Los huevos: la puesta y la eclosión

 

La fecundación

En la monta el macho deposita el esperma en la cloaca de la hembra. Los espermatozoides pueden sobrevivir hasta varias semanas dentro del cuerpo de la hembra, si durante este tiempo no se encuentran con un óvulo maduro mueren.

En el ovario de la hembra (solo es funcional el izquierdo) hay miles de óvulos potenciales, pero estos solo maduran si la hembra se encuentra dispuesta a criar. Para ello hacen falta una serie de factores, como estar junto al macho, suficiente iluminación natural, y, sobre todo, el nido. El efecto que ejerce el estar dentro del nido en la hembra es tan poderoso que incluso una hembra no emparejada puede comenzar a producir huevos (por supuesto, no fecundados) si dispone de nido. Esto es la razón por la que un nido solo se debe ofrecer si realmente se quiere que la hembra críe.

Por otro lado, una hembra que haya sido montada, pero que no disponga de nido, normalmente no pondrá huevos. Aunque reciba esperma del macho, no produce óvulos maduros.

Si se produce la fecundación, el óvulo fecundado (lo que sería la yema o vitelo) comienza su recorrido por el oviducto, donde se rodea de las membranas que lo forman: primero la clara o albumen, luego dos finas capas que después se encontrarán pegadas a la cáscara, las membranas testáceas. Luego se deposita carbonato cálcico - la cáscara. Todo este proceso previo a la puesta dura unas 24 a 48 horas, al final de este periodo de tiempo se puede apreciar el abdomen por encima de la cloaca algo abultado.

Es importante tratar a la hembra con mucho cuidado antes de la puesta, si por un golpe o algo parecido se rompe el huevo dentro del cuerpo los restos de la cáscara pueden causar heridas internas muy peligrosas para la periquita.

 

La puesta

Normalmente, la puesta ocurre unos 8 a 10 días después de poner el nido, suponiendo que la pareja de periquitos ya estaba emparejada se encontraban dispuestos a criar. La periquita pondrás sus huevos un día sí, un día no, hasta completar la nidada. Normalmente el número de huevos oscila entre tres y ocho, pero puede haber excepciones tanto por arriba como por debajo de este número.

Reconocer problemas con la puesta

Si tienes una hembra que está poniendo, vigílala muy bien para reconocer cualquier síntoma de problemas con la puesta (huevo bloqueado): la hembra permanece con el plumaje inflado, respirando forzosamente. Normalmente no come y rechaza la comida del macho. Algunas hembras se arrancan las plumas alrededor de la cloaca. Según va pasando el tiempo la hembra se debilita más y más: entonces se acuesta boca abajo y se le ve completamente apático. ¡Un huevo bloqueado puede llevar a la muerte en menos de 12 horas! Una periquita afectada necesita ayuda urgentemente. Siempre viene bien tener a mano la dirección de un veterinario especializado en aves.

La puesta significa un esfuerzo bastante grande para la hembra, pero se recupera rápidamente.

Si tu periquita puso más de cinco huevos, deberías sustituir los que pasen de este número por huevos de plástico o esterilizarlos, simplemente porque en nidadas mayores los polluelos reciben menos atención y comida, quedando más débiles y además significa un enorme esfuerzo para los padres sacar adelante tantos pequeños. Si tienes varias parejas criando puedes intentar "colar" los huevos en otro nido con menos huevos, normalmente la periquita adopta los huevos extraños sin problemas. Eso sí, sustituye los que vayas quitando, de lo contrario la periquita no dejará de producir más.

 

La incubación

Normalmente la periquita empieza a empollar a partir del primer huevo, con lo que los pequeños también nacerán con dos días de diferencia en el orden de puesta de los huevos. Solo la hembra incuba, es muy raro que deje entrar al macho al nido (aunque en ocasiones puede ocurrir). Éste normalmente es el encargado de llevar comida a la hembra.

Hasta que nace el primer polluelo pasan 18 días de media, pero un día más o menos todavía es normal, dependiendo sobre todo de la intensidad con la que la periquita incuba, si pasa todo el día en el nido o si entra y sale más.

Durante la incubación, la hembra pierde algunas plumas de la barriga, y en una zona delimitada del vientre bajo aumenta la irrigación sanguínea, la piel aparece más enrojecida. Estos cambios posibilitan un mejor contacto de los huevos con la piel de la madre, para calentarlos más eficazmente.

