EL TRASTORNO DEL TIPO SENSIBLE:
EL TRASTORNO EVASIVO

Los desdichados individuos que padecen este trastorno est�n siempre afuera, mirando hacia adentro. Ans�an mantener relaci�n con otras personas, pero no soportan la sensaci�n que experimentan al acercarse a los dem�s, se sienten inaceptables, incapaces de ser amados, e inexplicablemente, incapaces de cambiar. Entonces se a�slan para poder sobrevivir.
CRITERIOS PARA EL DIAGNOSTICO
El DSM-III-R describe el trastorno de la siguiente manera: Un patr�n de retraimiento social y expectativa temerosa de ser maltratado o humillado que comienza a manifestarse a principios de la edad adulta y se presenta en una variedad de contextos, tal como lo indicar�a la presencia de por lo menos CUATRO de los siguientes s�ntomas:

El individuo se ofende f�cilmente con las cr�ticas y las manifestaciones de desaprobaci�n.

No tiene amigos �ntimos ni confidentes (o s�lo uno), salvo los miembros de la familia.

No establece v�nculos sociales a menos que est� seguro de caerle bien a la otra persona.

Evita las actividades sociales u ocupacionales que requieran un importante contacto interpersonal; por ejemplo, no acepta un ascenso si eso va a implicar m�s exigencias en el plano social.

Es muy reservado en una reuni�n social por miedo a decir algo inadecuado o tonto, o a no poder responder a una pregunta.

Tiene miedo a pasar la verg�enza de sonrojarse, de llorar o demostrar alg�n otro signo de ansiedad delante de la gente.

Exagera los riesgos, dificultades y peligros f�sicos potenciales que acarrea hacer algo com�n pero que est� fuera de su rutina habitual. Por ejemplo, puede llegar a cancelar los planes de una salida porque supone de antemano que va a quedar agotado por el esfuerzo de llegar hasta all�.

CONDENADO SI LO HACES, CONDENADO SI NO LO HACES
Los hombres y mujeres de este tipo se sienten atrapados en un universo angustioso. Tienen tanto miedo a ser rechazados, y est�n tan convencidos de que lo ser�n, que se apartan de todos para evitar ese sufrimiento. Cuando no pueden esquivar a los dem�s, se quedan aislados, mirando a cualquier parte en vez de establecer contacto con alguien. Llevan una vida social muy pobre, y no suelen tener m�s que un �nico amigo fuera del marco de la familia. La triste iron�a del caso es que, evitando las relaciones �ntimas, se ahorran la ansiedad de esperar que les caiga encima el hacha del rechazo, pero tambi�n se alejan de lo que desean m�s profundamente: la aceptaci�n y el cari�o de las dem�s personas. A diferencia de quienes padecen el trastorno esquizoide, que no quieren el menor contacto con nadie, estos son individuos solitarios que sufren. Ellos anhelar�an participar, pero no saben c�mo hacerlo.

Con raz�n se encierran en s� mismos; el trato con otras personas es como una pesadilla recurrente. Por un lado, est�n seguros de que los van a tratar mal; por el otro, su terrible timidez aleja a la gente. Y es as� como lo que temen casi siempre se produce; los dem�s no los aceptan. En realidad, no se sabe c�mo interpretarlos. Debido a su aparente indiferencia, muchas veces pasan por individuos fr�os, no deseosos de que se les d� participaci�n.

As�, llegan a sentirse aislados, no queridos, distintos e incompetentes a pesar de todo lo que hagan. Emocionalmente, rara vez se sienten a gusto. Si no est�n ansiosos, est�n deprimidos, y a menudo ambas cosas a la vez. Pero al menos cuando est�n lejos de los dem�s no tienen que experimentar eso tan horrible que es adivinar el rechazo.

AMAME INCONDICIONALMENTE
Al igual que los paranoides, los evasivos tienen un muy sensible �sistema de alerta contra el peligro�. Viven buscando manifestaciones de cr�tica o desaprobaci�n. El problema es que el m�s leve signo �ya sea una palabra de enojo o una mirada rara- hace sonar la alarma. Son tan sensibles que, cualquier expresi�n que no sea de una aceptaci�n total, la interpretan como rechazo. Las expectativas que vuelcan en una relaci�n son inmaduras e irreales. Creen que aceptaci�n es sin�nimo de amor incondicional, que las personas que se quieren nunca se enojan una con la otra, nunca se se�alan errores, nunca se hieren y siempre se aceptan sin reservas.

Al mismo tiempo suponen que, para que a uno lo acepten y lo quieran no debe tener defectos. Cuando entran en un sal�n lleno de gente, est�n pendientes de sus propios fallos �uno de los m�s importantes, su incapacidad de competir y tener �xito en el plano social- y les aterra la posibilidad de que se note lo imperfectos que son. No se dan cuenta de que la gran mayor�a de la gente experimenta al menos cierta ansiedad de tipo social, lo que incluso llega a perturbar a muchos. Por ejemplo, en un estudio se comprob� que el 40% de quienes est�n en los �ltimos a�os de la adolescencia y primeros de la edad adulta consideraba que una parte significativa de su personalidad la constitu�a la ansiedad social; uno de los autores de ese estudio llega a la conclusi�n de que entre el quince y el veinte por ciento de todos los adultos padecen una angustiosa ansiedad social. Los evasivos est�n convencidos de que son terriblemente distintos de los dem�s. Y cuando deben afrontar una situaci�n social, imaginan que todos le van a descubrir. �Y si la gente piensa que algo anda mal en ellos? �Y si se sonrojan y demuestran su aflicci�n? �Y si hacen alg�n comentario tonto o parecen desinformados? �Y si se olvida del nombre de alguien? La inseguridad que tienen es constante, examinan ansiosos a los dem�s, y siempre se hacen a la idea de que nadie los acepta ni los ama incondicionalmente. Por el hecho de tener un mundo interior tan sufrido y distorsionado, estas personas tienen tambi�n una gran dificultad para vivir un amor verdadero, por otros o por s� mismos. Sienten desprecio por ellos mismos y enojo con los dem�s.
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