Sadelas

(Sociedad Amigos de la Salud)

CRISIS MUNDIAL del SISTEMA BANCARIO

 Manuel C. Martínez M.

Partimos de que la ocupación principal del capital burgués e industrial es la financiera.

Por variadas que sean las versiones de la causa de la Inflación, cuando ellas son honesta y profesionalmente expresadas, en común apuntan hacia un origen  estructural sólo macroeconómicamente entendible. Así, desde hace varias décadas el sistema financiero de la economía contemporánea entró en crisis por sufrir el síndrome de DESEQUILIBRIO ESTABLE.

Ese desequilibrio se origina  con los  excedentes invendibles de bienes de producción en los cuales se invirtieron los ahorros de períodos económicos precedentes. Paralelamente, el capital dinerario en poder de la Banca Comercial tampoco halla empleo rentable, y es entonces cuando surge la consabida *tabla salvadora* del CRÉDITO PÚBLICO, una perversa figura financiera que los estados prestatarios alimentan in crescendo con más créditos que amorticen las cuotas vencidas, con bonos, etc.

 El soporte justificativo de mayor peso   para que los estados   consuetudinariamente se endeuden todos los años es la elaboración de PRESUPUESTOS NACIONALES de GASTOS e INGRESOS en los cuales la subestima de Ingresos y la sobrestima de Egresos metodológicamente planifican  la inducción del DÉFICIT FISCAL.

El Crédito Público tiene dos ventajas para el prestamista: le genera jugosas ganancias avaladas por el ERARIO PÚBLICO y sin contrata de obreros, y hace circular los inventarios de los inventarios de bienes de consumo lo que da empujones periódicos al estancado inventario de medios de producción.

Es entonces cuando se perfila y despega el proceso inflacionario por causa de la inyección anual de una masa dineraria que, aunque orgánica en su origen, de facto se trueca inorgánica.

Y es que el dinero proveniente del CP generalmente va a subsidiar  bienes de consumo  que si bien provocan empleo de los b. de producción, estos   terminan subvencionados todo lo cual se traduce en una fuerte presión sobre los precios del mercado sin una repercusión autónoma en el aparato productivo, habida cuenta que el destino que le da el estado no es finalmente la producción de nuevos valores sino la conjugación del déficit fiscal, y este es expresión inequívoca de que su economía se mantiene  deprimida.

Por supuesto que si el CP se destinara a inversiones productivas el PIB crecería y el proceso tendría repercusiones DEFLACIONARIAS e inconvenientes para un sistema mundial financiero   que sólo se alimenta de sus propia crisis bancaria.

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       640 año XV-30-08-1995          

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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