von der Becke (ed.)

VIVENCIAS DE IGNACIO LARRAÑAGA

 

"El hecho es que el viento se encargó de aventar aquellos sueños (de juventud), y de hecho, mi vida comenzó a tomar los rumbos más inesperados. Ahora, desde la altura de la setentena, estoy en condiciones de afirmar con convicción y madurez algo que el paso de los años me ha ido enseñando, a saber: tal como las cosas han ido aconteciendo "fue lo mejor ". Por consiguiente, y echando una mirada global y retrospectiva a mi historia personal, puedo afirmar que, no obstante que casi todo lo realizado en mi vida a lo largo de tantos años ha sido de alguna manera, contra mis gustos o mis preferencias, estoy sin embargo en condiciones de afirmar solemnemente: todo lo que sucedió "fue lo mejor" para mí. El Padre Dios siempre me llevó por caminos imprevisibles y desconcertantes." (p 36/37)

"No es la fatalidad ciega la que, como un negro corcel, impone y determina cuanto sucede a nuestro lado, ni somos hojas de otoño a merced de las reacciones psicológicas o de los condicionamientos genéticos. No. El Padre, auriga que gobierna y mueve con hilos invisibles las leyes y fuerzas de la creación, permitió que las centellas de infundios y falacias cayeran sobre mí. No fue castigo, sino predilección. En el enorme planisferio de su mente que abarca el hoy, el ayer y el mañana, el Padre tenía diseñada para mí una pedagogía que me conduciría, por una senda de espinos y piedras, al reino de la sabiduría y la libertad. Él no puede permitir un daño irreparable para su hijo. En suma, entregarse implica poner en Sus Manos un cheque en blanco, un voto de confianza, y proclamar a los cuatro vientos: íTodo está bien! íFue lo mejor!"(p 69)

"íOh maravilla! Comencé a darme cuenta de que al decir con toda mi alma: íestá bien!, en el acto se apagaba la indignación. Más aún, también me percaté de que, en el mismo acto, quedaba borrado de mi mente el recuerdo amargo. Fue un descubrimiento, un eureka." (p 71)

"Mirando retrospectivamente, y como a vuelo de pájaro, fui observando clarisimamente la ruta zigzagueante e inesperada por la que el Padre me iba conduciendo: una vez que yo había atravesado la etapa de la tribulación y de la consolación, y había llevado a cabo una terapia intensiva de purificación, una vez que había acumulado la sabiduría de la experiencia y disponía de alguna riqueza para compartirla con los demás, el Padre comenzó a abrirme las puertas y a ofrecerme oportunidades." (p 130)

Nunca coloqué mis manos sobre el timón de mi nave. La dejé a la deriva, a merced de las olas, a sabiendas de que el dueño del mar controlaría la fuerza y la dirección de los vientos. La casualidad, que es el nuevo nombre del Desconcertante, me salió una y otra vez inesperadamente en los cruces de los caminos contra todo pronóstico (...) Sólo desde la cumbre alta del sol poniente, y mirando por sobre el camino recorrido podemos vislumbrar, y borrosamente, la estrategia zigzagueante, la santa e imprevisible voluntad del poderoso y cariñoso Padre. Mientras tanto, no nos corresponde sino bajar la cabeza y decir: voy a soltar los remos, y, cuando quieras, a donde quieras, íllévame!" (p 182/3)

Ignacio Larrañaga - La Rosa y el Fuego - Taller San Pablo, Bogotá, Colombia - 1998

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    Actualizado 29 Junio 1998

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