ESTÁNDAR
DEL DOGO ARGENTINO
Según
el estándar nº292 de la FCI de 31 de Julio de 1973. Estándar
aprobado por el Club de Criadores del Dogo Argentino, que
fue confeccionado por el creador de la raza y que debería
seguir figurando como único oficial y prescriptivo actualmente.
CRANEO:
Macizo, convexo en sentido anteroposterior y transversal
por los relieves de los músculos masticadores.
CARA:
Del mismo largo que el cráneo, es decir, que la línea que
une las dos apófisis orbitarias del frontal esté a igual distancia
del occipucio y del borde alveolar del maxilar superior. Hemos
separado cráneo y cara, pero ambos constituyen en su conjunto
la cabeza del Dogo, que es típica y pertenece al tipo mesocefálico
y debe tener un perfil convexo-cóncavo, es decir, el cráneo
convexo por el relieve de la inserción de los músculos masticadores,
clásico del cráneo del perro de presa tipo masticador, y la
cara u hocico ligeramente cóncava hacia arriba, propia del
perro de gran olfato; es decir, que tiene cráneo de masticador
y cara de olfativo en cuanto hay en ello una interacción funcional:
el ventear alto. Arcos cigomáticos muy separados del cráneo,
con fosa temporal amplia para la cómoda inserción del músculo
temporal, uno de los principales masticadores.
OJOS:
Oscuros o color avellana. Encapotados por los párpados de
bordes negros o claros, la separación entre ellos debe ser
grande, mirada viva e inteligente, pero con marcada dureza
al mismo tiempo. Los ojos claros o párpados rojos restan puntuación.
La desigualdad de color (zarcos) es motivo de descalificación.
MAXILARES:
Bien adaptados, sin prognatismo, fuertes, con dientes bien
implantados y grandes. No tiene importancia el número de molares,
siendo lo más importante la homogeneidad de las arcadas dentarias,
la carencia de caries, que no haya prognatismo ni superior
ni inferior, y en especial que los cuatro colmillos, grandes
y limpios se crucen perfectamente en la mordida al hacer presa.
NARIZ: Fuertemente pigmentada de negro, con un ligero stop
en la punta, ventanas nasales bien amplias. La nariz blanca
o muy manchada de blanco resta puntuación. Nariz partida o
labio leporino es motivo de descalificación.
OREJAS:
Sobre la cima de la cabeza, erectas o semierectas, de forma
triangular, deben presentarse cortadas siempre. El jurado
no debe juzgar un Dogo con orejas largas, por lo que debe
retirarlo del ring. En la hembra pueden aceptarse las orejas
recortadas un poco más largas. El macho es preferible con
las orejas un poco más cortas. El Dogo Argentino es un perro
de presa, es decir, de lucha, y en ella las orejas largas
ofrecen una presa fácil y muy dolorosa. Además razones de
estética hacen necesario el corte de orejas.
LABIOS:
Bien arremangados, tirantes, de bordes libres, pigmentados
de negro. Se exige el labio corto para que, cuando el perro
está haciendo presa, puede respirar también por la comisura
labial posterior, porque si el labio es péndulo, aunque el
maxilar sea bastante largo, viene a hacer de válvula en la
inspiración y cierra la comisura de los labios, lo que impide
al animal hacer una respiración supletoria por las comisuras
labiales durante la presa, teniendo que largar por asfixia,
como pasa en las razas de labios colgantes.
OCCIPUCIO:
No debe hacer relieve porque los potentes músculos de la nuca
lo borran por completo, siendo la inserción de la cabeza y
cuello en forma de arco. Se confunde con la línea curva de
la convexidad del cráneo.
CUELLO:
Grueso, arqueado, esbelto, con la piel de la garganta muy
gruesa, haciendo arrugas como las del Mastín, Dogo de Burdeos,
Bulldog, y no tirante, como en el Bull Terrier. Esta elasticidad
de la piel del cuello se debe a que el tejido celular de esta
parte es muy laxo, permitiendo a la piel del cuello resbalar
sobre la aponeurosis superficial, de manera que el colmillo
o la garra del adversario sólo hiere el cuero, y cuando es
un puma, por ejemplo, el que intenta sujetarlo por el cuello,
como la piel es elástica y estira mucho, le permite hacer
presa a su vez.
