Enfermedades del plumaje

 

Muda

La muda es un proceso natural y NO ES UNA ENFERMEDAD. Los periquitos renuevan su plumaje dos o tres veces al año. El proceso se lleva a cabo poco a poco, así no surgen zonas completamente desplumadas y normalmente el periquito tampoco pierde su capacidad de vuelo. Dura aprox. 2 - 3 semanas en completarse.

Las plumas nuevas salen envueltos en la prolongación del cañón, y parecen "pinchos" blanquecinos. Estos cañones se abren al cabo de poco tiempo y dejan a la vista la nueva pluma plenamente desarrollada. No te preocupes si tu periquito durante la muda parece un pequeño erizo - sobre todo la región de la frente se llene amucho de estos "pinchos". Muchos dueños se asustan pensando que se trata de parásitos u otra enfermedad, pero es algo absolutamente normal.

Durante la muda los periquitos son menos activos, duermen más y algunos muestran bastante "mala leche". Las nuevas plumas les pican al salir, y con el plumaje incompleto es más fácil que pasen frío. Sobre todo periquitos viejos o debilitados por alguna otra causa puede perder demasiadas plumas a la vez, y por tanto perder parcialmente la capacidad de vuelo. Esto hay que tenerlo en cuenta al soltarlos a volar por la habitación, es fácil que sufran algún accidente en un intento de vuelo.

La muda más fuerte es la juvenil, es decir la primera en la que se cambia el plumaje infantil por el adulto. Se produce a los cinco a seis meses de edad, y después ya no será posible reconocer la edad del periquito a simple vista.

El nuevo plumaje tendrá el color definitivo, y la frente sin ondulaciones. El color puede cambiar notablemente en algunos variedades: en las cabeza amarilla variedad II las plumas antes azules se vuelven azul turquesas con un toque verde bastante notable. Pero también las otras variedades cambian bastante. En la imagen aparece mi periquito "Guisante" antes y después de la muda juvenil. Era un amarillo opalino canela

Para ayudar al periquito en su muda es importante proporcionarle un ambiente tranquilo, evitar cualquier tipo de estrés (no es buena época para empezar a criar) y no sacarle de su ambiente habitual si no es imprescindible. Durante la muda el periquito suele dormir más de lo normal y tiene que tener la oportunidad para hacerlo. Durante la muda las necesidades nutricionales son mayores, el cuerpo necesita mucha energía para formar las plumas nuevas. Conviene cuidar la dieta al máximo y eventualmente mezclar un complejo vitamínico con el agua, además de proporcionar frutas, verduras y semillas germinadas a diario. Especialmente el pepino tiene un efecto muy positivo en esta época, contiene minerales y vitaminas en la proporción idónea. Un trozo de pepino a diario no debería faltar durante la muda.

Otro suplemento de la dieta muy recomendable durante esta época es la infusión de cola de caballo. Prepárala según lo recomendado en el envase y dilúyela con media taza de agua por taza de infusión. Déjala enfriar y ofrece la infusión en vez de agua.

Asegura una adecuada humedad ambiental (superior al 60 %) y ofrece a diario un baño templado a los periquitos.

 

Muda de defensa ("muda de susto")

Igual que la muda normal, tampoco es un proceso patológico sino un mecanismo de defensa: un periquito que se ve atrapado por un depredador puede perder de golpe buena parte de su plumaje. De este modo, tiene una oportunidad para escapar y el depredador se queda solo con un puñado de plumas entre las garras.

Los periquitos en cautividad no han perdido este mecanismo de defensa, y puede ocurrir que pierdan sus plumas después de ser espantados o sostenidos en la mano de forma incorrecta. Incluso ante situaciones de estrés repentinas pueden perder bastantes plumas sin que hayan sido agarrados físicamente.

