Se conoce como polisemia a la variedad de acepciones que posee cada término que forma parte de nuestro vocabulario o que se le atribuyen a los signos lingüísticos. El concepto también hace referencia a la multiplicidad de significados que tiene una frase o expresión más allá de las particularidades de sus signos.
Surge por diversos motivos. Por un lado, el vocabulario figurado produce polisemia por medio de las metáforas y las metonimias. Por ejemplo: los brazos de un río, las patas de una mesa. La especialización y el lenguaje técnico también atribuyen un significado específico a ciertos términos (como en el caso del ratón en la informática)
Ejemplos de uso de las palabras con polisemia:
“Ayer comí una tarta de mango que estaba muy rica”
“Cuando fui a buscar el martillo, descubrí que el mango estaba roto”
“No tengo un mango” (frase que se utiliza en Argentina para hacer referencia a no tener dinero).