4 de julio
SAN LAUREANO,
Arzobispo de Sevilla y Mártir
El portentoso san Laureano,
arzobispo de Sevilla y glorioso mártir de Cristo, nació de padres
nobles en la provincia de Pannonia que ahora llamamos Hungría. Dejó su
patria siendo de poca edad, y fue a Milán donde por misericordia del Señor
se hizo cristiano, recibiendo el bautismo de manos del obispo Eustorgio
II, y ordenándose de diácono a la edad de treinta y cinco años. Pasó
después a España, guiado por la Providencia, para resistir con su
predicación y doctrina a los herejes arrianos que eran muy poderosos y
señores de la nación, y perseguían a los católicos. Muriendo en esta
sazón Máximo, arzobispo de Sevilla, por la malicia de los herejes,
estuvo vacante aquella cátedra por espacio de dos años, hasta que por
común voto de los prelados sufragáneos fue elegido para aquella
dignidad el varón de Dios san Laureano, el cual gobernó diez y siete años
aquella Iglesia. Mas como los herejes levantasen en Sevilla una grande
persecución contra el santo arzobispo, y el mismo rey Theudes que
injustamente ocupaba el trono, enviase gente que le matasen, el santo,
avisado de todo por un ángel, dijo misa, convocó al pueblo, hizo un
largo sermón, y tomando después su báculo rodeó parte de la ciudad,
llorando y dando voces diciendo: «Haced penitencia, y mirad que está
Dios enojado y tiene levantado el brazo para heriros»- y en efecto,
poco después fue reciamente castigada de Dios aquélla ciudad con
sequedad, hambre y pestilencia, Saliendo desterrado de ella el santo
obispo, en el camino sanó a un ciego; entró en un navío llegando a
Marsella, donde resucitó a un hijo de un hombre principal. De allí pasó
a Italia y llegó a Roma, sanando muchos enfermos. En Roma visitó al
Sumo Pontífice y consolóse con él; dijo Misa Pontifical delante del
Papa el día de la Cátedra de san Pedro, y allí sanó a un viejo que
desde niño estaba tullido de pies y manos. Partió después para
visitar el cuerpo de san Martín, . REFLEXIÓN Te parecerán crueles y aje nos de toda humanidad aquellos reyes Theudes y Totila que perseguían de muerte a un varón tan santo y adornado con el don de milagros y profecía como el glorioso san Laureano pero más extraña que la fiereza de aquellos bárbaros parece, sin duda, la guerra que hacen a nuestra santísima religión los incrédulos y libertinos de nuestros tiempos. Porque a pesar de saber muy bien que a ella se debe principalmente la civilización del mundo, la aborrecen entrañablemente y quisieran exterminarla de la tierra. ¿No es esta guerra propia de bárbaros, o de gentes enemigas de Dios y del linaje humano? ORACIÓN Concédenos, oh Dios omnipotente, que en la venerable solemnidad del bienaventurado san Laureano, tu confesor y pontífice, se acreciente en nosotros el amor de la virtud y el deseo de nuestra salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. |
* FLOS SANCTORUM de la Familia Cristiana: Comprende las Vidas de los Santos y Principales Festividades del año, Ilustradas con otros tantos grabados y acompañadas de piadosas reflexiones y de las Oraciones litúrgicas de la Iglesia. Por el P. Francisco De Paula Morell, S. J.. Ed. Difusión, S. A., Buenos Aires, 1943.