Repetici�n el viernes 1 de marzo de 1974
Jean Valjean sale de prisi�n, despu�s de veinte a�os de condena en el presidio de Tol�n. El director del penal comenta al inspector Javert que Valjean es un tipo peligroso.
En la ciudad de Digne vive el obispo Bienvenido Myriel, cuya bondad no tiene l�mites y vive pobremente, junto pobremente por ayudar a los necesitados. Con �l vive su hermana, la se�orita Baustistina y una ama de llaves, la se�ora Magloire. El obispo se dispone a hacer una visita pastoral a un pueblo en la monta�a, pero el alcalde le advierte de la presencia de unos bandidos, capitaneados por un tal Cravatte; sin embargo, Monse�or Bienvenido insiste en ir solo. En la monta�a el obispo encuentra a Cravatte, que est� mal herido. El bandido le explica las razones que ha tenido para robar a los que tienen para dar a los que carecen de todo. Muere despu�s de entregar al obispo el tesoro que hab�a robado de una catedral.
Despu�s de varios d�as de camino, Jean Valjean llega a Digne; su aspecto es lastimoso, vestido con harapos, sucio y la barba crecida. S�lo lleva un morral al hombro. Busca alojamiento y algo de comer, pero tanto el hospedaje como el alimento le es negado debido a su aspecto y a su pasaporte amarillo, de ex-presidiario. Cansado de tanto buscar, se acuesta en una banca y alguien le se�ala una casa. Es la casa de Monse�or Bienvenido Myriel. Jean Valjean se dirige a la casa, llama a la puerta, le abre el ama de llaves del obispo, la se�ora Magloire, quien espantada ante el aspecto del forastero, llama al obispo. Jean Valjean desesperado, le explica quien es. El obispo lo invita a entrar, le ofrece de cenar y una cama para dormir.
Durante la noche, Jean Valjean tiene un sue�o. Recuerda cuando era podador en Faveroles y manten�a a su hermana viuda y a sus siete hijos. Un invierno, Jean Valjean se qued� sin trabajo. Para llevar un pan a sus sobrinos, rompi� el vidrio de una panader�a y rob� el pan. Fue detenido y condenado a cinco a�os de c�rcel en el presidio de Tol�n, mismos que fueron alargados a veinte a�os, debido a varios intentos de fuga. Jean Valjean despierta, se levanta y roba los cubiertos de plata del obispo.
A la ma�ana siguiente, la se�ora Magloire se da cuenta de la falta de los cubiertos y deduce que el forastero se los ha robado. Jean Valjean es capturado por unos guardias y llevado de vuelta a casa del obispo, quien explica que Jean Valjean no ha robado nada, que �l mismo le regal� los cubiertos, y que adem�s olvid� llevarse unos candelabros de plata que tambi�n le hab�a regalado. Los guardias lo liberan. Monse�or Myriel dice a Jean Valjean que ha comprado su alma para el bien.
A la salida del pueblo, Jean Valjean, desconcertado, roba una moneda al ni�o Gervasillo, y m�s tarde se arrepiente, pero el ni�o se ha ido.