SADELAS

Sociedad Amigos de la Salud

DEUDA y AMORTIZACIÓN ECOLÓGICAS

(Primera parte)

  Manuel C. Martínez M.

Ratificamos plenamente el poco divulgado criterio, según el cual, la pobreza humana y del ecosistema terrestre no es una causa de males, sino todo lo contrario: es uno de los peores efectos causados por otros responsables, y que, a su vez, deriva en terceros, y   que perfectamente tienden, más tarde o más temprano, a devolverse  integradamente sobre víctimas y victimarios. Tal es el drama del daño ecológico que se manifiesta en desertificaciones, deshidrataciones, inundaciones irrefrenables, atípicas variaciones climáticas, enfermedades epidémicas  varias  y, como síntesis: la amenaza de una muerte <<prematura>> para el planeta mismo.

El Ing. Pedro González Heredia, y mi persona, hemos estado trabajando el tema ad honórem  desde nuestros modestos laboratorios, y cuyos primeros frutos  intento señalar en cortas líneas, luego de exponer mi Propuesta Personal para la solución inmediata y de asequible costo para esos  terrenos ya erosionados o en víspera de tal sufrimiento.

Considero que, en reemplazo o/y complementación de los conocidos <<rellenos sanitarios>> y basurales en general, los desechos urbanos ora biodegradables, ora no, aunque inocuos, pueden  ser adecuadamente esparcidos sobre las áridas superficies de las zonas montañosas en franco o declarado proceso de erosión. Se acabaría así con dos corruptos mediante una sola sentencia.

Instrumentos de transporte y de recolección ad hoc darían cuenta de este barato procedimiento que, por cierto,  no tuvo ninguna acogida en la venezolana UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR (UPEL, núcleo de Maracay), como tampoco en otros burócratas responsables de estas actividades ecologistas y  quienes, hasta ahora (hasta donde yo sé), no le <<han para'o>> ni un pelito a tan importante y emergente problema de la basura in crescendo y la  conservación de nuestro ecosistema. Ni he recibido acuse de recibo de un grupo argentino de ecologistas al que hace pocos días  le ofrecí ese proyecto de recuperación de suelos montañosos y limpieza de basurales.

El trabajo reivindicativo que hemos adelantado, González y yo, y que presentamos años atrás como <<Trabajo de Ascenso>> a la aspirada categoría de Titular en la UPEL, parte de la hipótesis de que, en última instancia, el verdadero agente productivo de la vida que conocemos hasta ahora, con inclusión de vegetales, animales, demás entes y seres humanos, tanto naturales como sintéticos, es el Sol. Esta agotable y no renovable fuente de la biodiversidad conocida y de su  sede geológica que le sirve de piso viviente, a través de sus continuas dosis energéticas durante  5 millardos de años solares, aprox., no sólo ha moldeado o esculpido la vida, sino que ha creado la materia prima y al mismo trabajador de ésta.

Cuando los trabajadores se dedican a la producción de un bien cualquiera, terminan exhibiendo por primera vez ante la luz solar una porción de utilidad energética adecuadamente metamorfoseada, según los fines pragmáticos que los artesanos y trabajadores en general  circunstancialmente se han propuesto durante toda su existencia, y que, respecto del Sol, puede considerarse como parte suya en ese limitado y largo proceso de desintegración que la dinámica heliocéntrica  genera y desprende en fotones, eolia, calor y demás variedades de su masa hidrógena de partida.

De resultas, la sociedad humana ha estado explotando, más allá de la mano de obra forzosa y socialmente  involucrada, el Sol y la Tierra, que han ido cediendo sin cobro contable alguno sus invalorables aportes vitales. Digamos que estamos en deuda con la Naturaleza, y que, si seguimos en mora, si no la amortizamos, ella podrá, más tarde o + temprano, pasarnos su pagadera y mortal factura.

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