En Junio del 68 hab�a ingresado a laborar a ITT, una empresa de comunicaciones americana. Se daba inicio a la primera expansi�n telef�nica de 150,000 l�neas. El sistema usado era el "rotary", muy obsoleto. La red telef�nica de pa�ses vecinos como Argentina y Chile eran de polietileno y su tecnolog�a el "pentaconta". Ac� todav�a nuestros conductos subterr�neos estaban saturados por viejos cables de plomo, los cuales eran mordidos por las ratas, originando muchas aver�as e interrupciones en el servicio.
En Pueblo Libre se construy� la nueva central de la avenida Sucre para atender a los pobladores de ese distrito, parte de Magdalena.y de San Miguel. Este edificio se levant� en el terreno de un viejo cementerio. Nuestras oficinas ocupaban el s�tano y la central telef�nica el primer piso. Mr. Kane y Mr. Parker eran los jefes de planta externa. Los dos muy simp�ticos y amables en su trato, ten�an como int�rprete a Manuelito Revollar un inquieto chalaco amante de la buena comida y abundante trago. En la camioneta asignada para su movilidad a la hora del refrigerio llevaba a comer a estos �gringos� a diferentes cevicher�as y �huecos especiales� que como buen porte�o conoc�a. Es por eso que ellos en su media lengua, masticando un poco de castellano dec�an: �Comida Peruana rica. Pica bastante. Hora de ir ba�o, arder culo mucho...�. Esto nos causaba mucha hilaridad.
Manuel se re�a a mand�bula abierta y nos dec�a: �Gringos de mierda...Los estoy volviendo hombres. Si los mozos me preguntan �Los ceviches los traigo subido de aj�? Yo les respondo: Si, bien picante...�
Y as� la pas�bamos entre el trabajo y bromas a estos se�ores, cuando un d�a de Octubre, creo que fue el 3, sal� de mi casa con direcci�n a la avenida Venezuela donde tomaba la l�nea 21 que me llevaba hasta mi centro de labores y vi que hab�a ocurrido algo fuera de lo com�n, los tanques del ej�rcito transitaban las calles, los soldados se movilizaban en grupos y a paso ligero . Sub� al �mnibus e intrigado pregunt� a un pasajero:
��Que est� ocurriendo?�
��C�mo no sabe?", me respondi�, "han dado golpe de estado a Bela�nde, en la madrugada lo sacaron de palacio en calzoncillos junto con su querida Violeta Correa".
�No puede ser", le respond�.
�Pues as� es�, me volvi� a decir, "el golpista es un general que se llama Juan Velasco Alvarado".
Al llegar a la central telef�nica vi dos tanquetas estacionadas en la puerta. Mis compa�eros estaban tratando de ingresar a laborar pero los soldados no les permit�an. Ten�an �rdenes estrictas de evitarlo, un poco m�s tarde nos enterar�amos que uno de los principales objetivos de este gobierno militar era nacionalizar la empresa. Regres� a mi casa y prend� el televisor. En Palacio de Gobierno estaba juramentando la Junta Militar. En su mensaje Velasco anunciaba nuevas medidas econ�micas, hablaba de corrupci�n, de la famosa p�gina 11, de desterrar a los malos pol�ticos, se nacionalizar�an las empresas extranjeras, se entregar�a a los campesinos la tierra expropiada a los terratenientes con el argumento que ellos eran los verdaderos due�os. As� mismo se les daba un plazo (no recuerdo de cuantos d�as) para que todo extranjero que viva en el pa�s lo abandone. Pens� inmediatamente en estos dos amigos, Parker y Kane. Ellos se hab�an ganado el cari�o de todos por su amabilidad y dedicaci�n al trabajo. "�Y ahora que nos espera?", reflexion�, "no dijeron nada referente a si los empleados como yo permanecer�amos en nuestros puestos". De manera que mi preocupaci�n era normal. Por la noche en el noticiero �El Panamericano� se inform� que ITT dejaba de funcionar como tal para llamarse en adelante Compa��a Peruana de Tel�fonos Limitada. El gobierno adquir�a la mayor�a de acciones y si bien el r�gimen era paraestatal, el gobierno tendr�a participaci�n mayoritaria en su conducci�n. Indicaban tambi�n que no se despedir�a a ning�n compatriota. El nuevo gerente era un general del ej�rcito apellidado Becerra y se otorgaba, como dije anteriormente, un plazo determinado para que los funcionarios extranjeros entreguen sus cargos.
Muy apenados los trabajadores cre�mos conveniente darles una despedida en una ceremonia especial. Pero ellos hab�an pensado lo mismo y nos citaron a un almuerzo que se llevar�a a cabo en las instalaciones del hotel �El pueblo�. Acudimos todos. En la puerta de entrada, uniformadas secretarias nos hac�an firmar un inmenso pergamino donde figuraban nuestros nombres y a la vez nos entregaban un billete de color marr�n que llevaba la firma del Gerente General. Esto era su gesto personal de decirnos adi�s. 500 soles eran un dineral. Equival�a a la mitad de mi sueldo, se pod�a comprar muchas cosas con esa cantidad, pero era un recuerdo que lo conservo hasta ahora. Los ejecutivos se confund�an en brindis y abrazos con el personal, era una verdadera manifestaci�n de camarader�a y confraternidad.