Mauricio Smith
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Un
eximio colonense que dejó el nombre de todo Panamá
muy en alto
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Mauricio Smith nació en la provincia
de Colón, en 1931. Comenzó su bregar a los 6 años
de edad. Fue su padre, D. N. Smith, quien le regaló su primera
flauta, instrumento que le permitió llevar sus dones a medio mundo.
Mauricio tiene su nombre inscrito en la historia de la música del
siglo XX. Fue un panameño que desde muy joven se abrió camino
entre la competitiva selva musical y logró hazañas que pocos
han alcanzado.
Recuerda el experto en jazz Roberto A. Mariette que Smith «estudió
solfeo bajo la tutela de Carlos Grant, violinista de la Orquesta Sinfónica
Nacional. A los 18 años se decidió finalmente por la flauta
e ingresó al Conservatorio Nacional donde queda bajo la tutela del
maestro Eduardo Charpentier».
Siendo muchacho formó parte de la banda de los Bomberos de Colón,
y en 1952 se integró a la Banda Republicana. Participó
en varios conjuntos típicos, y cuando Benny
Moré se presentó en Panamá, Mauricio fue
uno de los músicos que lo acompañó.
Además sabía descifrar los secretos de la trompeta, la armónica
y el saxofón, a la par que fue compositor, arreglista y orquestador.
Como actor apareció en series de televisión como Kojak
y Law and Order, así como en las películas Six Degrees
of Separation y Die Hard with a Vengeance. Además compuso
temas para las producciones Crossover Dreams y Dionysos.
En 1961 viajó a Nueva York y triunfó. Sobre este traslado,
le contó a Omar Batista que al llegar a la Gran Manzana acudió
a una presentación del ya fallecido cantante cubano Vicentico
Valdés; este lo invitó al escenario y la gente dejó
de bailar para escuchar quién estaba ejecutando, ya que era distinto
al resto de los flautistas de la época.
Enseñanzas que perduran
A Mauricio Smith no solo se le recordará por sus aportes a la ejecución
de los instrumentos de viento, especialmente la flauta, sino también
por la educación gratuita que dio en los talleres anuales en Jamboree
Juventud. Durante nueve años el músico no faltó
a sus citas con los jóvenes, quienes lo esperaban con ansia, para
enseñarle lo que él había aprendido a lo largo de
cinco décadas de fructifera actividad.
Leslie Ducruet, directora general de Jamboree Juventud, al conocer
la muerte de Mauricio, expresó que se encontraba muy triste con
su partida, ya que él fue un incansable colaborador y amigo. «Tengo
que resaltar que siempre dictó los talleres gratuitamente desde
1993; ese era su compromiso con el país», indicó.
Sus colegas lo echan de menos
El cantante Luis Arteaga conoció
a Smith en esos días cuando religiosamente a Jamboree. Para Arteaga,
Mauricio es un artista que «confió en su talento y capacidad.
Y decidió romper las limitaciones del medio local y se lanzó
a conquistar sus sueños. También es un ejemplo de que Panamá
aún necesita crear sus propios espacios, porque sino los artistas
seguirán emigrando o sobreviviendo en otros oficios alejados de
la música».
Un momento inolvidable que tuvo con Smith fue hace tres años, cuando
Arteaga tocaba en el antiguo bar El Aleph. «Mauricio subió
inspirado al escenario y agarró la flauta y comenzó a descargar
conmigo. Fue tan emocionante lo que hizo que se me saltaron las lágrimas
mientras cantaba».
Henry Gorgona, una de las voces principales de la orquesta
de Roberto Delgado, también tuvo hace dos años
(2000) el privilegio de trabajar junto a Mauricio, cuando el flautista
dictaba sus ya míticas clases a la muchachada en los salones de
Atlapa. Aquel momento, rememora Gorgona, fue «algo impresionante.
Aunque estaba enfermo, siempre dio lo mejor de sí».
Calidad humana y artística
Mauricio no solo le abrió las puertas del mundo musical al percusionista
Edie Montalvo y al flautista Néstor Torres, también
animó a seguir la carrera de músico al pianista Danilo
"Cholo" Pérez. No por menos, colegas suyos
de Panamá lo recuerdan como un ser humano sencillo, cálido,
humilde y trabajador.
El trompetista Vitin Paz conoció
a Mauricio en la década del cincuenta cuando el primero trabajaba
en la Banda de los Bomberos y el segundo para la Banda Republicana. «Siempre
lo distinguía mucho por su preparación. Siempre fue un buen
músico y siempre fue muy dinámico», destacó
Paz.
Por su lado, Roberto Mariette, ex presidente de la Asociación
de Músicos de Jazz Panameños, indicó que con la muerte
de Smith se ha perdido un ícono de la música internacional.
Mariette resaltó que podía tocar tanto salsa como jazz y
blues, sin dejar de lado otros géneros.
Por su parte, Fidel Morales, profesor de música y baterista
cubano que reside en Panamá desde hace años, anota que Smith
es la prueba de «hasta dónde puede llegar una persona
con visión y talento».
Comenta Morales que Smith era tan talentoso que podía improvisar
a partir de cualquier tema y armonía. Vio al genio en acción
cuando lo visitó en Nueva York en 1998. «Mauricio
me llevó al Blue Note, el más importante club de jazz de
la ciudad, y participó en una descarga, donde tocó todos
los formatos musicales hasta las 5 de la mañana».
Honores por partida doble
El martes 6 de agosto, durante el Concierto Conmemorativo al centenario
del natalicio de Luis Russell, se recordaron los aportes musicales de
Mauricio. El mismo se efectuó a las 7:00 p.m. en el Teatro Balboa.
Alberto Barrow, organizador del evento por parte de la Alcaldía
de Panamá, destacó que «Mauricio fue un extraordinario
músico afropanameño, cuya destreza con una gama de instrumentos
de viento le ha merecido la admiración de sus colegas en varias
latitudes, y ha desbrozado el camino para alcanzar un sitio envidiable,
especialmente, entre los cultivadores del jazz».
Mauricio Smith compartió escenario con personalidades como: Machito,
Tito Puente, Mongo Santamaría, Ohta San, Camilo Azuquita, Vitín
Paz, Don Ho, Chubby Checker, Tito Rodríguez, Cachao, Willie
Colón, Dizzy Gillespie, Eartha Kitt, Chocolate, Margarita Escala,
Tobías Plicet, Leonidas Cajar, Jimmy Bosch, Johnny Pacheco, Charlie
Mingus, Armando Boza, Egbert King, Iván Lashley, Eddie Palmieri,
Miami Sound Machine, César Concepción, Emilio del Real,
Harry Belafonte, Sonny Stitt y Roberta Flack, entre otros.
En Broadway participó como compositor en puestas de escena como:
No, No Nannette, Dr. Jazz, The First, Raisin
y estuvo en la orquesta que tenía el programa de televisión
"Saturday Night Live", de la cadena norteamericana NBC.
El 26 de julio del 2002, en Nueva York, la American Society le
brindó el que fuera el último homenaje en vida, en el cual
participaron músicos como: Héctor Martignon, José
Gallegos, Frank Valiente, María Elena Tabón,
Héctor Zarzuela, Robert Pitre y Mario Rodríguez.
Este legendario flautista panameño falleció la noche del
sábado 3 de agosto del 2002. De acuerdo con el Dr. George
Priestley, amigo personal de Smith y quien reside en la Gran Manzana,
el músico padecía de un cáncer de próstata
desde hacía 10 años.
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