Vocación


Desde muy niño sintió inclinación hacia el sacerdocio cosa que no obstaculizaron sus cristianos padres, más aún, lo vieron como una gracia que el Señor derramaba sobre su familia. Cursando todavía sus estudios en el Seminario de San Sulpicio, cuando no contaba más que quince años, el día 17 de enero de 1667,fue nombrado canónigo de la catedral
de Reims. Hubo una gran fiesta. Desde ahora un jovencito bien apuesto se sentaría en el coro entre
los ya maduros Monseñores para cantar las alabanzas al Señor.

Terminada su misión entre los suyos, la vocación sacerdotal, que nunca se alejó de su corazón, sigue adelante y ve cumplidos sus ardientes
deseos de ordenarse sacerdote, cosa que hace el día 9 de abril de 1678.

La Divina Providencia seguía dirigiendo los pasos de Juan Bautista. A los diecisiete días de ordenarse sacerdote murió su santo confesor, D. Nicolás Roland, que llevaba
dos importantes obras entre manos. De ambas le encargó como heredero a De La Salle. Una era una especie de Congregación femenina con varios colegios
de niños. Esto, educar a los niños, enseñarles el catecismo, era lo que más le salía del corazón y lo que había ejercido en diversas épocas de su vida... Esta fue
la raíz de su gran Obra: La fundación de los Hermanos de las ESCUELAS CRISTIANAS... No le faltaron calumnias, persecuciones... pero en la Eucaristía, en la vida
de piedad, en su gran amor a la Virgen María y en su vida de rigurosa penitencia encontró la ayuda necesaria para salir victorioso de los ataques del demonio y de los hombres.