HIJOS DE LA COSTUMBRE
La fuerza motora de su vida diaria es poder escapar de la ansiedad. As�, adoptan rutinas fijas, y d�a tras d�a hacen las mismas cosas, de la misma manera, para no tener que enfrentarse nunca con una sorpresa. Si alguien se lo pide, o si sienten la tentaci�n de cambiar alg�n esquema, en seguida piensan en los riesgos y peligros, que exageran hasta asignarles una importancia desmesurada.

Su conformidad con la rutina puede favorecerles en el trabajo, pero s�lo si no se sienten obligados a confraternizar con sus compa�eros o a tratar con el p�blico, y siempre que no se aflijan hasta el extremo de no poder concentrarse en las tareas. Por lo general son capaces de trabajar junto a otras personas, pero suelen mantenerse apartados y sus compa�eros los toman por fr�os, raros o terriblemente t�midos.

Sin embargo, sus h�bitos de trabajo pueden llegar a constituir una verdadera bendici�n para la producci�n creativa. Los evasivos, al igual que los de tipo sensible, son personas que a menudo hallan la liberaci�n en su propio mundo interior, permitiendo que su imaginaci�n creadora les haga olvidar sus ansiedades.


LOS RIESGOS, LA PREDISPOSICI�N Y LA INCIDENCIA
El ser humano es un animal social. Nuestro bienestar f�sico y emocional dependen en gran medida de los apoyos sociales y de los v�nculos que establezcamos con los dem�s. La falta de tales v�nculos con otras personas vuelven a los evasivos propensos a contraer los numerosos problemas de salud del Eje 1. Entre ellos, los que predominan son los trastornos del estado de �nimo y los de ansiedad, incluidas las fobias. Tambi�n pueden padecer trastornos disociativos, como ciertos tipos de amnesia y trastornos de despersonalizaci�n, uno de cuyos s�ntomas es el de sentirse alejado de s� mismo, como si uno estuviera fuera de su propio cuerpo, observ�ndose actuar desde fuera.

Este trastorno, padecido por igual por hombre y mujeres, es relativamente com�n. El temperamento puede predisponer a adquirirlo. En un estudio muy importante, los psiquiatras Alexander Thomas y Stella Chess encontraron el temperamento �lento para tomar confianza� en el 15% de los ni�os. Esos ni�os no responden ni se adaptan r�pidamente a los nuevos est�mulos. Si a este temperamento le sumamos las experiencias que viven con sus padres, hermanos e iguales, nos encontramos con individuos propensos a adquirir este trastorno cuando crezcan. Aparte de posibles factores biol�gicos o de constituci�n, las enfermedades que desfiguran pueden predisponer a un individuo a este trastorno, como tambi�n puede predisponerlo el haberle padecido el trastorno en la ni�ez.


�AL�RGICO� A LA ANSIEDAD
Todo el mundo experimenta ansiedad �esa sensaci�n de tener mariposas en el est�mago, de no poder cerrar los ojos, latidos fuertes del coraz�n, etc.-, pero quienes sufren el trastorno evasivo suelen ser inusitadamente sensibles a esta excitaci�n f�sica. Entre las formas m�s naturales de responder a ello est� la de ponerse tenso o alerta. Pero los evasivos adoptan esa actitud en exceso. Se dejan dominar por la ansiedad y, para no sentirse agobiados, se excitan m�s de lo normal. Cuando en el ambiente alg�n est�mulo los provoca a�n m�s, llegan al estado de �sobrecarga�. (El cerebro de estas personas tal vez est� menos excitado, seg�n dice la teor�a; quiz� de este modo busquen emociones para �despertar� su sistema nervioso).

C�MO TRATAR A LAS PERSONAS CON EL TRASTORNO EVASIVO
Dado que estos individuos se alejan de la gente, los que no son sus familiares seguramente no iniciar�n una relaci�n estrecha con ellos. Es preciso reconocer que la ansiedad que experimentan es real, tener en cuenta su sensibilidad ante las cr�ticas y saber cu�nto da�o se les hace. Para tratar a una persona que presente este trastorno levemente, consulte los consejos dados anteriormente. Por lo dem�s, sea muy amable con ella, tranquil�cela y ac�ptela como es. Pero no empiece a hacer por ella las cosas que ella evita. En cambio, ali�ntela para que busque ayuda terap�utica.

Mire en derredor y observe cu�ntos individuos encuentra en su vida cuya descripci�n coincide con la de este trastorno: alguien reservado, cohibido, inc�modo, tenso. En lugar de darles la espalda pensando que son fr�os o antip�ticos, obs�rvelos con m�s detenimiento. A lo mejor a ellos les gustar�a contar con su amistad. Ti�ndales una mano.
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