Nuestro Señor Habla a una Monja en México

Madre Concepcion (La Portavoz)

Madre Concepción Zúñiga (1914--1979) a los 28 años

 

Ciudad de México - 24 de marzo de 1969. 4:00 am Todavía estaba dormido cuando la campana estaba a punto de sonar. Justo entonces, sentí la presencia de Nuestro Señor, quien me dijo: "Levántate y escribe".

Levantándome rápidamente, me apresuré a mi pequeño escritorio; luego me dijo: "En este momento, el mundo es peor que Ninive cuando envié a Jonas para anunciar el castigo que merecía la gente de esa ciudad. Esto significa que la penitencia que debería hacerse en este momento debería ser mayor que lo que Ninive ofreció para reparar los pecados de esa generación ".

Entonces pregunté: "Señor, ¿qué pecado te ofende más?" - "Los siete pecados capitales, que se cometen con malicia refinada en la actualidad. Continúan desafiando mi justicia, hija mía; lo entiendes muy bien, porque te he instruido durante muchos años.

"¡Insista, por lo tanto! Pero dígalo tal como es: ¡ soy yo quien les advierte! ¡Ay de los hombres si no hacen penitencia, si no se arrepienten sinceramente y detestan sus pecados! ¡Ay de mis sacerdotes! Mi hija, oren y reparen, y velen por que otros oren y reparen sus pecados, debido a la gran malicia involucrada: su propia malicia, la de sus hermanos y la de sus sacerdotes.

"¡Proclama esto en voz alta! ¡Date prisa, hija mía! No temas el ridículo de nadie ni la mala voluntad de ningún ser. ¡Date prisa! ¡Deben distribuirse folletos! Este mensaje es para hoy; no se debe dejar en tu cuaderno. .. Parece que los hombres ya no tienen ninguna fe. ¡Si al menos tendrían un poco de piedad por sus almas! "

Mensaje del 29 de marzo de 1969

"Diles, hija mía, que deben ser dóciles a mi advertencia. Esta es la advertencia que mi Madre anunció recientemente en España. ¡ No habrá otra advertencia!"

Hace unos momentos, a las 7:30 de la mañana, Jesús me dijo una vez más: "Escribe, hija mía. No te detengas, ni por miedo ni por respeto humano, lo que te dije el domingo, el segundo día de este mes". , durante la Santa Misa ".

Durante el sacrificio sagrado de la misa, en el recuerdo de los muertos, Jesús me dijo:

"Diles que es repugnante para mí que reciban la Sagrada Comunión de pie y sin reverencia. Diles que me ofenden quienes reciben la Sagrada Comunión cínicamente, dando mal ejemplo, las mujeres que se acercan con la cabeza descubierta y los cuerpos desnudos. Diles que pronto el fuego descenderá del cielo si no se enmendan; serán quemados vivos y serán condenados. Porque cómo sus cuerpos entrarán al cielo para disfrutar de la felicidad eterna el día de la resurrección, si esos mismos cuerpos encuentran placer aquí abajo en pecados de inmundicia e impureza, y pecados de provocar a otros a pecar?

"¡No es bueno que puedan recibir la Sagrada Comunión, ni tampoco aquellos que la recibieron después, ni deberían recibir la última bendición, a menos que estén arrodillados! Deben acercarse devotamente para recibir la Sagrada Comunión".

"Este es el momento en que se deben ofrecer oraciones por el descanso eterno de todos los que han muerto y no han podido entrar al cielo, por falta de expiación por sus pecados. ¡Por las almas sufrientes les pido que ofrezcan estos sufragios! Pero asegúrese de decirles a mis sacerdotes que deben ofrecer el sacrificio sagrado de la Misa por motivos de devoción, y no por dinero; porque estoy cansado de su avaricia y mercantilismo "

 La Portavoz de Nuestro Señor en México

Desde 1969, Nuestro Señor ha dado mensajes universales al mundo, a través de una monja mexicana a quien llamó su portavoz (mensajero). Él le ordenó que diera a conocer estos mensajes a todo el mundo. Era una monja perteneciente a la comunidad de las Mínimas Franciscanas del Perpetuo Socorro de María, ubicada en la Villa de Guadalupe en la Ciudad de México, cerca del santuario de Nuestra Señora de Guadalupe. Las Mínimas Franciscanas fueron fundadas en Zamora, México, como Pia Union, en 1942, y se mudaron a la Ciudad de México en 1967.

Desde los 12 años recibió revelaciones del cielo. En 1931 fueron investigados y aprobados por el Arzobispo Pascual Díaz Barreto, Primado de México, y en 1941 por el Obispo Fulcheri, Zamora, Michoacán.

Maria Concepcion Zuniga

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Mensaje de Abril, 1970 -

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