Antonio Bohorques Villalón

Anales de Morón

transcripción del autógrafo (1633-1642)

introducción, notas e índices

por

Joaquín Pascual Barea

Universidad de Cádiz, 1994. ISBN 84-7786-209-5
152 pp., 30 dibujos: 9,38 €

Resumen del libro:

          La obra de Bohorques o Bohórquez, como ha sido castellanizado a la postre su apellido, aporta interesantes datos al historiador de la Antigüedad, la Edad Media y el Renacimiento; al epigrafista latino y árabe; al arqueólogo de época romana y medieval; al lexicólogo romance; al estudioso de la toponimia; al investigador literario del romancero medieval, de las comedias de Lope de Vega y de la historiografía renacentista, entre otras disciplinas. A pesar de su temática local, la obra tiene un alcance regional y nacional, y llega a contribuir incluso a la historia de la primera colonización española en Costa Rica.

          Son varias las razones que hacen de este un libro afortunado: primeramente la edición parte del propio autógrafo, que había permanecido desconocido, obra de un historiador con una gran capacidad crítica: Antonio Bohórquez (1595-1664) fue un abogado de Morón formado en la Universidad de Sevilla como colegial, a pesar de las dificultades que tuvo desde 1618 hasta 1624 para demostrar la limpieza de sangre que requerían las pruebas de acceso, pues sus enemigos denunciaron el oscuro linaje de una bisabuela de su madre. Tras sus estudios, Bohorques se casó con una rica jerezana, nieta paterna de Bartolomé Núñez de Villavicencio, general de la flota de Nueva España, ampliando así los lazos con Jerez del apellido Bohórquez, establecido también desde hacía varios siglos en Utrera, Villamartín y otros lugares de la Campiña y las serranías de Sevilla y Cádiz. El último testimonio literario de la relación de sus descendientes con la ciudad y los campos de Morón lo constituye la obra de uno de los poetas de la Generación del 27, Fernando Villalón.

          En su obra demuestra Bohorques estar a la altura de los conocimientos de su tiempo: es capaz de interpretar correctamente un pasaje de Plinio y refutar con acierto la localización en Morón de la ciudad hispano-romana de Arunci, debida a Abraham Ortelius, Gerardo Mercator y otros humanistas y eruditos europeos, aunque Rodrigo Caro y otros eruditos locales siguieron propagando el error durante siglos.

          También acierta al explicar el único significado que tuvo ‘morón’ en castellano, lo que permite corregir la falsa acepción de ‘montoncillo de tierra’ que sigue ofreciendo para morón el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua. Bohorques refiere algunos documentos inéditos con los que demuestra que morón tuvo en época medieval (y desde el latín tardío), la acepción de ‘caballo’, lo que permite entender el sentido de un enigmático verso del célebre romance de la Blanca Niña, el deseo de que al conde “rabia le mate sus perros, y águilas el su halcón, y del monte hasta la casa, a él arrastre el morón.” También entendió que morón se refería a un caballo Lope de Vega, de quien Bohorques nos da cuenta del título y algún verso de una comedia desconocida sobre La conquista de Morón, que debió de ser representada en el teatro de Fabiana Bohorques en Morón.

          Bohorques comenta textos de geógrafos, historiadores, filósofos y poetas griegos (Tolomeo, Estrabón, Arriano, Aristóteles, Estesícoro…), romanos (Antonino, Mela, Valerio Máximo, Suetonio, Cicerón, Quintiliano, Silio, Virgilio, Marcial, Juvenal…), y santos cristianos (Agustín, Ambrosio, Jerónimo, Isidoro, Tomás, …). También maneja con soltura numerosas obras históricas y jurídicas. Consulta obras de lexicografía y erudición, no sólo castellanas (Aldrete, Covarrubias) y latinas (Calepino, Barbosa), sino también de la lengua griega (Suidas, Tussanus) y hebrea (Jerónimo, Pagnini, Lyra). En el caso del árabe recurre a la traducción de algún tratado histórico como el de Rasis, o se pone en contacto con el Marqués de Estepa en Granada para que le interprete el epitafio árabe de una lápida funeraria que también nos transcribe, encontrada en la atalaya donde estuvo el antiguo cementerio musulmán de Morón (Mauror). Aquí nos cuenta que seguían trayendo a enterrar, según sus propios ritos, a muchos moros o moriscos de la comarca hasta el año de 1633 en que componía su historia.