Esta pérdida de plumas es indolora y las plumas vuelven a crecer antes de la siguiente muda en un periodo de algunos días o semanas, dependiendo del tamaño de las plumas perdidas. La muda de defensa en sí no es peligrosa, pero sí lo es exponer al periquito a situaciones de estrés innecesarias.

 

Muda interrumpida o muda anormal

La muda interrumpida no es una única enfermedad, sino que es un síntoma de que algo va mal. Un periquito afectado no acaba la muda en pocas semanas como es normal, sino que se prolonga por más tiempo y/o es muy fuerte. Muchas veces aparecen zonas desplumadas sobre todo en la región del cuello y la nuca. Muchas plumas se quedan dentro de sus cañones sin abrirse éstos, y las plumas que se abren aparecen deshechas, cambiadas de color (puntas más oscuras) y a veces incluso deformadas, por ejemplo en forma de espiral. En general al plumaje le falta brillo y parece desordenado. Según el caso, estas síntomas de desarrollan todos, solo algunos y con mayor o menor intensidad.

La razón principal de este problema son carencias nutricionales: falta de minerales, de aminoácidos o de vitaminas. También puede deberse a trastornos hormonales y situaciones de estrés prolongado. El tratamiento consiste en remediar la causa: cuidar al máximo la alimentación y revisar las condiciones de vida del periquito: ¿tiene compañía? ¿La jaula es lo suficientemente grande? ¿La temperatura es la adecuada? ¿Se está peleando continuamente con otro periquito? ¿Hay otra causa del estrés, por ejemplo niños que pueden asustar al periquito?

Otra enfermedad que causa muda anormal es la hepatitis (inflamación del hígado) y cualquier otra enfermedad hepática.

Para ayudar a que el proceso de muda vuelva a su forma normal se pueden tomar las mismas medidas que en el caso de la muda normal: ofrecer pepino, infusión de cola de caballo, asegurar una correcta humedad ambiental y ofrecer a diario la oportunidad de bañarse con agua templada.

Si la pérdida de plumas es muy fuerte y el periquito se comporta de forma distinta de lo normal, o las plumas no vuelven a crecer de forma normal después de pocas semanas, conviene consultar a un veterinario. Sobre todo hay que excluir la posibilidad de que se trate de PBFD o de muda francesa, y tratar posibles problemas hepáticos.

 

Arrancarse las plumas

Es un trastorno del comportamiento que sobre todo sufren los psitácidos grandes, como yacos, amazonas y guacamayos, pero también hay periquitos que practican esta automutilación.

Las principales razones son psíquicas: soledad, aburrimiento, frustración, tristeza, estrés prolongado. La mayoría de los periquitos que se arrancan las plumas viven sin compañía de un congénere, una forma de vida completamente antinatural para un animal tan social como un periquito, que le lleva a desarrollar esta (y otras) anomalías de comportamiento. Evidentemente, la mejor prevención es no tener un periquito sin un compañero de su misma especie, si está emparejado es más bien raro que un periquito se arranca las plumas.

Una vez que el periquito haya comenzado con la automutilación, es muy difícil que deje esta costumbre, aunque se remedie la causa, probablemente seguirá con el vicio. Un periquito desplumado es más sensible al frío, se ve fuertemente discapacitado en su capacidad de vuelo y es muy fácil que sufra resfriados y otras enfermedades. Por tanto el dueño deberá tener cuidado de colocar la jaula en un lugar cálido y libre de corrientes de aire, además de tener mucho cuidado al sacarlo de la jaula para que el periquito no se lastime al caer desde grandes alturas.

Lo primero es excluir causas patológicas: por ejemplo, el escozor producido por parásitos o un eczema puede llevar al periquito al arrancarse las plumas en la zona afectada. Además un trastorno hormonal o enfermedades como PBFD o muda francesa pueden hacer que las plumas se parten con mucha facilidad y que el periquito los rompa al limpiarse, pero parece que se los está arrancando. Por tanto, siempre es recomendable acudir a un veterinario especializado en aves si un periquito muestra este comportamiento.

