�EL DESAFIANTE�
Olvid�monos de la cautela: aqu� est� el audaz. �Qui�nes, sino los audaces, habr�an dado pasos tan beneficiosos para la humanidad como cruzar oc�anos, quebrar la barrera del sonido y llegar a la luna? Quienes tienen este tipo de personalidad se aventuran a los lugares donde la mayor�a de los hombres temen llegar. A ellos no les afligen las mismas preocupaciones ni miedos que nos coartan a los dem�s. Viven en el l�mite, desaf�an fronteras, se entregan para bien o para mal a un juego apasionante contra su propia condici�n de mortales. El que no arriesga no gana, dicen. De hecho, para los audaces, el riesgo ya es la recompensa.
LAS ONCE CARACTER�STICAS
Las once conductas y rasgos siguientes denotan la presencia del tipo audaz de personalidad. El individuo con una marcada tendencia audaz exhibir� m�s conductas de las que se mencionan a continuaci�n, y m�s intensamente, que alguien que posea menos rasgos de este estilo en su perfil de la personalidad.
INCONFORMISMO. Estas personas respetan un c�digo propio de valores. No se dejan influir demasiado por los dem�s ni por las normas de la sociedad.
DESAF�O. Vivir es arriesgarse. Como les encanta el peligro, constantemente emprenden actividades de alto riesgo.
INDEPENDENCIA REC�PROCA. No se preocupan mucho por el otro, pues esperan que cada ser humano sea responsable de s� mismo.
PODER DE PERSUASI�N. Son convincentes y tienen el arte de conquistar amigos e influir sobre la gente.
SEXUALIDAD. El sexo es muy importante para ellos y disfrutan de numerosas y variadas experiencias con distintas parejas.
PASI�N POR LOS VIAJES. Les gusta estar siempre en movimiento. Cuando se asientan, experimentan luego la necesidad de volver a salir, explorar, seguir avanzando.
TRABAJO INDEPENDIENTE. Estas personas evitan el trabajo de ocho horas en relaci�n de dependencia pues prefieren ganarse la vida por su cuenta. No les preocupa encontrar trabajo y viven bien seg�n su talento, capacidad e ingenio.
GENEROSIDAD. Son desprendidos con el dinero. Creen que el dinero hay que gastarlo, y que en alg�n sitio encontrar�n m�s.
EXCESOS JUVENILES. En su ni�ez y adolescencia, los audaces son inquietos y traviesos.
CORAJE. Son valientes, intr�pidos en lo f�sico y resistentes. No vacilan en defenderse de cualquiera que pretenda aprovecharse de ellos.
SIN REMORDIMIENTOS. Los audaces viven el presente. No se sienten culpables del pasado ni angustiados por el futuro. La vida est� para que se la experimente AHORA.
LOS SEIS DOMINIOS
DE LA PERSONALIDAD AUDAZ
Los �mbitos del autodominio y del yo predominan en la vida del audaz.
EL YO Y EL AUTODOMINIO: ES EMOCIONANTE ESTAR VIVO
Los audaces son personas extravertidas, inclinadas siempre hacia la acci�n, ansiosas por vivir la experiencia m�xima que les permita sentir lo vitales que son. Necesitan de la emoci�n y el desaf�o de la misma manera que a los dem�s nos hace falta el alimento y el techo. Ya sea en los deportes, en la profesi�n, en su vida sexual, en el mercado de valores o en la mesa de juego, su raz�n de ser es poder satisfacer esas ansias de excitaci�n. Lo importante es c�mo lo hacen. �Van a poner en peligro la vida de los dem�s junto con la propia? �Van a burlarse del orden social a fin de salirse con la suya? �Calcular�n los riesgos? Con cierta dosis de rasgos audaces, una persona puede construir una vida provechosa y ciertamente interesante. Cuando la audacia es excesiva se convierte en un verdadero problema, sobre todo para los dem�s, tema que se tratar� bajo el t�tulo �El trastorno antisocial de la personalidad�.
LO HAGO POR M� MISMO
Como ocurre con los otros tipos de personalidad en los que predomina el yo, los audaces hacen las cosas por ellos mismos. As�, buscan las experiencias intensas, viscerales. Si tambi�n poseen rasgos seguros de s�, sentir�n la ambici�n de batir r�cords y hacerse famosos con ello. Por lo dem�s, probablemente les baste con el flujo de adrenalina que les provoque el hecho de haberse enfrentado al peligro.
No necesitan de los dem�s para estimular su autoestima ni dar sentido a sus vidas, y no hacen sacrificios por nadie; al menos no les resulta f�cil. Eso no significa que se a�slen de los dem�s, como veremos cuando hablemos del dominio de las relaciones, ni que no puedan tampoco defender una causa, siempre que todo ello se mantenga al servicio de su propia experiencia (como ocurre con algunos guerreros). En los planes del audaz a menudo figuran otras personas, como por ejemplo, en la experiencia sexual o en una expedici�n a la Ant�rtida. Pero lo que da sentido a su iniciativa no es la uni�n de las almas ni el amor a una persona, un pa�s o una causa. Lo que cuenta, m�s bien, es la sensaci�n de estar vivos que ellos experimentan.
Tampoco requieren de la aprobaci�n de los dem�s para lo que ellos pretenden de la vida. Como sucede en los seguros de s� mismos, uno de sus puntos fuertes es la gran fe que tienen en s� mismos. Poseen una firme sensaci�n interior de lo que es bueno o malo para ellos, y si hay algo que consideran importante, no les interesa lo que piensen los dem�s.
