TRASTORNO DEL TIPO AGRESIVO:
EL TRASTORNO S�DICO
Como su nombre lo indica, los individuos que padecen este trastorno son crueles, fr�os y despiadados. Pueden llegar a ser violentos y se complacen en humillar a quienes les rodean.

CRITERIOS PARA EL DIAGN�STICO
El DSM-III-R describe este trastorno como:

Un patr�n general de conducta cruel, denigrante y agresiva que comienza a manifestarse a principios de la edad adulta, tal como lo indicar�a la presencia de por lo menos CUATRO de los s�ntomas siguientes:

El individuo ha empleado la crueldad o la violencia f�sica con el fin de lograr dominar una relaci�n (no meramente para alcanzar alguna meta no interpersonal, como ser�a golpear a alguien para robarle).

Humilla o degrada a personas en presencia de otras.

Ha tratado o castigado de manera generalmente severa a alguien que est� bajo su control; por ejemplo, un hijo, un alumno, un prisionero, un paciente.

Se complace o divierte provocando sufrimiento f�sico o psicol�gico a otros (incluso a animales).

Ha mentido con el fin de causar da�o o infligir dolor a otros (no simplemente para alcanzar alg�n otro objetivo).

Atemoriza a otras personas, por medio de la intimidaci�n y hasta del temor, para obligarlas a hacer su voluntad.

Restringe la libertad de las personas con quienes tiene una relaci�n cercana. Por ejemplo, no permite que el c�nyuge salga solo de la casa, a una hija adolescente asistir a reuniones sociales.

Le fascinan la violencia, las armas, las artes marciales, el da�o o la tortura.

La conducta que se describe en el apartado A no se ha manifestado con una sola persona (el c�nyuge, uno de los hijos), y el prop�sito no ha sido exclusivamente la excitaci�n sexual (como en el caso del sadismo sexual).

LA DOMINACI�N POR MEDIO DE LA FUERZA
Los s�dicos hieren, castigan e intimidan con objeto de dominar a los miembros de su familia y a sus subordinados en el trabajo. A diferencia de los antisociales, no hieren a cualquiera porque s�; hasta son capaces de adoptar una fachada respetuosa ante las figuras de autoridad. Pero cuando se sienten fuertes, imponen la dominaci�n por medio de la tortura f�sica o psicol�gica, m�xime si las v�ctimas pretenden resistirse. Cuando sus c�nyuges o amantes amenazan con abandonarles, no se deprimen: se desquitan. Son personas que golpean a la esposa y cometen abusos con los hijos. Son, tambi�n, jefes malvados, que provocan dolor a los otros nada m�s que para retener el dominio o salirse con la suya.

Causar sufrimiento les resulta f�cil, pues no sienten la menor empat�a ni compasi�n por las personas a las que dominan. Quiz� hasta disfruten con el dolor que causan en el acto de tiran�a, como el polic�a s�dico que golpea a los prisioneros, o la divorciada que le miente a su anterior marido, y le dice por tel�fono que el hijo de ambos ha sufrido graves heridas en un accidente automovil�stico.

Son amantes del rigor, e imponen severos castigos a los hijos, los alumnos, los c�nyuges, los prisioneros o cualquiera que sea su subordinado, por las faltas m�s leves. Se trata de individuos de mal car�cter, que se vuelven violentos cuando se enojan con las personas que, suponen, deber�an estar a sus �rdenes. A menudo se ensa�an con seres que padecen el trastorno autoderrotista de la personalidad, que se convierten en v�ctimas f�ciles.

PERO, �SE TRATA REALMENTE DE UN TRASTORNO?
Nadie puede dudar de que muchos individuos exhiben tan maligna conducta. Sin embargo, subsiste la duda de si constituye, o no, un aut�ntico trastorno. Esta caracterizaci�n, junto con la autoderrotista, no tiene a�n car�cter oficial de trastorno, pues aparecen s�lo en el anexo del DSM-III-R. Las organizaciones feministas plantearon la objeci�n de que un diagn�stico de trastorno autoderrotista de la personalidad es discriminatorio en contra de las mujeres que son v�ctimas de situaciones abusivas. Los revisores del DSM-III-R propon�an que el trastorno s�dico abarcara a gran parte de quienes cometen abusos, individuos que, seg�n sospechan los especialistas, son en su mayor�a hombres, aunque esto a�n no se ha investigado a fondo. Las feministas tambi�n manifestaron su desacuerdo con el trastorno s�dico, porque de serlo as�, los hombres que maltratan a sus mujeres e hijos tendr�an un diagn�stico psiqui�trico que les servir�a para eludir las consecuencias legales de sus actos.

En el momento en que esto se escribe, parece cuestionable que el trastorno s�dico vaya a aparecer en un anexo del DSM-IV, que se publicar� en unos a�os. As� como los especialistas conocen desde siempre a los soci�patas y psic�patas, a los que actualmente se diagnostica trastorno antisocial, los individuos con rasgos s�dicos muy rara vez buscan un tratamiento terap�utico. El sistema de la justicia penal est� mucho m�s familiarizado con estos sujetos que el sistema de salud mental. Pero la conducta criminal no siempre es producto de un trastorno psicol�gico. Independientemente de que el trastorno s�dico aparezca o no en las sucesivas ediciones del DSM, lo que seguramente habr� de continuar es la pol�mica acerca de su validez legal.
Home
Indice Test
Hosted by www.Geocities.ws

1