Magisterio de la Iglesia

Catecismo de la
Doctrina Cristiana
Escrito por el P. Gaspar Astete. (Continuación - 4)

SEGUNDA PARTE DE LA DOCTRINA CRISTIANA

EN QUE SE DECLARA LO QUE SE HA DE PEDIR Y LAS ORACIONES DE LA SANTA MADRE IGLESIA

Ya hemos visto cómo sabéis lo que habéis de creer, que es lo primero; vengamos a lo segundo, que es lo que se ha de pedir.

P.: Decid: ¿quién dijo el Padre Nuestro? R: Jesucristo.

P.: ¿Para qué? R: Para enseñarnos a orar.

P.: ¿Qué cosa es orar? R: Es levantar el corazón a Dios y pedirle mercedes.

P.: ¿De cuántas maneras es la oración? R: De dos: mental y vocal.

P.: ¿Qué cosa es la mental? R: Es la que se hace ejercitando las potencias del Alma: acordándonos con la memoria de alguna cosa buena; pensando y discurriendo con el entendimiento sobre ella; y haciendo con la voluntad varios actos como de dolor de los pecados, o varias resoluciones como de confesarnos, de mudar de vida.

P.: ¿Qué cosa es la vocal? R: Es la que se hace con palabras exteriores; v. g., la que hacemos cuando rezamos el Padre nuestro.

P.: ¿Y cómo se ha de orar? R: Con atención, humildad, confianza y perseverancia.

P.: Cuando decís el Padre Nuestro, ¿con quién habláis? R: Con Dios nuestro Señor.

P.: ¿Dónde está Dios nuestro Señor? R.: En todo lugar, especialmente en los Cielos y en el Santísimo Sacramento del Altar.

P.: Y Cristo en cuanto hombre, ¿dónde está? R: Solamente en el Cielo y en el SS. Sacramento del Altar.

P.: ¿Cuál de las oraciones es la mejor? R: El Pater Noster o [Padre Nuestro].

P.: ¿Por qué? R.: Porque la dijo Cristo por su boca a petición de los Apóstoles.

P.: ¿Por qué más? R: Porque tiene siete peticiones fundadas en toda caridad.

P.: ¿Cuáles son? R.: La primera es: santificado sea el tu Nombre.

P.: ¿Qué pedís en esa petición? R: Que el nombre de Dios sea conocido y honrado por todo el mundo.

P.: ¿Cuál es la segunda? R: Venga a nos el tu Reino.

P.: ¿Qué pedís en esa petición? R: Que reine Dios en nuestras Almas acá en la tierra por gracia, y después nos dé la Gloria.

P.: ¿Cuál es la tercera? R: Hágase tu voluntad así en la tierra como en el Cielo.

P.: ¿Qué pedís en esa petición? R: Que hagamos la voluntad de Dios los que estamos en la tierra, como la hacen los Bienaventurados en el Cielo.

P.: ¿Cuál es la cuarta? R: El pan nuestro de cada día dánosle hoy.

P.: ¿Qué pedís en esa petición? R: Que nos dé Dios el mantenimiento conveniente para el cuerpo, el espiritual de la gracia y Sacramentos para el Alma.

P.: ¿Cuál es la quinta? R.: Perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores.

P.: ¿Qué pedís en esa petición? R: Que nos perdone Dios nuestros pecados, así como nosotros hemos perdonado a los que nos han agraviado y hecho mal.

P.: ¿Cuál es la sexta? R: No nos dejes caer en la tentación.

P.: ¿Qué pedís en esa petición? R: Que no nos deje Dios caer ni consentir en los malos pensamientos y tentaciones con que el demonio procura hacernos caer en el pecado.

P.: ¿Cuál es la séptima? R: Mas líbranos del mal.

P.: ¿Qué pedís en esa petición? R: Que nos libre Dios de todos los males y peligros espirituales y corporales.

P.: ¿Por qué decís primero: Padre nuestro que estás en los Cielos? R: Para levantar el corazón a Dios y pedirle con humildad y confianza.

P.: ¿Qué quiere decir aquella palabra, Amen, que decís al fin? R: Así sea.

P.: ¿Qué oraciones decís principalmente a nuestra Señora? R:: El Ave María y la Salve.

P.: ¿Quién dijo el Ave María? R: El Arcángel San Gabriel, cuando vino a saludar a nuestra Señora la Virgen María.

P.: ¿Quién dijo la Salve? R: La Santa Madre Iglesia la tiene recibida.

P.: ¿Pare qué? R: Para pedir favor a nuestra Señora.

P.: Cuando decís el Ave María o la Salve, ¿con quién habláis? R: Con nuestra Señora la Virgen María.

P.: ¿Quién es nuestra Señora la Virgen María? R: Es una Señora llena de virtudes [y gracias, que es Madre de Dios y que está en el Cielo.

P.: Y la que está en el altar, ¿quién es? R: Es una Imagen y semejanza de la que está en el Cielo.

P.: ¿Pare qué está allí? R: Para que por ella nos acordemos de la que está en el Cielo y por ser su Imagen le hagamos reverencia.

M. Pues lo mismo habéis de hacer a las Imágenes de los demás Santos y a sus Reliquias.

P.: ¿Hemos de hacer oración también a los Ángeles y a los Santos? R.: Sí, Padre, como a nuestros medianeros.

P.: ¿Qué cosas son los Ángeles? R: Son unos Espíritus bienaventurados, que están gozando de Dios en el Cielo.

P.: ¿Para qué los crió Dios nuestro Señor? R:: Para que eternamente le alaben y bendigan.

P.: ¿Y para qué más? R: Para que, como Ministros suyos, gobiernen la Iglesia y guarden los hombres.

P.: ¿Luego vos Ángel tenéis que os guarde? R: Sí tengo, y cada uno de los hombres tiene el suyo.

M.: Pues tenedle mucha devoción y encomendaos a él cada día.


1