PECHO: Amplio, profundo, con la sensación de poseer un gran
pulmón. Visto de frente, el esternón debe rebasar hacia abajo
los codos. Siendo el Dogo Argentino un perro de trabajo y
lucha es obvio destacar la importancia de un pecho profundo
y amplio por la importancia que tiene la respiración en el
perro.
ESPALDA: Alta. Muy fuerte. De grandes relieves musculares.
TÓRAX:
Amplio. Visto de lado rebasa su borde inferior a los codos.
COLUMNA: Más alta en la espalda, inclinada hacia el anca en
suave pendiente. En los animales adultos, cuando el desarrollo
muscular de la espalda y del riñón es bueno, vistos de perfil
parecen sillones y presentan un canal medio a lo largo de
la columna, dado por el relieve de los músculos espinales.
MANOS:
Rectas, bien aplomadas, con dedos cortos y bien nutridos.
El largo de los dedos debe guardar proporción con la mano
y tener almohadillas bien carnosas y de piel gruesa y muy
áspera al tacto, con callosidades que le permitan correr mucho
por terreno áspero y pedregoso sin lastimarse.
RIÑÓN:
Bordeado por los músculos del dorso.
PIERNAS:
De muslos muy musculosos, con garrón corto y dedos bien cerrados,
sin dedo aberrante. Con buena angulación, recordando siempre
que son los pilares propulsores de la velocidad y el sostén
en la lucha cuerpo a cuerpo, por lo que nunca será demasiado
insistir en la fortaleza de los músculos del muslo. El dedo
aberrante, tan fácil de hacer desaparecer en los primeros
meses, resta puntuación como carácter recesivo hacia el Montaña
de los Pirineos, pero no es motivo de descalificación.
COLA:
Larga y gruesa, pero sin sobrepasar los corvejones, llevada
naturalmente caída. Durante la lucha la mantiene levantada,
en un continuo movimiento lateral, como cuando hace fiesta
al amo. Debe tenerse muy presente que la cola constituye una
gran ayuda, tanto en el cambio de dirección a la carrera,
en que actúa a la manera de timón en acción compensadora,
como en la lucha, donde hace de sostén y punto de apoyo, colaborando
en el trabajo de los cuartos traseros.
PESO: De 40 a 45 Kilos.
ALTURA:
De 60 a 65 centímetros. Tanto en la altura como en el peso,
el juez debe ser inflexible, pues siendo el Dogo un perro
de lucha, entre las razas de caza mayor, la disminución en
el tamaño le resta eficacia. Debe ser descalificado todo Dogo
adulto, sea macho o hembra, que tenga menos de 60 centímetros
de alzada, prefiriéndose, entre varios ejemplares buenos,
el de mayor alzada. El creador de la raza ha enseñado que
el Dogo Argentino es un normotipo y dentro de ello un macrotálico.
Es decir, que debe existir una armonía en la proporción que,
bajo el punto de vista funcional, es eurritmia, o sea normal,
correlación orgánica que se traduce por una mayor talla y
peso, sin llegar por supuesto, al gigantismo.
MANTO:
Completamente blanco. Toda mancha de cualquier color debe
descalificarse como carácter atávico. Los blancos con la piel
muy pigmentada de negro deben considerarse como ejemplares
no aptos para la cría por el carácter recesivo que muestran
y que puede entrar a ser predominante en los hijos si se aparean
con otros ejemplares que tengan en potencia dicho defecto.
Las manchas pequeñas en la cabeza no son motivo de descalificación,
pero entre dos ejemplares similares debe preferirse el que
sea completamente blanco. En cambio, toda mancha en el cuerpo
debe ser motivo de descalificación.
MOTIVOS
DE DESCALIFICACIÓN: Ojos albinos, manchas en el cuerpo, pelo
largo, nariz blanca o muy manchada de blanco, prognatismo,
retrognatismo, labio colgante, cabeza de lebrel, altura en
la cruz inferior a 60cm., más de una mancha en la cabeza y
cualquier desproporción física. El espolón, en cambio, solo
está penalizado.
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