No te extrañes si ves que la hembra de repente produce pocas, pero enormes "caquitas". Como solo abandona el nido pocas veces al día para depositar sus heces, éstos se acumulan. Es algo normal y nada preocupante.

Tampoco te preocupes mucho si algún huevo aparece un poco manchado de sangre, normalmente proviene de una pequeña herida o desgarre que la hembra se pudo haber hecho durante la puesta, y en este caso no es peligroso. Otra cosa es si el huevo aparece lleno de sangre, y la hembra sangra de la cloaca: esto indica una herida interna y requiere atención veterinaria inmediata.

¿Fecundados o no?

Justamente después de a puesta no es posible reconocer si un huevo está fecundado o no. A partir del sexto día se forman pequeños capilares dentro del huevo, que a contraluz dan una apariencia un poco más oscura al huevo. Para comprobarlo, se sacan los huevos con mucho cuidado y se colocan frente a una bombilla muy fuerte.

A medida que va creciendo el embrión, el huevo se sigue oscureciendo progresivamente, incluso a simple vista se ve un poco más oscuro frente a un huevo no fecundado. Si se forman manchas irregulares en la cáscara es probable que el embrión haya muerto.

Puedes dejar los huevos no fecundados en el nido, no hacen daño. Pero mejor quítalos cuando hayan salido todos los polluelos, si se rompe alguno lo que sale es simplemente asqueroso y todo menos sano para la periquita y las crías.

No abuses, solo saques los huevos para controlarlos cuando la hembra se encuentre fuera del nido por unos momentos. manipúlalos con mucho cuidado, no los agites y lávate los manos antes. Nunca los mojes y no los sometas a cambios bruscos de temperatura.

 

La eclosión

Las crías eclosionan en el orden de puesta, es decir, un día sí, un día no. Uno o dos días antes de eclosionar el polluelo empieza a moverse dentro del huevo y a darse la vuelta sobre su propio eje. A veces durante este tiempo ya se pueden oír pequeños pitidos procedentes del polluelo.

Dentro del huevo, el polluelo saca la cabeza de la posición embrional debajo del ala derecha, y estira el cuello. Encima del pico el pequeño tiene un bulto con el que da golpes contra la cáscara, el llamado diamante o diente del pico. Este bulto se cae pocos días después de la eclosión.

Después de romper las membranas testáceas el polluelo puede acceder al aire que se encuentra en la cámara de aire, una separación de las membranas y la cáscara en el polo más plano del huevo. El polluelo empieza a respirar. Luego el polluelo empieza a darse la vuelta dentro del huevo, rompiendo la cáscara. Muchas veces la madre ayuda al polluelo a eclosionar, pero algunos también lo consiguen por si mismos.

Cuando la cáscara esté separada en dos partes, el polluelo se estira, separándolos. Así ya puede salir del huevo definitivamente.

¿Ayudar a eclosionar?

Algunas veces el polluelo no puede eclosionar con fuerza propia, o porque la cáscara es demasiado gruesa, o porque el polluelo es débil. Y ahí también está el problema: un polluelo que no es capaz de eclosionar será una cría muy débil, es muy probable que después muera en el nido. Y si crece puede ser un periquito pequeño, propenso a sufrir enfermedades o portador de un defecto génico. Es lógico hacerse la pregunta si no es mejor dejar que la naturaleza siga su curso, aunque esto signifique la muerte del pequeño.

Pero por supuesto problemas al eclosionar pueden tener otras razones también: cáscara demasiado gruesa, membranas testáceas muy resistentes... Puede que se hayan secado si hace mucho calor y la humedad ambiental es baja. En este caso, incluso un polluelo sano y fuerte puede tener problemas al eclosionar.

Muchas veces ayuda la propia periquita, si no lo hace e intentamos hacer de "matrona" aunque no haya llegando el momento de la eclosión, o lo hacemos mal, podemos hacer más daño del que ya había.

En general, más recomendable que intentar sacar al pequeño del huevo es asegurar una correcta humedad ambiental, para ello puedes rociar el nido por fuera (¡!) con un poco de agua, y si la habitación es muy seca, colocar un humidificador eléctrico. Además, procurar que al nido no le de el sol.

Si aún así un polluelo no logra eclosionar y la periquita no le ayuda, podemos suponer que el embrión estaba debilitado por alguna causa.

 

 

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