EL TRASTORNO DEL TIPO VIVAZ:
EL TRASTORNO FRONTERIZO
El des�nimo, la indignaci�n, el odio hacia s� mismo, la petulancia, la ansiedad, la incertidumbre, la necesidad de aferrarse a otro, la terquedad y los impulsos violentos y autodestructivos son algunos de los tormentos que acosan a los que padecen este trastorno. Se trata de personas desesperadas, intensas e inestables, incapaces de aprovechar sus aptitudes. Les aterra estar solas, pero al mismo tiempo destruyen las relaciones de las cuales no pueden prescindir. Tener este trastorno equivale a vivir en perpetua angustia. Y convivir con alguien que lo padece es estar atrapado en el mismo infierno que �l.

CRITERIOS PARA EL DIAGN�STICO
El DSM-III-R describe el trastorno fronterizo de la personalidad como:

Un patr�n general de inestabilidad afectiva, relaciones interpersonales y autoimagen, que comienza a manifestarse a principios de la edad adulta y se presenta en una variedad de contextos, tal como lo indicar�a la presencia de por lo menos CINCO elementos siguientes:

Una pauta de relaciones interpersonales intensas e inestables, que se caracteriza por cambios marcados de actitud que van desde el extremo de la idealizaci�n hasta el de la subestima.
Impulsividad en, por lo menos, dos �reas que son potencialmente autodestructivas; por ejemplo: sexo, gasto excesivo de dinero, uso de sustancias t�xicas, robo de tiendas, conducir alocadamente o comer en exceso. (No incluir el comportamiento suicida o automutilador).
Inestabilidad afectiva: marcados cambios de �nimo de la normalidad a la depresi�n, irritabilidad o ansiedad, que suelen durar unas pocas horas y s�lo raramente m�s de algunos d�as.
Una ira inapropiada e intensa o por falta de control; por ejemplo: manifestaciones frecuentes de mal genio o ira constante, y la costumbre de iniciar peleas f�sicas.
Amenazas recurrentes de suicidio o automutilaci�n.
Alteraciones de la identidad manifestadas por incertidumbre sobre por lo menos dos de los temas siguientes: la autoimagen, la identidad sexual, los objetivos a largo plazo, la elecci�n de carrera, las pautas de amistad, los valores y las lealtades.
Sentimientos cr�nicos de vac�o y de aburrimiento.
Esfuerzos fren�ticos para evitar el abandono real o imaginario. (No incluir la conducta suicida o automutiladora).
LOS CICLOS DE LA DESESPERANZA
La vida es una pesadilla para los que padecen este angustioso trastorno: para ellos, nunca nada permanece igual. Se enamoran desesperadamente, pero en seguida el ser amado los desilusiona y ya les resulta odioso. Cuando se sienten felices, creen que ya nada ni nadie podr� entristecerlos; despu�s, todo se convierte en cenizas para nunca m�s reavivarse. Viven para el amor, y sin embargo act�an con arrogancia, con terquedad, y se indignan por el m�s leve motivo. Buscan una identidad �que puede ser la de estudiante, miembro de un culto religioso, asistente social- pero al poco tiempo ya no les satisface; no se entienden, no saben en qu� creer, entonces piensan que deben transformarse en otra persona. �Qui�n soy? �Qu� pienso? �Qu� va a ser de m�? Sus sentimientos, sus humores cambiantes y sus experiencias con otros son tr�gicos por lo incoherentes. No saben avanzar en l�nea recta sino s�lo en c�rculos.

UN ESTUDIO EN BLANCO Y NEGRO
Los que sufren el trastorno fronterizo llevan una existencia donde siempre es todo o nada, blanco o negro. As� como los dem�s pueden tolerar los sentimientos variados �amo a mi pareja pero reconozco que tiene muchos defectos, desde luego- los fronterizos consideran al mundo poblado por dos tipos de personas: los buenos y cari�osos por un lado, y por el otro los malvados. Necesitan el amor de los primeros, pero s�lo se encuentran con los �ltimos.

Sentimientos igualmente confusos abrigan sobre s� mismos. Piensan que son los mejores, y al instante siguiente comienzan a rebajarse. Como se sienten vac�os por dentro, no se atreven a estar solos consigo mismos. Tienen que tener el amor, la protecci�n y la compa��a de una persona que les brinde toda su bondad. Encuentran a alguien, y en el acto les parece que jam�s han conocido a nadie tan cari�oso y comprensivo. Pero pronto el ser amado, quiz� porque comete una m�nima indiscreci�n, se vuelve objeto de odio o desprecio. El mundo se viene abajo una vez m�s, e inevitablemente el ser amado cae en desgracia. Puede ocurrir que antes de esto, el individuo con personalidad fronteriza empiece a temer o a predecir que va a ser rechazado, por lo cual se aferra al otro cada vez con m�s desesperaci�n. En ocasiones, es capaz de llegar a hacer sacrificios extremos con tal de no perder a su compa�ero, para luego volverse contra �l con una mezcla de furia y autocompasi�n.

Puesto que constantemente saltan del blanco al negro, del todo a la nada, llevan una vida que no les satisface. Se sienten fundamentalmente deprimidos y pesimistas, y cualquier cosa los arroja a la desesperaci�n, la ansiedad, la desilusi�n, la culpa, aunque con breve per�odos euf�ricos. Sin embargo, lo �nico que les dura es el dolor habitual. Su incapacidad para reconocer la solidez y perseverancia de las cosas o las personas, incluidos ellos mismos, les impide ser constantes, aprender de la experiencia y salir airosos frente a los desaf�os. No soportan los cambios de humor, la frustraci�n y, sobre todo, los rechazos. No saben qu� hacer para no vivir pensando en la angustia y el sufrimiento; no se pueden concentrar en el trabajo, en una pel�cula, en un paseo en bicicleta o en un buen libro. En cambio, para buscar el escape se entregan al sexo en forma impulsiva, a las drogas, salen a hacer compras y, de vez en cuando, directamente a robar a las tiendas.

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