115_08_04_KK3                                                                                                                    Manuel C. Martínez M.

                                                                                                                                                   

SADELAS

Sociedad Amigos de la Salud

 

NUEVOS SINDICATOS con NUEVOS SALARIOS

 

Cuando uno se entera de que en USA los obreros sólo cobran por horas efectivamente trabajadas, que allá no hay <<prestaciones sociales>> a final de contrato, que no hay días de asueto remunerados, entonces, debemos ponernos a analizar hasta qué punto su legislación laboral está más atrasada o adelantada que la nuestra.

 

Si hacemos un poco de historia, recordaremos que en Venezuela llegó tarde el industrialismo con sus modalidades salariales. Aquí se pasó limpiamente del trabajo rural, practicado al aire libre, del  machete y la escardilla, recolección de café y cacao, ordeño de vacas, etc., al encierro en unos galpones bien mal acondicionados que fungieron de <<fábricas>>. Las textileras nacionales dejaron siempre mucho que desear. Por ejemplo, las poleas y correas sin fin carecían de protectores, y fue mucho el cuero cabelludo que se les desprendió a aquellas jovencitas obreras, acostumbradas desde niña a su pelo suelto y largo.

 

La religión cristiana jugó un papel importante en la conquista del domingo como día reservado a la misa, y la carencia de transporte adecuado impidió fuertemente que los obreros de entonces pudieran descansadamente desplazarse a sus sitios de trabajo, todo lo cual fue configurando un estado laboral propicio para el logro de ciertas facilidades de trabajo en comparación con los apretados regímenes europeos y norteamericanos

 

La industria petrolera de los años treintas sirvió de fértil cultivo para un sindicalismo que desde sus comienzos convirtió su gestión sindical en gestión parapolítica con miras gubernamentales. Fue así cómo se tejieron todas las urdimbres de un contrato laboral que introdujo poco a poca las reivindicaciones que hoy conocemos, con semanas de cinco días, y las numerosas primas de toda índole que los sindicalistas fueron improvisando con la sana intención de complementar los reducidos salarios que siempre ha practicado el empresario criollo, guiado siempre por la ley de los mínimos costes.

 

Nos detendremos en el pago de los días de asueto. Estos días se han convertido en una de las trampas industriales más productivas para un empresariado venezolano que muy poco le ha importado este país, como tal, y que sólo ha visto en sus empresas un camino fácil para el enriquecimiento que le permita un capital con el cual largarse a USA o a su añorada Europa.

 

Este pago por horas no trabajadas, ciertamente, ha lucido como una conquista sindical y cristiana, pero sólo ha representado el artilugio mediante el cual el empresariado le ha escamoteado al trabajador el pago de sus horas extras, todas las primas logradas, y lo más dañino, que ha estado fungiendo de empresario bonachón y generoso, cuando que en verdad ha sido un pillo amparado y secundado por su contables, un  personal que, a pesar de preparárselo el Estado y los propios trabajadores, le han servido para la manipulación económica de un desembolso salarial que ha escondido los escamoteos más variados y descarados.

 

Un trabajador que devengue por siete días un salario de, pongamos por caso, Bs. 42.000, es un trabajador que , si <<disfruta>> de un día de asueto, es remunerado a razón de Bs. 7.000, y no de 6.000 con ese  supuesto y coadmitido domingo pago y no trabajado. Tal es la trampa que se sigue practicando, que ha buscado y logrado vender a un sindicalismo supuestamente bienhechor, y a un empresariado generoso, cuando que en verdad han sido un par de vivianes mercachifles en colusión para esquilmar los ya de por sí miserables salarios que la empresa privada y criolla ha concedido a su masa de obreros.

 

Cuando en USA un trabajador cobra por hora efectivamente trabajada, en base a este salario le tienen que reconocer el monto de sus horas extras, así como cualquier concepto de pago que surgiere. En Venezuela, la trampa contable: 7 días a determinado salario con disfrute de un día libre, en lugar de 6, a un salario mayor, ha sido fuente de una verdadera estafa, cuya demanda hoy ( si se practicara) desbancaría a todos los empresarios juntos por concepto de las indemnizaciones a las que hubiere lugar.

 

Y hoy, en una nueva Venezuela que está dando al traste con ese obsoleto sindicalismo de la IV república, debe retomarse el tema salarial, no sólo para su correspondiente ajuste indexacionario, sino para que de una vez por todas se sincerice su modalidad de pago, y para que se adopte el pago sólo por trabajo efectuado( por los días efectivamente laborados). Las prestaciones sociales deberán ser pagadas diariamente, a manera de mejora   salarial, y los días de asueto dejarían de ser tales.

 

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