�EL SUPERVIVIENTE�
Nada se les escapa a los hombres y mujeres que tienen el tipo de personalidad vigilante. Posee una captaci�n excepcional del ambiente en que se desenvuelven. Bien podr�an ser llamados �los que siempre logran sobrevivir�. Sus antenas sensoriales, con las que controlan constantemente a las personas y las situaciones que los rodean, les informan en el acto de cu�ndo hay algo torcido, fuera de lugar, disonante o peligroso, sobre todo en su trato con otras personas. Tienen un o�do especial y advierten de inmediato los mensajes confusos, las motivaciones ocultas, las evasiones y las m�s m�nimas distorsiones de la verdad que enga�an a observadores menos dotados. Por estas condiciones naturales, es com�n que asuman el papel de cr�tico social, guardi�n, �defensor del pueblo� y defensor de la justicia en su vida privada o p�blica, listos para saltar ante la menor incorrecci�n �especialmente los abusos de poder- que envilecen las relaciones humanas.
LAS SEIS CARACTER�STICAS
Los seis rasgos y conductas siguientes denotan la presencia del tipo vigilante de personalidad. El individuo con una marcada tendencia vigilante exhibir� m�s conductas de las que se mencionan a continuaci�n, y m�s intensamente, que quien posea menos rasgos de este estilo en su perfil de la personalidad.
AUTONOM�A. Estos individuos poseen una gran independencia. No necesitan la aprobaci�n ni los consejos de los dem�s, no les cuesta tomar decisiones y son capaces de valerse por s� mismos.
CAUTELA. Son precavidos al tratar con la gente y prefieren evaluar a una persona antes de entablar relaci�n con ella.
RECEPTIVIDAD. Son buenos receptores; tienen o�do para captar sutilezas, tonos y diferentes niveles de comunicaci�n.
AUTODEFENSA. Son combativos y no vacilan en salir a defenderse si los atacan.
SENSIBILIDAD A LAS CR�TICAS. Toman muy en serio las cr�ticas, sin intimidarse.
FIDELIDAD. Le asignan una importancia capital a la fidelidad. Ponen un gran empe�o en merecerla y nunca le restan valor.
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LOS SEIS DOMINOS DE LA PERSONALIDAD VIGILANTE
LAS RELACIONES: �QUI�N MANDA AQU�?
Para los individuos con este tipo de personalidad, es muy importante la cuesti�n del poder y la autoridad en una relaci�n. Propio de ellos es tratar de mantener su independencia en todos los �rdenes de la vida. Por principio, no pueden vivir subordinados. En consecuencia, el territorio de las relaciones �caracterizado por su autonom�a insistente- es fundamental para ellos. De una manera muy firme y segura, estas personas son art�fices de su propio destino.
Su trato con los dem�s se distingue por la cautela y la reserva. Pero no necesariamente son fr�os ni antip�ticos, ni tratan de evitar la vida de relaci�n. Pese a que a veces se sienten inc�modos delante de extra�os y tardan en entrar en confianza, una vez que conocen a las personas se vuelven sociables. Pero son lentos para entregarse. A diferencia del fiel, que se siente a gusto con la dependencia, el vigilante entrar� muy lentamente en la relaci�n. Aun con su pareja establecida y, a pesar de que es muy leal, el vigilante siempre va a guardarse una parte de s�.
Mientras no est�n seguros de que la persona que les demuestra inter�s no les va a hacer da�o o a desilusionarles, los del tipo vigilante prefieren observar y evaluar. Tienen un enorme talento para analizar a las personas.
EL PROTECTOR DE LA FAMILIA
Como padres, las personas de tipo vigilante son leales y protectores, quiz� hiperprotectores cuando los rasgos son demasiado pronunciados. Pueden llegar a inculcarle al hijo desconfianza con respecto a los dem�s. Cuando los hijos comienzan a rebelarse o a manifestar su independencia, no es raro que un progenitor vigilante se sienta amenazado e intente controlarlos en exceso. Sin embargo, y aunque sean poco afectuosos, los padres vigilantes sienten interiormente un profundo cari�o, son responsables y est�n totalmente dedicados al bienestar de su familia y a protegerla de cualquier peligro que pueda amenazarla.
MOTIVACIONES SUBYACENTES
Los individuos con personalidad vigilante casi siempre captan las motivaciones de los dem�s. El tipo de personalidad vigilante, m�s que ning�n otro, trae aparejada la capacidad de estar alerta para advertir lo que las dem�s personas pretenden de ellos.
Seg�n el grado de tendencias vigilantes que haya en su patr�n de personalidad, estos individuos siempre est�n atentos para ver si descubren faltas de respeto y abusos de poder en las relaciones. Como est�n prevenidos, no resultan embaucados f�cilmente. Son capaces de captar los numerosos niveles de comunicaci�n, tanto verbal como de otro tipo. Perciben cualquier matiz de falsedad, de intenci�n insidiosa, de ambivalencia, y esa capacidad les es muy �til en el trato con la gente.
Sin embargo, si los rasgos vigilantes son excesivos, corren el riesgo de interpretar mal los signos que perciben. No todo el mundo abriga segundas intenciones y por el solo hecho de que una mujer quiera pasar m�s tiempo con un hombre no quiere decir que se haya propuesto atraparlo. Y si se lo hubiera propuesto, �qu�? Los de tipo vigilante frecuentemente atribuyen a los dem�s poderes que no tienen. Cuando las tendencias vigilantes se vuelven excesivas, la sospecha se apodera de esas personas y socava las relaciones. Entonces empiezan a tener reacciones desmesuradas frente a los errores humanos y a suponer que los dem�s los est�n analizando con la misma atenci�n que ponen ellos, lo cual dista de ser cierto.
