaron con sus conspiraciones la vida política española, y que servían de base a la Compañía para el comercio o las acciones políticas. A nuestro juicio, en este tema la cuestión central reside en las supuestas conversiones al cristianismo, que nada tenían que ver con la religión sino con una apertura de acceso y conquista del poder por parte de ciertos elementos y, al mismo tiempo, la intrincada trama política y social que esos elementos llegaron a conformar[4].

   Coincidentemente, en una memoria anónima de procedencia francesa existente en el Archivo Nacional de París, Policía General, Asuntos Políticos (Cartón 76138 B) se dice[5]:

   "Conviene observar que la Corte de Saint James que ha tiempo se complace con esta idea (la emancipación de Sud América) mantenía a sus expensas, no sólo en el pais pero en la Inglaterra, varios agentes que no se conocían entre sí. A causa de ello Miranda hallándose en Londres precisamente al mismo tiempo que el ex jesuíta D. Juan Pablo Viscardo, no le conoció en vida. Este ex-jesuita a quien el gobierno otorgaba una pensión de 300 libras, murió en Londres en la soledad más completa hacia febrero de 1798 y de tal manera le había descontentado la perfidia del gabinete inglés que, no sabiendo a quién legaría sus papeles los dejó a Mr. K, pero como este americano desconocía el español los remitió a Miranda para que los tradujese, ya al francés, ya al inglés, y sólo al hojear estos voluminosos^ papeles, he podido convencerme de la participación de los ingleses en el alzamiento de los indios bravos de Sonora".

   El 26 de febrero de 1798, Mr. Rufus King, ministro plenipotenciario norteamericano en Londres, escribe a su Secretario de Estado [6]:

   "Me he encontrado aquí con varios jesuítas de la América del Sur y me he captado su confianza. Ellos tienen en mira la emancipación de aquellas regiones y han permanecido largos años en este país al servicio de Inglaterra y pagados por ello...".

   Luego de desertar del ejército español, Miranda pasa primero a Estados Unidos, luego a Inglaterra, donde se transforma en agente pago británico, recorre Europa donde se le abren todas las puertas y llega hasta la corte de Catalina la Grande. En todos los casos, de la documentación sobre Miranda resulta un perfil humano notablemente contrapuesto al mítico paladín de la libertad americana que inexplicablemente se ha querido frecuentemente presentar. Más allá de sus declamaciones —que jugaron su parte en una profunda guerra antiamericana desde el lenguaje— no cabe la menor duda que Miranda fue agente pago de Inglaterra y factor de facciones contrarias a la unidad Iberoamericana. En suma, uno de esos personajes que también hoy existen... [7].

2. EL CONCEPTO DE EMANCIPACIÓN

LOS AGENTES A SUELDO DE INGLATERRA

 

   El siguiente documento debe ser considerado atentamente[8]:

   "Ninguna potencia puede hacer con mayor facilidad que Inglaterra (rechazo de la dominación española por los americanos y formación de un gobierno libre, sabio y equitativo), de acuerdo con los principios de justicia y perfecta reciprocidad con respecto a España, y para su propio bien. Sudamérica puede ofrecer con preferencia a Inglaterra un comercio muy vasto y tiene tesoros para pagar puntualmente los servicios que se le hagan... y aun para cubrir parte esencial de la deuda nacional de Inglaterra.

   Por tales razones, conociendo este importante asunto de interés mutuo para ambas partes, la América del Sur espera que, asociándose con Inglaterra por un pacto solemne, estableciendo un gobierno libre y similar y combinando un plan de comercio recíprocamente ventajoso, ambas naciones podrán constituir la unión política más respetable y preponderante del mundo. Considerando la analogía de carácter que existe entre las dos naciones, y los resultados que naturalmente han de derivarse de la Libertad y de un buen gobierno que dé instrucción a la masa general de los hombres, con lo cual se disiparán los prejuicios religiosos que ofuscan la mente de este pueblo...".

