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15-Julio-2005
 
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Enrique Arias

La nube rara

Durante el Año Geofísico Internacional, 1956, salimos un día de marzo a la pesca del bonito, en la goleta "El Pinero", matrícula de Guanabo, de vela y motor. Mi padre, Enrique Arias Soto, Manuel Arias, Maximino Arias, dos sobrinos de mi padre y yo.

Cuando dejábamos a nuestras espaldas la punta de la chimenea del central "Hershey" (Camilo Cienfuegos) al NNE distingo a medio cable del barco, una gran nube blanca, pegada al mar, flotando sobre ella (ver figura 4).

 

Le pregunto a mi padre la razón de ese fenómeno, y me contesta que la nube "estaba cogiendo agua", para después lloverla.

Intrigado, aceleré los 300 HP. El piso del "Pinero" trepidó y comencé a estrechar la distancia entre nosotros y el barco.

Faltándonos menos de 200 metros, PUFF, la nube desaparece, y oh maravilla, atónitos nos quedamos cuando observamos suspendido sobre la superficie del mar a unos cuatro metros de altura sobre el océano una estructura metálica, con escotillas, de submarinos del tipo segunda guerra mundial horizontales, sin superestructuras ni castillos, sólo de unos seis metros de grosor y unos 80 metros de longitud, quizás más (ver figura 5).

 

Al viejo se le cayó el tabaco de la boca.

En la cubierta de la nave miles de hilos de agua caían con finos chorros de agua.

 
   

Detuve el barco y me mantuve al pairo. No se veía nadie a bordo. Cesó el agua, y subió unos 300 metros de altura, paró en seco y sin ruido y horizontalmente se movió hacia arriba nuestro; en el diámetro central tenía un orificio oscuro, por donde salieron pequeñas llamas de candela, como en una cocina de gas (ver figura 3).

Papá sacó de la cabina una Thompson, y apuntó. Le dije: "Deja eso viejo, que esa gente, si hubieran querido, hace rato nos hubieran desaparecido del mapa".

De repente y después de permanecer como 20 minutos sobre nosotros, y a una velocidad extraordinaria, dejando su propio diámetro (hueco; N. del E.) por el vacío entre las nubes, se perdieron sobre el zenit nuestro.

Papá dijo: "Cuando lleguemos al puerto de Guanabo ni una palabra a la Marina de Guerra". Y así fue.

Continuará...

 
 
 
 
 

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