M u s i g r a f í a s


Oscar D'León
Conquistando al mundo desde Venezuela
Cualquiera que haya atravesado Caracas en taxi hace unos treinta años, es posible que fuera sorprendido por un chofer que cantara mucho. Esos afortunados, sin saberlo, asistieron a uno de los primeros conciertos de Oscar D'León, estimado hoy día por todos, como uno de los más grandes cantantes de salsa.
Ese que llega a ser la más grande estrella de Venezuela, no tuvo un comienzo fácil. Fue en el volante de su taxi, o bien en la fábrica General Motors, quien lo emplea hasta 1967, o quizás en el barrio popular Antimano de Caracas, donde ve el día por primera vez el 11 de julio de 1943, que Oscar Emilio León Dionisia, alias 'El Diablo de la Salsa', o 'El León', lanza sus primeras canciones y afila sus cuerdas vocales.
Sale de un medio modesto, también es un autodidacta que se inicia en otras cuerdas, las del contrabajo: mirando tocar a otros músicos y tocando por encima de los discos.
Todavía hoy, Oscar le es fiel y su contrabajo nunca está lejos de él mientras que está en escena. Él se apodera a veces de algún compás, solo, de algunos pasos de baile, o de una vuelta en la pista, como si ese viejo cómplice fuera para él una fuente de recursos.
Es posible que atrapado por los tranques de Caracas nació el proyecto de la 'Dimensión Latina', fundada en 1972 por Oscar D'León, Wladimir Lazano, el percusionista José Rodríguez y el trombonista César "Albóndiga", donde los arreglos harán tronar el conjunto. El grupo suena como una salsa neoyorquina, su impacto es fuerte y el mismo se hace rápido de un nombre en los clubs de Caracas. El éxito es tan rápido que faltan números para grabar y el grupo debe compartir su primer disco con Víctor Mendoza. También es la hora del primer número de éxito, Pensando en.
Pero en 1977 D'León se emancipa verdaderamente y funda 'La Salsa Mayor', grupo tallado a sus medidas, con el cual graba en ese mismo año su primer álbum verdadero.
Su canto, influenciado por los más grandes soneros cubanos (y sobre todo por Benny Moré, grande entre los grandes) es sostenido por una sección de metales que evoca la buena vieja salsa neoyorquina (dominada por la Fania) y puertorriqueña (Gran Combo); un gran trago de swing aprendido de la escucha de las grandes orquestas cubanas de los años 50.
Ahora el estilo de Oscar D'León está forjado y su talento está maduro y se precede de su álbum El más grande (que cubre perlas: como 'Mi bajo y yo', 'El baile del suavecito', 'Bravo de verdad') y el León se siente listo para desafiar New York en 1978 ... quien sabe apreciar su valor.
La continuación de su historia es una carrera sin defecto y Oscar será recompensado con el reconocimiento de todos. Cuba lo hace triunfar cuando él visita la isla en 1983, los discos de oro se encadenan uno detrás del otros y los honores se alinean... hasta esa distinción de la ciudad de New York, ¡que le dedica un día, el 15 de marzo de 1998!
Y en la escena, el León ruge aún más. Es allá que sus calidades de improvisador encuentran la medida y toman todas las fuerzas, para unos conciertos de alto rango donde la generosidad y su energía lo llevan inmediatamente la adhesión del público.
Hoy día Oscar aparece en una buena cincuentena de discos y su nombre se coloca al lado de los más grandes: Celia, Tito Puente,... EE.UU., América Latina, Japón, Europa... el anciano obrero de la General Motors conquistó el mundo y ¡Venezuela vive orgullosa! "Hot Salsa"

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