   En este tipo de prédica y de acción política se encuentra evidentemente la piedra miliar del liberalismo iberoamericano que pretendió desarraigar a nuestros pueblos para colocarlos al servicio de los intereses mercantiles de Inglaterra. Esta mentalidad insidiosa en favor de una potencia extraña y extranjera desdichadamente ha guiado los pasos de varias generaciones en importantes sectores sociales de los pueblos sudamericanos. De esta mentalidad surgirá, por ejemplo, en la Argentina la tendencia frecuentemente antinacional del partido unitario en muchos asuntos, tendencia que no nace, como muchos ingenuos pueden suponer, sólo de las sectas masónicas sino también del catolicismo tridentino en descomposición, frecuentemente inspirado en el espíritu de la Compañía de Jesús.

3. LAS INVASIONES[9]

   "Domingo 14 de octubre de 1804. Después de la conferencia en Wimbledon, el viernes a la noche, referente a Sudamérica y al deseo de Lord Melville de entrevistarse el martes con el General Miranda, consideré correcto ver al General con el fin de obtener informaciones que me permitieran en los términos más concisos posibles, sus gestiones subsiguientes para dejar el servicio de España y el estado en que se encuentran sus gestiones en favor del gran objetivo que le indujo a abandonar su país: la emancipación de Sud América de su gobierno tiránico, su administración opresora, sus exacciones arbitrarias. El siguiente punto desde Europa, debe ser por cierto Buenos Aires, y para llevar a cabo este objetivo sería necesario contar con una fuerza de tres mil hombres, porque debe considerarse que es realmente una operación militar, para lo cual sin embargo, se le podría facilitar su éxito si se comprometiera a dos o tres sudamericanos para cooperar con la expedición, explicando a sus compatriotas el gran objetivo de la empresa.. .".

   Proclama del Virrey [10]:

   "Por cuanto la ciudad de Buenos Aires ha sido ocupada por las armas inglesas el 27 de junio del mes próximo pasado y poseída por capitulación en que no ha entrado mi persona, para atender en gobierno superior de las Provincias que componen el Virreynato del Rio de la Plata... hago saber a todos los habitantes de esta ciudad y a los demás de la comprensión del mismo Virreynato, del propio distrito de Buenos Aires por no haber ocupado los enemigos sino sólo dicha ciudad que atendiendo a ser ésta de Córdoba la más inmediata de las de primer orden, he resuelto declararla como la declaro por capital de dicho Virreynato entretanto Buenos Aires vuelve al dominio del Rey Nuestro Señor".

   "Crónica de Córdoba"  [11]:

   "...Se ha dicho que el marqués de Sobre Monte fue un cobarde y que huyó a Córdoba. ¡No! ¡Es inexacto! Ni fue cobarde ni huyó. No podía ser cobarde quien poco antes de la invasión había desalojado a los portugueses de Cerro Largo y Yaguarón... A principios de Julio llegó Sobre Monte y a fines del mismo mes tenía reunidos tres mil hombres bajo sus órdenes. El Virrey se aproximó a Buenos Aires antes de ser reconquistado por Liniers. Supo lo ocurrido el 12 de dicho mes de agosto en Fontezuelas... Sobre Monte hizo jornadas de diez leguas saliendo de Córdoba diez días antes de la Reconquista. Cualquiera que sepa lo que es mover un ejército de tres mil hombres ha de sorprenderse de la diligencia y prontitud de aquel movimiento. Hemos hablado al respecto con militares veteranos e instruidos, y todos ellos han estado concordes en que el camino recorrido en una semana por Sobre Monte sólo pudo hacerse a marchas forzadas. Pero había intención de presentar a Sobre Monte frivolo y cobarde, y por esto se ocultaban los hechos discurriendo de modo antojadizo".

   Uno de los oficiales de la expedición británica, Alexander Gillespie, narró cómo en determinados círculos porteños se recibió a los ingleses con mucha simpatía y apoyo. Muchas casas se abrieron para alojarlos, eran invitados a tertulias y saraos, siendo común ver caminar a oficiales ingleses por las calles acompañados por ciudadanos de alcurnia. Todas las noches, dice, era visitado por algún criollo que firmaba un libro especial que tenía al efecto, y por el cual ese nativo se comprometía con juramento de fidelidad a la Corona Británica. Producida la Revolución de Mayo, Gillespie informa que tres miembros de la Junta integraron la lista de juramentados...[12].

