MODULO I UNIDAD 2 CAPITULO 1

1. EL TORNO AUTORREPLICANTE Y LA VIDA

icono de un torno fabricando otro torno

Durante mucho tiempo se creyó que los gusanos, lombrices y moscas nacían del barro o de las heridas de los animales que se embichaban en forma espontánea. La gente se imaginaba que los seres vivos primitivos no requerían otra cosa que un ambiente propicio para brotar de la nada. Louis Pasteur, el siglo pasado, experimentalmente probó que el barro expuesto al calor nunca generaba vida alguna. Bastaba matar por el calor las esporas y los huevos y evitar la recontaminación, para que no surgiese vida del barro ni de las heridas.

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LECTURA 8-Pasteur - Un experimento crucial

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Comentario del presidente: Aquí están configuradas las dos etapas de la appertización o esterilización de los alimentos descubierta por el repostero parisién Nicolás Appert en 1809:

* muerte térmica de los microorganismos presentes en el líquido

* anulación de la posibilidad de recontaminación posterior con un arbitrio que la impida.

Además, obsérvese que el experimento muestra la típica estructura blanco versus tratamiento. El ensayo en blanco es el frasco abierto. El ensayo con tratamiento repite el blanco, pero en un frasco con el cuello haciendo sifón.

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Para clarificar lo fundamental de la vida, Johann von Neumann, aplicó su gran talento a imaginar una experiencia mental. Pensaba en los requisitos de un torno autorreplicante (que se reproduce), un torno sabio en el sentido de ser capaz, por sí solo, en forma "autónoma", de fabricar un torno hijo igual que él. O sea, tambien autorreplicante, en el sentido que ese hijo se podría, de nuevo, poner a fabricar un torno nieto igual a sus antecesores. Para no ser machistas, Chou, llamemoslos torno madre, torno hija y torno nieta.

Todo torno es una herramienta versátil que sujeta, con agarraderas mecánicas, las piezas de metal o plástico a trabajar, a las que vuelve cilíndricas, mediante cuchillas afiladas. Procesa los materiales que giran sobre sí mismos mediante levas y palancas. Los más recientes son preprogramados. Ya no hace falta un tornero, a su lado, que lo dirija.

Imaginemos, Chou, que estamos paseando por una exposición de máquinas-herramientas y nos detenemos a ver la maravilla que es el torno con inteligencia que allí se nos muestra. El artefacto que estamos mirando está programado de forma tal, que basta proporcionarle la pieza bruta para que el torno "sepa" cómo debe capturarla y ubicarla (con un robot con visor que es parte de la herramienta expuesta), cuánto tiene que mover la leva y las palancas, cuántas vueltas tiene que darle, afeitándola, con su cuchilla, para llegar al producto final de medidas exactas que satisface sin error y de antemano las especificaciones. Se le puede requerir, por ejemplo, que fabrique una hija fértil, capaz de 'crear' tambien su propia hija.

Con von Neumann nos damos cuenta que, por lo menos, hay cinco sistemas que son indispensables en un torno que se replique a sí mismo.

* Para tornear un torno hija aun detenido: el subsistema mecánico robotizado, que prepara las diferentes piezas, a partir de materias primas que alguien debe suministrar.

* Para poner en marcha a la hija: el subsistema energético. Los mecanismos necesitan tambien su caja de arranque y su tomacorriente. El robot del torno madre debe conectar la caja de arranque del torno hija al mismo sistema energético que usó la madre. Ese sistema energético, en principio, no se debiera saturar con nuevos clientes aportados (hijas, nietas, etc.). Además debiera ser gratuito, porque dudamos que un torno al cual le atribuimos ser sabio, esté dispuesto a pagar para hacer su trabajo.

