Entonces la mujer se nego a si misma. Se entrego al demonio durmiente que habia estado encadenado. Lenta y peligrosamente se fue acercando al que yacia enterrado en el fondo de aquel pozo no tan oscuro como habia querido. Aquel conectado por telas de arana que diligentemente armaba y desarmaba sin acercarse mucho. Pero quedo encerrada en el centro. En el medio de dos objetos iguales y opuestos que se confundian en el tejer. Por huirle al demonio bueno y tratar de acercarse al malo habia ganado la certeza de que el pasado, la historia y los recuerdos eran una de esas peliculas pintadas y retocadas en las que los pajaros agrupandose ya no producen el mismo miedo. Y por perder el miedo a los pajaros que sacan los ojos y atacan en bandada, se dio permiso a acercarse al demonio bueno. En realidad nunca habia estado lejos, es caracteristica de las telas de arana la de transportar la escencia de aquellas cosas que estan escondidas. Siempre hay un loop. Y se autotraiciono haciendose mas santa pero a la vez sintiendose culpable de la escencia del demonio malo que aun le rondaba. Pero ya habia llegado al fondo, y del fondo, se siente demasiado la escencia del santo demonio que hace dano, y al llegar al extremo, solo queda volver hacia arriba, a buscar al solitario. por que junto al demonio bueno, ya no existe el miedo sino la certeza de que no habra pajaros que picoteen en el globo. Por que junto al demonio bueno sin deseo y automata, imitamos a Edipo y nos hacemos tuertos nosotros mismos. 11 de marzo de 2004 |
