EL JEFE CONCIENZUDO
Como est�n dispuestos a dedicar mucho tiempo y esfuerzo, las personas con predominio del estilo concienzudo suelen escalar hasta la cima en numerosas profesiones. As� como los seguros de s� mismos y los agresivos suelen ascender gracias a su agudeza pol�tica o a la manipulaci�n de poder, los concienzudos logran el �xito mediante el anticuado expediente del trabajo esforzado. Son leales, respetan la autoridad y a menudo realizan su mejor labor cuando tienen que responder por ella ante alguien. Por estas razones, el concienzudo habitualmente es un candidato excelente para subjefe, la persona con la que usted puede contar para que, en la sombra, ponga en pr�ctica las medidas que usted le indica.

Sin embargo, para llegar a ocupar los cargos de mando hacen falta ciertas condiciones que van contra el temperamento concienzudo, como por ejemplo, la capacidad de tomar decisiones r�pidas, de establecer prioridades y delegar responsabilidades. Los concienzudos se fijan metas altas. Algunos necesitan ser tan minuciosos, y revisan tanto cada detalle antes de arribar a una conclusi�n, que se vuelven exasperantes por lo lentos en decidirse hasta en las cuestiones m�s peque�as.

Los concienzudos suelen esperar la misma exagerada minuciosidad y dedicaci�n por parte de los dem�s, lo cual no siempre es conveniente. Para llevar a cabo una eficaz labor de mando se precisa una mayor flexibilidad con las normas, capacidad para establecer prioridades y respeto por los estilos distintos de trabajo que tengan otras personas, y el concienzudo puro no se permite esto �ltimo (esto podr�a obtenerse con ciertas dosis del estilo seguro de s� mismo o del agresivo). As� y todo, aun los extremadamente concienzudos suelen llegar alto en la vida.


CARRERAS Y EMPLEOS ADECUADOS PARA LOS CONCIENZUDOS
El estilo concienzudo de personalidad va de la mano con una mente l�cida para los datos, las categor�as y los detalles t�cnicos. As�, estas personas suelen dedicarse al trabajo en el campo cient�fico, en la medicina, la investigaci�n, la matem�tica, los negocios, la inform�tica, el derecho, la ingenier�a, el proceso de datos y muchos oficios manuales, o bien al aspecto t�cnico y organizativo de cualquier profesi�n. Este estilo trae consigo una gran capacidad de apreciaci�n, especialmente para el manejo del detalle fino m�s que del panorama general. El individuo con esta personalidad a menudo funciona bien como mano derecha de un dirigente que tenga una gran intuici�n y talento para lo conceptual, pero que necesite alguien que le investigue los antecedentes de algo y le suministre todos los detalles.


EL YO: LA CONCIENCIA TRABAJADORA
Cuando el concienzudo conoce a alguien, en seguida le pregunta a qu� se dedica, pues para �l la ocupaci�n de una persona es la informaci�n que m�s le interesa. Para el concienzudo el yo es el trabajo. Los concienzudos que no tienen (o creen no tener) un trabajo suficientemente importante que los defina quiz� se sientan inc�modos cuando se les pregunta a qu� se dedican, como les sucede a algunas amas de casa que, aunque sean muy habilidosos en las numeros�simas tareas del hogar y trabajen incontables horas de m�s, a veces creen que deber�an salir a trabajar fuera de la casa. Los hombres y mujeres concienzudos se fijan altos niveles de responsabilidad. Creen que en todo momento deben rendir al m�ximo de su capacidad, contando siempre con la aprobaci�n social o cultural. Nunca deben rendir menos que el m�ximo, y esto no tiene que resultarles f�cil.

Los concienzudos juzgan sus propias acciones con un c�digo estricto de moral personal. Cuando uno los oye hablar, podr�a contar cu�ntas veces dicen �deber�a� o �deber�as� (porque tambi�n son dados a dar consejos). Debido a este tipo de conciencia, suelen ayudar de diversos modos a la sociedad. Se exigen la perfecci�n a s� mismos y a menudo tambi�n a los dem�s. Pueden llegar a ser h�roes de batallas populares o impopulares porque creen que es su deber apoyar su causa y la de su pa�s.

A los concienzudos les cuesta mucho aceptarse, y a menudo creen que lo que hacen no es suficiente.

LAS EMOCIONES, EL AUTODOMINIO Y EL MUNDO EXTERIOR:
LA VOZ DE LA RAZ�N
La voz de la conciencia, interior o externa, que obedece al concienzudo, constituye la base para una excelente autodisciplina, y la autodisciplina es la condici�n sine qua non del �xito. Los adultos concienzudos no exceden el l�mite de compras de su tarjeta de cr�dito. Y si les hace falta hacer una dieta de adelgazamiento, son capaces de atenerse estrictamente al r�gimen sin entrar jam�s en una helader�a.

Los concienzudos se rigen por su intelecto y no por sus emociones, deseos o apetitos.

Cuanto m�s marcada es la tendencia concienzuda en una persona, m�s le cuesta perdonarse los deslices comunes de todo ser humano. Y cuando la conducta de un individuo no est� a la altura de las altas expectativas que ha puesto en s� mismo (los �deber�a�), sobreviene el sentimiento de culpa. Por ese motivo la culpa y la preocupaci�n son habituales en quienes tienen el estilo concienzudo de personalidad.

Una de las caracter�sticas de la conducta emocional de estas personas es la reserva. No son sentimentales ni efusivas, no demuestran demasiado sus emociones. Prefieren obrar seg�n los dictados de la raz�n y reaccionar fr�amente. A los hombres y mujeres de este estilo les cuesta demostrar abiertamente lo que sienten. Si bien les resulta m�s f�cil expresar enojo con sus subordinados, cuando se les presenta un conflicto con alg�n superior hacen lo posible por congraciarse.

A veces, el enfoque racional que tiene el concienzudo puede convertir su mundo en un lugar sin matices. La m�sica que interpreta un virtuoso pianista puede ser una exhibici�n de proezas t�cnicas, pero seguramente los que tienen buen o�do pensar�n que le falta sentimiento. Como no perciben la sutileza de los tonos grises en lo emocional, tienden a ver todo blanco o negro. Los fan�ticos, ya sea de la religi�n o de cualquier otra cosa, habitualmente son concienzudos en extremo. Saben que la raz�n la tienen ellos, y todos los dem�s est�n equivocados. Para los que son excesivamente concienzudos y los obsesivo-compulsivos, en el mundo se dan dos extremos, y ning�n interrogante en el medio.
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