PARA CONSTRUIR UN GRUPO
UNIDO Y FELIZ
(El decálogo fue elaborado para un grupo integrado sólo por mujeres,
pero se aplica igualmente a cualquier grupo humano, sea mixto, o solo integrado
por varones)
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Primero,
trata de analizar si la has entendido bien
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Segundo,
trata de ver si ella sabe bien lo que quiso decir (a veces las personas dicen
cosas pero no se dan cuenta de lo que dicen).
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Tercero,
piensa si realmente quiso hacerte daño o si, simplemente se desahogó porque
estaba frustrada
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Primero, ten
en cuenta que todos somos débiles y que, así como tu amigo o compañera te ha
ofendido, tú también lo has hecho con otras, muchas veces.
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Segundo,
piensa que hay mucho más grandeza en quien perdona las ofensas que en quien se
venga y toma represalias. Eso es lo que hacen las débiles y mezquinas.
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Y acuérdate
de Jesucristo, que antes de morir decía “Padre, perdónalos porque no saben lo
que hacen”
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No le cierres
el corazón. No olvides todas las veces que tú pediste a alguien que te escuchara
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Ten en cuenta
que la tristeza no es cosa de Dios; que lo de Dios es la alegría y la paz.
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Además, no
olvides que por cada palabra apesadumbrada de una hermana, que tu escuches en
la tierra, en el cielo un ángel dirá una alabanza a Dios y dirá “Santo...Santo...”.
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Es común que
tratemos de justificarnos diciendo que no podemos ayudar. Pero en la mayoría de
las veces eso no es verdad.
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En ocasiones crees
que no estás capacitada para ayudarla. Piensa si eres sincera pensando así. Si
así fuese, recomiéndale que recurra a algún profesional o a algún sacerdote.
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Además, no te
olvides que por cada ayuda eficaz que tu hacer por una amiga aquí en la tierra,
arriba en el cielo, María tu madre se lo dice a su hijo Jesús; y el sonríe.
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Nunca la
ignores con grosería, pero con delicadeza, ayúdale a descubrir las cosas lindas
que le han sucedido en el día de hoy. Así, saldrá de sus problemas y se reirá
contigo.
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Además,
recuérdale que “no hay mal que por bien no venga”, “Dios escribe derecho con
renglones torcidos” “no hay mal que dure cien años”, “Dios en la prueba,
fortalece” “siempre que llovió, paró”...
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Es lamentable
que ella no te escuche, porque tú mereces ser escuchada como tú a ella. Pero no
le exijas que ella sea, hoy, tan buena como tú.
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Piensa, más
bien, cuánto tiempo te ha costado aprender a escuchar a los demás. Eso exige
tiempo y esfuerzo. Así, que no le pidas tanto sino ayúdale a darse cuenta de lo
grande que es que unos y otros nos escuchemos.
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A veces
creemos que aquello que nosotros ya conocemos, también los demás deben conocerlo.
Pero todos necesitamos tiempo para darnos cuenta.
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Además, para
eso estás tú. Dios te necesita para que la verdad siempre crezca más en el
mundo. Pero la verdad no se impone: se la muestra y luego uno espera.
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No olvides,
es la verdad en sí misma la que tiene que ser reconocida por tu amiga; no
porque tú lo digas.
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Si lo haces
así, cuando se vayan todas estarán mejor, más confiadas y alegres.
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¡Hay tantas
cosas lindas de qué hablar!
por ejemplo: de
los hijos y sobrinos, de los amigos y amigas, de los nuevos proyectos y obras
en nuestro país, de los últimos adelantos de la ciencia, de Jesús y de los
Evangelios, de la última película que has visto, de la Iglesia y de los
discursos del Papa, de las novedades en la parroquia, de la receta que te enseñaron
ayer, de la devoción a la Virgen, de los criterios para conservar la salud y el
cuerpo sano, de la última novedad en materia de soluciones artesanales, de las
soluciones interesantes que has encontrado a dificultades...., etc., etc., ....
¡Hay tantas cosas
lindas para hablar!.... ¡No pierdas el tiempo en los asuntos del mal espíritu!
¡Eso déjalo para
otras!
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No hace bien
hablar mal de otra compañera a sus espaldas.
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Si le
propones ir a decírselo a la involucrada, verás que la que te habla mal de
alguien cambia de tema porque siempre es fácil hablar a la espalda, pero es
mucho más difícil enfrentar una corrección amorosa y fraterna.
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1º.¿Estoy segura de lo que voy a comentar o
decir, o es una hipótesis?
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2º. ¿Es útil
que diga este comentario o plantee esta hipótesis?
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3º ¿Hace bien
formular este comentario o plantear esta hipótesis?
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Si no estoy
segura (no hay objetividad)
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Si no es útil
(no construye)
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Si no hace
bien? (puede perjudicar)
¿para
qué comentarlo o decirlo?
Autor del decálogo: P.Omar França. 1997 y 2005