Si el periquito está sano y aún así se arranca las plumas la causa es psicológica. En este caso el "tratamiento" requiere mucha paciencia y dedicación, y no siempre es exitoso. Hay que averiguar la causa:

  • ¿El periquito tiene pareja? Si no, cómprale una cuanto antes.

  • ¿Hay algo en el ambiente que le produce estrés continuo? ¿Ruidos, niños, el periquito se trata con rudeza, la jaula se encuentra en un lugar inadecuado?

  • ¿Hay suficientes estímulos en el ambiente como para que el periquito no se aburra? ¿Dispone de juguetes? ¿La dieta es variada? ¿Tiene oportunidades para trepar? ¿Lo sueltas suficientes horas diarias a volar por la habitación?

  • ¿La jaula es grande y adecuada? ¿No hay demasiados periquitos en la misma jaula?

A veces los periquitos no se arrancan las plumas a si mismos sino a otros periquitos, incluso a sus crías. Las causas de este comportamiento pueden ser parecidas a las anteriores, pero también hay casos en los que lo hacen sin ninguna razón aparente.

 

Muda francesa

La muda francesa es una enfermedad vírica. El síntoma más evidente es la pérdida de las timoneras (las plumas de la cola) y las remeras (las plumas largas de las alas) en periquitos jóvenes pocos días o semanas después de haber abandonado el nido. Algunos periquitos pierden todo el plumaje largo, rara vez incluso se ven afectadas las coberteras, es decir, el plumaje que recubre el cuerpo. Otros solo pierden algunas timoneras y/o remeras, pero la capacidad de vuelo casi siempre se ve seriamente afectada. Esto ha llevado a que los periquitos afectados también se llamen pichones corredoras o saltadores, su única forma de desplazarse.

El virus responsable de la enfermedad es un polyomavirus,  llamado "budgerigar fledgling disease virus" (BFDV). Ataca a aves pertenecientes a los psitácidos (loros, a los que pertenece el periquito), pero también a paseriformes y rapaces. El contagio se produce a través del polvo de las plumas, el contenido del buche y los excrementos, además de la madre a sus hijos.

Un contagio de un periquito infectado a sus crías es prácticamente seguro, entre dos periquitos adultos bastante probable, aunque en este caso no se evidencia el síntoma más evidente, la pérdida de las plumas.

La enfermedad presenta dos formas, la crónica y la aguda. La aguda afecta a pichones que todavía se encuentran dentro del nido, con una edad de aproximadamente 20 días. Las crías sufren falta de apetito, no digieren la comida que se queda dentro del buche, sufren diarreas, hemorragias visibles a través de la piel, pérdida de peso, temblores y parálisis de las extremidades. En pocos días mueren el 80 - 100 % de las crías. Algunas no muestran síntomas antes de morir.

Si las crías se infectan más tarde de su segunda semana de vida o tienen anticuerpos sufrirán la forma crónica: pierden las remeras y/o las timoneras al poco tiempo de salirles, crecen de forma más lenta que crías sanas y también el desarrollo del resto del plumaje es más lento. Puede haber una mortalidad algo elevada, que ronda al 20 % de las crías. Los periquitos afectados no vuelan y son los típicos "corredoras". Una vez adultos el plumaje puede volver a salir pasado una o dos mudas, pero no es raro que el periquito se quede sin el plumaje largo para toda su vida. En cualquier caso, seguirán llevando el virus y podrán contagiar a otros periquitos y aves de otras especies. La enfermedad en algunas otras especies de psitácidos es más seria y puede llevar a la muerte también de ejemplares adultos.

Si un periquito adulto se infecta normalmente no pierde el plumaje (aunque hay casos en los que sí ocurre). "Desde fuera" el periquito parece sano, normalmente su comportamiento es normal, pero el virus causa daños en algunos órganos internos: aumentan de tamaño el corazón, el hígado y los riñones. Con el tiempo pueden dejar de funcionar correctamente produciendo la muerte, pero la esperanza de vida de los periquitos infectados en realidad no está muy disminuida.