          Su obra es un ejemplo de la historiografía renacentista, que se centra en una ciudad siguiendo el ejemplo italiano basado en la Antigüedad, y que a partir de las primeras historias castellanas del siglo XIII, de documentos del siglo XIV, y del examen y transcripción de algunos extractos de las Actas de Cabildo desde 1401, adopta el sistema de Anales de Tácito. Con la Historia de Tito Livio comparte la concepción de que los hombres y costumbres del pasado eran mejores, la presencia de prodigios y elementos sobrenaturales, y sobre todo el centrarse en la historia de una ciudad desde su fundación mítica hasta el momento actual; además la obra consta de 35 capítulos, como 35 son los libros conservados de la obra de Livio.

          Tampoco faltan otros ingredientes propios de la historiografía antigua y renacentista, como las referencias míticas a Hércules y Atlante, romances y otros poemas, anécdotas amenas y ejemplarizantes, excursos etnográficos, la descripción literaria de un idílico paraje natural, la narración dramática de un combate y de un martirio, el retrato y relato biográfico de un personaje tan singular como el tercer Duque de Osuna (Virrey de Nápoles y señor de Morón), las intervenciones directas de los personajes, la trascripción de cartas, los testimonios de testigos oculares y narración de hechos que él mismo presenció, etc.

          Bohorques conoce la ciudad romana despoblada de los Callenses Aeneanici citados por Plinio y perpetuados en un par de epígrafes aparecidos más tarde en sus alrededores, y nos da noticia de unas estatuas romanas y otros restos arqueológicos hoy desaparecidos, que fueron encontrados en Moguerejo, lugar conocido actualmente como Tajos de Mogarejo. Nos ofrece el dibujo de una extraña moneda antigua, y de una antigua puerta del castillo, y la primera y más fiable trascripción de algunas inscripciones latinas de Morón y su comarca, que en algunos casos sólo eran conocidas a partir de copias defectuosas e incompletas de sus Anales. Igualmente ofrece noticias importantes relativas a los orígenes de otros municipios que fueron aldeas de Morón, como Arahal y Puerto Serrano, o sobre el castillo de Cote situado en el monte agudo contiguo al de Montellano.

          No pasa por alto los asuntos políticos más importantes que afectan a la villa y a sus propios intereses familiares, como la forma de elección de los miembros del Consejo que gobierna la villa, los litigios que mantienen los vecinos contra el Duque de Osuna y contra el Consejo de la Mesta, o las quejas hacia las autoridades de la Iglesia por su celo recaudatorio y no querer contribuir a reparar el principal templo de Morón. Tampoco desaprovecha la oportunidad propagandística que le ofrece el relato de las hazañas de los vecinos de Morón, y refiere además el origen y escudos familiares de algunas familias, aparte de las suyas de Bohórquez, Villalón y Auñón, tales como las de Angulo, Lobato, Luna, Navarro, Navarrete, Nieto, Orellana, Párraga, Porras y Sotomayor.

          La edición incluye las referencias bibliográficas completas de las más de 125 obras aducidas por el autor, correcciones y anotaciones críticas a las trascripciones y comentarios de inscripciones y textos citados, y a las etimologías que propone para los topónimos Morón, Arahal, Algaida, Jope o Nagüeles. La introducción contiene un capítulo sobre la vida del autor, a partir de noticias obtenidas de manuscritos y raros impresos de diversos archivos y bibliotecas, y un comentario sobre la gestación, carácter y contenido de la obra. Incluye además la reproducción en su lugar correspondiente de la treintena de dibujos del autor que figuran en el autógrafo, y las anotaciones marginales según la disposición original. Concluye con índices de capítulos, toponímico, antroponímico y general.

          Así pues, los interesados en la historia de Morón y su comarca, correspondiente al antiguo reino de taifa de Mauror(filólogos, historiadores y vecinos de los pueblos que formaron parte de este territorio), cuentan con la primera historia conocida de estas tierras, sumamente valiosa por muchos motivos.

Joaquín Pascual Barea


Índice de los Anales de Morón

Índice de nombres propios


OTROS ENLACES SOBRE LA HISTORIA DE MORÓN DE LA FRONTERA

Origen del nombre de Morón

El morón o caballo berberisco del escudo de Morón

Toponimia e Historia Antigua en la cuenca del Guadaíra

Callenses Aeneanici entre Morón y Montellano

Antigüedades de Sevilla de Rodrigo Caro



Atardecer en Morón

Hosted by www.Geocities.ws

1