Una sombra que el tiempo no borró
una lluvia que no cosechó
por sí sola.
Se marchó del campo sólo
a vivir en la ciudad.
Oyó voces decir
que maravilla y tal.
Oyó voces cantar
ya estoy en la ciudad.
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Ya no importaba más el Sol al amanecer
ya no quería más al campo volver
aunque aquí sea un extraño más.
Pasó el tiempo y su otoño llegó
con la piel marcada de dolor
de estar sólo.
Ya no importaba más el Sol al amanecer
ya no quería más al campo volver
aunque aquí sea un extraño más.
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