La única forma de determinar con seguridad si un periquito vivo está infectado o no es un análisis de las plumas y del contenido del buche. Por el momento, no hay ningún tratamiento efectivo contra la enfermedad. En EE.UU. se emplea una vacuna, pero que en Europa no está autorizada todavía y que además presenta bastantes efectos secundarios y cuya efectividad es dudosa.

Un periquito enfermo excreta el virus con sus excrementos, el contenido del buche, el polvo de las plumas... sobre todo en épocas de estrés aumenta esta excreción. Por tanto, la época de cría es especialmente peligrosa y un contagio a los polluelos es prácticamente inevitable. No es peligrosa para los humanos.

La muda francesa es, por desgracia, una enfermedad bastante frecuente. No es raro encontrar periquitos afectados en las tiendas de animales, y muchas veces el vendedor asegura que el periquito se encuentra perfectamente sano y que tiene este aspecto porque todavía es muy joven o porque está mudando. ¡No te lo creas! Un periquito con suficiente edad como para valerse por si mismo (es decir, prácticamente todos los periquitos que se venden en las tiendas) ya tiene todas las plumas, tanto las remeras como las timoneras, y solo insignificantemente más corto que los periquitos adultos. Además en muchos libros todavía se afirma que las causas de la enfermedad son desconocidas, genéticas o debidos a una mala alimentación.

Ahora se sabe que es una enfermedad vírica, contagiosa y bastante más severa de lo que en un principio se creía. El desconocimiento de la sintomología y de la causa de la muda francesa ha llevado a que muchos criaderos estén infectados y que también muchas personas privadas sigan criando con periquitos enfermos, produciendo, sin querer (o sin querer saberlo) polluelos también infectados.

Poner a criar periquitos infectados o que hayan estado en contacto con otros enfermos es una irresponsabilidad imperdonable.

La única forma de actuar ante la aparición de la enfermedad en grandes grupos de periquitos es interrumpir inmediatamente la crianza y no volver a ofrecer nidos hasta pasados cinco  o seis meses. En este tiempo los periquitos infectados crean anticuerpos a la enfermedad que luego pasarán a sus crías a través del vitelo de sus huevos, protegiéndolos sobre todo de la forma aguda. Pero aún así pueden aparecer pichones con la forma crónica, que pierden su plumaje. Por ello este "método" solo es "recomendable" (pero aún así en mi opinión éticamente incorrecto) en criaderos grandes, profesionales. Si alguien tiene una pareja o dos de periquitos en su casa y enfermen de la muda francesa NO debería arriesgarse a criar con ellos, sino tenerlos alejados de periquitos sanos.

Los "corredoras", al no poder volar, se encuentran ante algunos dificultades en su vida diaria. El dueño debería tenerlos en una jaula grande equipada de tal forma que se puedan mover por ella trepando sin necesidad de volar. Al sacarlos por la habitación es importante que no puedan caer desde grandes alturas, una forma de ayudarles es fijar sogas desde su jaula a un espacio de juegos que tengan por la habitación, no a mucha altura.

Un poco difícil es la decisión de si tener a un periquito afectado con una pareja sana aún con el riesgo de que la contagie, o si tenerlo sin compañía de un congénere. Yo por suerte nunca me he vito en la situación de tomar una decisión similar, pero creo que optaría por la primera opción. Como hemos dicho, la muda francesa en periquitos adultos (siempre y cuando no crían) no causa síntomas visibles, y los cambios en los órganos no suelen repercutir de forma significativa en la calidad de vida de un periquito, pero sí el tener que vivir durante toda su vida sin pareja de su misma especie. Pero esto es una decisión que cada uno debe tomar según lo que crea conveniente. Lo que sí se debería evitar de cualquier forma es introducir un periquito enfermo en un grupo de periquitos sanos.