   "No dudemos ni olvidemos —anota Saavedra en carta a Viamonte del 27-6-1811— que éstos [se refiere a Castelli, Rodríguez Peña, Vieytes, Beruti, Larrea] fueron afectísimos a la dominación inglesa y que querían se perpetuasen las cadenas de Buenos Aires en ella; que algunas cartas vimos en las gacetas de Montevideo, "Estrella del Sur" del gran patriota Vieytes con el nombre supuesto de Anselmo Naiteiu, y otras con el de su sacristán Beruti, bajo de otro que no me acuerdo, en que bien claro manifestaban su adhesión a aquel gobierno. Esto es un hecho que todos lo vimos, y también retirarse al campo y dejar las armas cuando se acercaba la última invasión, por no propender por su parte a privar a su patria de los beneficios que se esperaban de aquel gobierno"[13].

   Beresford en carta al War Office, señala otros apoyos aún más significativos recibidos en Buenos Aires [14]:

   "Tengo suma satisfacción en decir que si hay una orden del pueblo que más que nada desea ser liberada del gobierno de España, es el clero; ellos... han declarado más abiertamente sus sentimientos de lo que aparece, para ser políticos, de las presentes circunstancias; los cuales pueden verse en un discurso que me leyó públicamente el Prior principal de los Predicadores en compañía de los otros prelados regulares de Buenos Aires y luego me entregó y hasta desea haberlo publicado".

   El texto obrante en el War Office, dice:

   "Excelentísimo Señor: Venimos a nombre de los cuerpos que representamos y en cumplimiento de las capitulaciones celebradas ayer con esta ciudad a dar a V. E. la debida obediencia y las gracias más afectuosas por la humanidad con que han tratado a este honrado y fiel vecindario las armas victoriosos de V. E. Y aunque la pérdida del gobierno en que se ha formado un pueblo suele ser una de las mayores desgracias, también ha sido muchas veces el principio de sus glorias, y no me atrevo a pronosticar el destino de la nuestra; pero así aseguro que la suavidad del gobierno inglés y las sublimes calidades de V. E. nos consolarán en lo que hemos padecido ayer. Pues aunque nosotros y V. E. profesamos distinta Religión, ambos debemos convenir en que hay un Dios que premia a los buenos y leales y castiga a los malos y pérfidos. Este principio sagrado y la fidelidad inviolable a la palabra, que hace uno de los ornamentos principales de la nación inglesa nos inspira la mayor confianza de que V. E. observará religiosamente cuanto nos ha concedido con tanta discreción como generosidad; y esperamos que V. E. nos haga la honra de persuadirse que no sólo no faltaremos en cosa alguna a lo prometido por nuestra parte, sino que nuestra conducta y persuasión servirán de ejemplo y estímulo a los demás.

   La Religión nos manda respetar a las potestades seculares y nos prohibe maquinar contra ellas sea la que fuere su fe; y si algún fanático o ignorante atentase contra verdades tan imperiosas, merecería la pena de los traidores a la patria y al Evangelio. Yo confío en aquel Dios que es el arbitro soberano de la muerte de los imperios".

   Otro documento, entre tanto, nos da una idea algo distinta de los rasgos del humanitarismo inglés[15]:

   "...Al amanecer del día cuatro concurren a la Sala varias personas afligidas y angustiadas refiriendo que los enemigos en todas las casas y quintas por el contorno de los Corrales de Miserere, y aun por las inmediaciones de La Piedad, están cometiendo el más cruel saqueo, con disimulo de sus Jefes y Oficiales, robando al pillage, asesinando a hombres enfermos, ancianos, mujeres y niños, executando infinitas otras atrocidades sin que súplicas ni ruegos, ni llantos, puedan contener el furor y la rabia de aquella gente inhumana, bárbara y cruel que han entrado como lobos...".

4. CONCLUSIONES

   Dejamos las conclusiones a cargo del lector inteligente que, si tuviere vocación historiográfica, bien podrá confrontar los documentos que exponemos con sus fuentes, o con otros documentos que corroboren o modifiquen, total o parcialmente, la impresión que surge de aquéllos.