* Para duplicar la hija dando lugar a la nieta (guías, instrucciones, reglamentos de armado): el subsistema informático, el reglamento de armado, el soporte lógico, programa o software, tanto el trabajo del robot, del torno y de la caja de arranque, como tambien la guía o manual de todo el complejo sistema en conjunto, que pudiera ser duplicado para que la nieta pueda llevarse su ejemplar. (En informática esto sería el soporte lógico o software, en la vida es el mensaje genético).

* De nuevo para duplicarse (ejecución de las instrucciones): el subsistema o dispositivo cibernético, su soporte físico o hardware, que entienda el código con que está escrito la guía o el manual y que lo traduzca en órdenes concretas entendibles por el robot, por la caja de arranque y por el nuevo torno mismo.

* Para lograr sitio alrededor del torno donde quepan los descendientes: ruedas para el desplazamiento y alguna corriente de aire que se lleve la viruta que se produjo y que amenaza con taponar las cuchillas. Es el subsistema de retiro de desechos.

Ahora usted, Chou, dé rienda suelta a su imaginación de cómo razonar primero y lograr después todo lo necesario para duplicarse. Antes que nada, el torno debe saber cómo hacerlo. Esa información puede pasar a estar (por ejemplo) tallada en algun lado, que podría ser un largo alambre. Necesita un código que interprete esas talladuras y que las vuelva comprensibles. Fracasa un dictador (la información es acá el dictador) que quiere obligarnos a cumplir órdenes pero al que no entendemos. Las órdenes podrían ser quizás perfectas. Pero necesitamos asimilarlas. Tampoco serviría si le entendemos bien pero hacemos mal nuestra tarea. Por ejemplo, por fallas de entrenamiento. Razonando algo más, el torno sabio no es más que aproximadamente autónomo. ¿Lo será realmente un sistema para el cual las instrucciones de su manual proceden de otra fuente externa e independiente? Su mensaje genético tiene que ser hecho por alguien inteligente, porque no le hemos provisto de una manera de juntar sistematicamente de la nada las instrucciones que necesita. Si todas estas situaciones andan bien y se apoyan mutuamente y con coherencia, como en un sistema real, se podría afirmar que todo este lío complejo es para perpetuar la información, el tesoro principal de todo lo que realmente caracteriza al torno madre. Porque el sistema enchufado cumple espontaneamente con las leyes termodinámicas básicas. Esto quiere decir que transforma trabajo en calor. Si anda mal, es tan inservible como un reloj descompuesto, que tambien las cumple.

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LECTURA 9-Haldane - ¿en qué medida un ser viviente es una máquina?

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(*) homozigotas significa con iguales genes. Las quintillizas Dionne, homozigotas, resultaron de la división en la tercera etapa de la mórula, ya que en la segunda etapa de división, había cuatro células, que separadas entre sí no alcanzan a generar cinco hermanas. Al saltar de cuatro a ocho células, las fuerzas entre ellas son mayores. La individualidad está borrosa en las primeras divisiones de un embrión.

(**) Seguidores de los modelos de Descartes.

CONCLUSIONES RAZONADAS

Con el maestro virtual al lado, intentemos extraer conclusiones. Estamos buscando lo que caracteriza a la vida. Los temas del ser vivo como un ser generado espontaneamente, como individuo indivisible o como máquina con partes reemplazables, merecen alguna reflexión. Estamos profundizando en la regla 1 de nuestra lista. Los textos de Pasteur y de Haldane nos iluminan sobre varios experimentos, de diversa índole, que nos ubican con más claridad frente a las características vitales. El experimento mental de von Neumann, en el campo abiótico o no-viviente, acerca del torno madre que fabrica un torno hija es una aproximación interesante, que nos muestra en forma descarnada los conflictos que tambien están afectando a cualquier ser viviente con su valiosa información incluída en el mensaje heredable. El progreso hacia la individualidad que señala Haldane tambien debe hacernos reflexionar. Una máquina no es capaz, hasta ahora, de tener un pensamiento que salte a la luz en el medio de un flujo de operaciones "mentales". ¿Lo tendrá alguna vez?

Actualizado 12 de Agosto 1998

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