Los �rboles carecen del medio de defensa de la hu�da frente al ataque de fuerzas destructivas. Sin embargo han sobrevivido porque, en su evoluci�n, se han hecho organismos altamente compartimentalizados. Cercan la madera herida o infectada. En este sentido, los �rboles no pueden sanar, no reparan, no producen nuevas c�lulas en sustituci�n de las viejas. Se defienden de las consecuencias de la herida o infecci�n cercando el da�o: compartimentalizan.
Cada a�o crece un nuevo �rbol sobre el �rbol viejo, dejando cercano al eje las c�lulas muertas y m�s cerca de la corteza las c�lulas en diferentes etapas de envejecimiento. Un �rbol es una jerarqu�a de compartimentos:
*los mayores compartimentos son los anillos anuales, generados concentricamente al eje en el tronco, las ra�ces y ramas;
*los siguientes compartimentos son grupos de c�lulas del anillo, compartimentalizados como cu�as mochas;
*el compartimento b�sico es cada una de las c�lulas, con sus r�gidas paredes de celulosa.
En t�rminos generales, el �rbol se defiende de tres maneras frente a heridas y a infecciones:
* los l�mites del compartimento preexistente se refuerzan por medios
qu�micos (�cido g�lico, �cido t�nico, fenoles);
* crea una nueva pared con muchas c�lulas del par�nquima, de tama�o
menor al normal y con v�as metab�licas ahora aptas para combatir quimicamente
al microorganismo atacante;
* contin�a creciendo si tiene tiempo y energ�a, con lo cual puede
compartimentalizar mejor el tejido herido e infectado, tratando que
la velocidad de generaci�n de nuevos tejidos que mantendr�n la vida
del �rbol supere a la velocidad del ataque. El �rbol sobrevive creciendo
sobre s� mismo, lo que significa un nuevo �rbol tambien compartimentalizado
como el viejo, t�pico de la siguiente estaci�n de crecimiento.
Los fenoles no solamente son da�osos para el atacante, sino para el �rbol mismo, por lo cual, como se autoenvenena con sus defensas, es una buena estrategia tratar de crear un �rbol nuevo.
En resumen, el �rbol refuerza los tabiques preexistentes. La pared 1 resiste la propagaci�n vertical de la infecci�n. La pared 2 la propagaci�n hacia el interior. La 3 hacia el lado (horizontal). Las 2 y 3 ya exist�an anatomicamente, la 2 es moderadamente fuerte y la 3 es la m�s fuerte. La 1 no tiene existencia real anat�mica antes de la infecci�n. Pero el �rbol tapona las tuber�as verticales para que no sirvan de v�a de propagaci�n, por ejemplo con c�lulas de par�nquima que se hinchan y clausuran los vasos. Si fracasa esa medida, se infecta toda la m�dula del �rbol pero �ste se mantiene vivo con los nuevos �rboles conc�ntricos formados en a�os sucesivos. Si fracasa la pared 3, se forman los huecos interiores del �rbol que luego utilizan los animales como refugio. Con la nueva estaci�n debe formarse una pared 4 que separa la herida del exterior y que est� constituida por tejido nuevo. Esta pared revela, al ser estudiada, que es impermeable a la gran mayor�a de los microorganismos y hongos. Su ingrediente activo es la suberina, �cido graso para el cual los invasores carecen de la enzima necesaria para inactivarla. Con esa barrera, el �rbol no muere.
Alex L. Shigo, Compartimentalizaci�n de la podredumbre de los �rboles, INVESTIGACION Y CIENCIA, junio 1985, n�mero 105, pag 58.
23.feb.2001
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Colecci�n de lecturas de Biolog�a- Carlos von der Becke.