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CUBANOS
Enrique
Arias
Desde la playa de Bacuranao
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Año
1979. Encontrándome en un servicio operativo en una emboscada
que estaba ubicada en el primer piso del torreón de Bacuranao,
y siendo alrededor de las 05:40 horas, no recuerdo el mes y el día
y esperando el amanecer, comienzo a observar que a unos 40 metros
en el mar, frente a la posición en que nos encontrábamos,
algo comienza a salir debajo de la superficie marina. Le ordeno
al combatiente apuntar hacia aquello y le indico como jefe del Servicio
Operativo que la orden de fuego yo se la daré.
El
muchacho, que es del SMG (Servicio Militar General) apunta con la
ametralladora; el objetivo tiene ya todo el cuerpo fuera del agua,
los primeros rayos del sol se reflejan sobre su estructura de plateado
titanio (ver figura 6).
¡Deja
el arma en el suelo y sepárate de ella!... le indico. Era
de la misma forma del trompo de Brick-Braford, tendría unos
80 metros de diámetro y unos 70 metros de altura. En ese
entonces estaba construido un solo doce plantas en Alamar (edificio
de microbrigada social; N. del E.), el de "Vanguardia Socialista",
y la Superior de guerra aún se construía.
Bajamos
de la torre. Mentalmente, me dirigí a los tripulantes de
la nave, que detuvose casi arriba de nosotros; aún goteaba
agua. Se detuvo sobre la Escuela Superior de Guerra "General
Máximo Gómez" y aceleró su desplazamiento
a las 9:00 horas, al oeste. Se detuvo momentáneamente a unos
100 pies sobre el edificio de 12 plantas ya mencionado, y cuando
amaneció totalmente, tan rápido como la luz, pero
sin ruidos, trepó a 45 grados oeste y se convirtió
en un lucero en el firmamento.
Le
dije al soldado que si manifestaba lo que habíamos visto
quizás pensarían que estábamos locos.
Continuará...
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