 

PBFD ("Psittacine Beak and Feather Disease": enfermedad del pico y las plumas de los psitácidos)

Es una enfermedad producida por un circovirus que provoca deformaciones del pico, de las uñas y de las plumas, así como la caída de los mismos. Afecta a muchos especies de psitácidos, sobre todo a cacatúas y periquitos, pero también a guacamayos, amazonas, yacos, inesperables...

Las aves infectadas excretan el virus con sus excrementos, el polvo de las plumas y el contenido del buche, la enfermedad es altamente contagiosa. No es peligrosa para los humanos.

El tiempo que transcurre desde el contagio hasta que aparezcan los síntomas varía sobre todo con la edad del periquito: oscila entre pocas semanas en periquitos jóvenes hasta varios meses, incluso años, en aves adultas. Durante este tiempo los periquitos infectados ya pueden contagiar a otros, pero ellos mismos no muestran ningún signo de enfermedad. Incluso hay casos en los que la infección permanece oculta durante toda la vida del periquito, sobre todo si al contagiarse ya tenía más de dos a tres años de edad.

Si la enfermedad aparece puede ser aguda o crónica. La forma aguda se produce en periquitos muy jóvenes, y prácticamente siempre es mortal. Las crías afectadas dejan de comer, parecen muy debilitados, devuelven la comida y sufren diarreas. No hay deformaciones del pico o de las plumas, ya que mueren pasados pocas semanas. Las síntomas se parecen algo a las de la forma aguda de la muda francesa, pero el virus responsable NO es el mismo.

La forma crónica aparece en periquitos adultos, normalmente a la edad de seis meses a tres años. Primero se deforma el plumón, el periquito produce mucho "polvo" procedente de plumón deshecho. Después cambian las coberteras, se rompen con facilidad, salen deformados e incluso sufren un cambio de color, por ejemplo de verde a amarillento. El plumaje en general pierde brillo, las plumas de "abren" perdiendo la típica forma de pluma. Con cada muda el estado del plumaje empeora más. Luego aparecen regiones desplumadas, primero en la cabeza y el pecho, después también se caen las remeras y las timoneras.

Cuando el deterioro del plumaje ya es evidente también se deforma el pico, crece excesivamente, muchas veces crece de forma oblicua a la mitad inferior. Con el tiempo se vuelve quebradizo y cambia ligeramente de color. Las uñas también crecen con excesiva rapidez. Las deformaciones del pico pueden impedir que el periquito pueda comer con normalidad.

El periquito conforme a que va avanzando la enfermedad se debilita, muchas veces sufre diarreas y se vuelve apático. La causa de muerte más frecuente no es el virus en sí, sino enfermedades secundarias que "aprovechan" el debilitamiento general del organismo. Además el virus responsable del PBFD deteriora las células inmunes y la bolsa de Fabricio (un órgano de las aves donde maduran las células inmunes), con lo que produce un debilitamiento progresivo del sistema inmune.

El PBFD se puede diagnosticar con un análisis de las plumas o de la sangre. Por hoy, no hay ningún tratamiento, la enfermedad siempre es mortal.

Aún así, un periquito enfermo de PBFD puede vivir unos cuantos meses a años con una calidad de vida aceptable, si el dueño lo lleva al veterinario con regularidad para recortar el pico y las uñas, además de extremar la higiene de la jaula y de su entorno para evitar infecciones secundarias. ¡Nunca juntos con otros periquitos (u otras aves) sanas! Aunque duela, más vale tener al periquito sin compañía de un congénere que condenar a su pareja a sufrir la misma enfermedad de la que tarde o temprano morirá.

Una vez que el periquito sufra visiblemente y se encuentre muy debilitado es responsabilidad del dueño tomar la decisión de eutanasiarlo.

En Australia se ha desarrollado una vacuna, pero solo es preventiva y no se vende en Europa.

 

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