   Sólo una reflexión queremos adelantar, que viene al caso dadas las especialísimas circunstancias que hoy atraviesa la Argentina. Existe un tenaz y sistemático silencio en torno a determinadas coincidentes cuestiones de la historia argentina. Quizá los herederos de aquella facción pro-británica de 1806 fueron guardando —al menos en ciertos círculos decisivos— la continuidad de la línea histórica entonces iniciada. La apenas disimulada vergüenza o complejo de inferioridad introducido en determinados sectores sociales en cuanto a las calidades hispánicas y nacionales de nuestro país con respecto a todo lo proveniente del mundo anglosajón parece confirmar esta probabilidad. Quizá pueda señalarlo, entre otros testimonios, la presencia de los retratos de los almirantes ingleses en el Círculo de Armas, o el retrato de Beresford en el Jockey Club ("Homenaje a quien primero introdujo en el país los pura sangre"!!!). Con frecuencia conductas de este calibre coinciden con una proclividad política y económica a favorecer poderes internacionales antiargentinos.

   Emerge aquí una de las más hondas tragedias argentinas: un sector presunto del patriarcado, a la inversa de lo que ocurre con las verdaderas aristocracias, siempre maneja los resortes decisivos del poder y la cultura en contra de la tierra que lo vio nacer y de la Nación que le dio el ser que tiene. ¿Por qué?

 

   ANTE LA GUERRA QUE NUESTRO PAÍS SOSTIENE POR LA RECONQUISTA DE LAS ISLAS MALVINAS, LOS CATÓLICOS ARGENTINOS DEBEMOS REZAR POR LA VICTORIA DE LAS ARMAS DE LA PATRIA

NO SOLO POR LA PAZ.

 

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FIDELIDAD A LA SANTA IGLESIA

PORTADA


   NOTAS

  • [1] M. Batllori S. J., "Maquinaciones del Abate Godoy en Londres..." En "Archivum Historicum Societatis lesu", XXI, fac. 41 (Roma 1952), 84-107. 

  • [2]  Chatam Papers P. R. O. 30-8-345.

  • [3]   Rubén Vargas Ugarte S. J., "La Carta a los Españoles Americanos de Viscardo y Guzmán", Lima 1971, pág. 49.

  • [4]  Entre otras, el lector interesado puede revisar las siguientes obras: Antonio Domínguez Ortiz: "Los judeo conversos en España y América", Madrid 1971; Seymur B. Liebman: "Los judíos y América Central" (fe, llamas e inquisición), México 1971; Julio Caro Baroja: "Los judíos en la España Moderna y Contemporánea", Madrid 1978; Carlos A. Disandro y Jorge L. Street: "La Compañía de Jesús contra la Iglesia y el Estado", La Plata 1972; Lucía García de Proodian: "Los judíos en América", Madrid 1966; José Goncalves Salvador "Cristaos novos, jesuítas e inquisicao", Sao Paulo 1966. Y una obra más antigua pero de gran interés: tomo XX de las Publicaciones del Archivo General de la Nación: "Los judíos en la Nueva España", México 1932.

  • [5]  Vargas Ugarte, op. cit. pág. 53.

  • [6] Vargas Ugarte, op. cit. pág. 77. 

  • [7] Wiliam Spence Robertson, "La Vida de Miranda", Buenos Aires, 1947.

  • [8] Miranda, marzo 5 de 1790, Manuscritos XLV. 

  • [9] El original inglés en el Archivo General de la Nación. Carlos A. Pueyrredón, "En Tiempo de los Virreyes", Buenos Aires 1932, págs. 16 y 17.

  • [10] Mons. Pablo Cabrera, "Sobremonte, ensayos tendientes a su rehabilitación histórica", Córdoba 1929. 

  • [11] Ignacio Garzón, "Crónica de Córdoba", Córdoba 1898.

  • [12]  Alexander Gillespie, "Gleanings and remarks collected during many months of residence at Buenos Ayres...", Leeds 1818.

  • [13] Williams Alzaga, "Fuga de Beresford", Buenos Aires 1965, pág. 222.

  • [14] Williams Alzaga, "Fuga de Beresford", Buenos Aires 1965, conclusión de la documentación de págs. 222/223. 

  • [15] Acuerdos del extinguido Cabildo de Buenos Aires. Acta correspondiente al 4 de julio de 1807.

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