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Carlos von der Becke - Biolog�a 68

MODULO IV UNIDAD 1 CAPITULO 4

TELARA�AS

La posibilidad que exhiben los animales de producir artesan�as que reflejan tecnolog�as que solamente el humano ha logrado imitar con mucho retardo merece unos comentarios y reflexiones. Si definimos tecnolog�a como la capacidad de resolver problemas pr�cticos, las ara�as que construyen sus telara�as reflejan cierta capacidad tecnol�gica que no es, entonces, caracter�stica exclusiva del ser humano.

Una de las caracter�sticas m�s importantes de las ara�as es su capacidad de producir filamentos sedosos, habilidad que comparten con el Bombyx mori, el gusano de seda. Mientras este �ltimo usa la seda que eyecta desde una extrudora ubicada en la parte trasera del abdomen y alimentada por gl�ndulas especiales, para alojarse en una habitaci�n que con ella se construye, la ara�a emplea su seda en construir trampas para los insectos voladores de los cuales se alimenta. La seda a veces es incluso mejor que la producida por el gusano de seda. Inicialmente la seda es una prote�na globular l�quida, pero al ser eyectada se desnaturaliza (t�rmino usado para el proceso de cambio entre una estructura globular nativa y una estructura "desnaturalizada "fibrosa. El pasaje de una clara de huevo nativa al estado coagulado blanco resultante de la acci�n del calor, es otro ejemplo de desnaturalizaci�n de prote�nas. La muerte por el calor de un microorganismo en un esterilizador de la industria alimentaria es aun un tercer ejemplo.

Todav�a el hombre no ha encontrado una forma eficaz de aprovechar este producto biotecnol�gico como s� lo ha hecho con el gusano de seda.

El uso habitual de su seda es hacer trampas, pero a veces las diferentes especies tambien se construyen guaridas toscas de seda, caso de las musara�as y de las ara�as cangrejo, as� llamadas por sus patas curvadas. Todas las ara�as depositan sus huevos en c�psulas o capullos de seda. Es com�n encontrarlas vac�as en los jardines durante el oto�o. Las peque�as ara�as al nacer, viven de la yema almacenada en sus cuerpos. Muchas, logradas la independencia, se dejan llevar por el viento hacia largas distancias, montadas sobre hilos de seda o "babas del diablo". Entre las ara�as constructoras de trampas, las telas m�s bonitas son las resultantes de la artesan�a de las argiopidas cuyas delicadas telara�as cuelgan de las ventanas familiares. Para empezar su tela, la ara�a deja caer libremente un filamento, hasta que su extremo inferior se adhiere a un objeto donde queda fijo. Realiza con ella el resto de la trama, dependiendo la forma de los soportes disponibles. Los filamentos diagonales parten de un centro de donde surgen otros distintos radios. La trama forma una peque�a espiral alrededor del centro que va reforzando la estructura. Antes de producir las espirales definitivas, la ara�a forma una espiral provisional dirigida hacia afuera, que utiliza como gu�a para elaborar otra de mayor viscosidad, desde afuera hacia adentro. Los filamentos m�s viscosos son diferentes de la seda m�s seca que usa de gu�a y proceden de otras gl�ndulas, cuyo producto pegajoso es m�s adecuado para la captura de presas. Al terminar su tela, la ara�a se queda ya sea en el centro o escondida en una hoja lateral, aunque unida a la tela por un filamento que le transmite las vibraciones que originan los esfuerzos por escapar de los insectos atrapados. La ara�a se abalanza sobre la presa, y con gran habilidad la envuelve con sus patas con seda fresca, mordiendola al mismo tiempo. Como la ara�a tiene en sus patas una capa de aceite, no queda adherida sobre su propia tela, como lo informa el naturalista franc�s Fabre. Si la ara�a est� hambrienta, transporta a su v�ctima al escondrijo. En el otro caso, la deja un tiempo sobre la tela. Si se da�an las telas, casi nunca las reparan, construyendo casi diariamente una nueva. Mientras la picadura de la ara�a es letal para la peque�a presa, no alcanza a perforar la piel humana.

Esta 'tecnolog�a' se hereda con genes comportamentales de generaci�n en generaci�n, aunque los detalles de la fijaci�n de la red a los sitios cambiantes involucran una cierta dosis de creatividad tambien heredada. �No ser�n las ara�as socias de la Asociaci�n de Tecn�logos Alimentarios? Merecer�an serlo, junto con las hormigas que cultivan hongos bajo tierra y que les llevan hojitas para que crezcan y sirvan de alimento y junto a las abejas que fabrican la miel para el invierno. Esta poderosa pulsi�n hacia tener resuelto el tema de la alimentaci�n es la misma que les garante buen �xito a quienes acceden a una tecnolog�a competitiva, heredada o perfeccionada.

esquema de los usos que hace la ara�a con su seda.

esquema de hormigas llevando pasto a sus hongos subterr�neos

esquema de la fabricaci�n de la miel
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