INFORME DE LOS VERDES COMUNIDAD DE MADRID SOBRE EL SACRIFICIO DE PERROS Y GATOS EN PERRERAS
La Ley de Protecci�n Animal de la Comunidad de Madrid de 1 de Febrero de 1990, en su Reglamento (Decreto 44/1991 de 30 de Mayo), establece en su Art�culo 34 los m�todos a aplicar para el sacrificio humanitario:
Por inyecci�n de barbit�ricos solubles.
Por inhalaci�n de mon�xido de carbono.
El mon�xido de carbono es un gas incoloro, inodoro e invisible que se produce en las combustiones incompletas (braseros o estufas mal encendidos) y que produce una muerte "dulce" : atontamiento, p�rdida de consciencia y finalmente la muerte sin sufrimiento. Este gas se produce industrialmente y se utiliza, entre otras cosas para el sacrificio de animales. Tiene el grav�simo inconveniente de que debe ser manejado por personas muy expertas, y con toda una serie de estrictas medidas de seguridad, pues el mas m�nimo fallo en su manejo o el mas m�nimo escape puede producir el atontamiento y posterior muerte de los operarios.
La tentaci�n de pensar que los gases que salen del tubo de escape de un veh�culo equivale a usar mon�xido de carbono es una atrocidad pues estos gases contienen, adem�s de mon�xido, grandes cantidades de materiales y gases irritantes, salen muy calientes del motor y pueden provocar graves sufrimientos a los animales.
De hecho, la DIRECTIVA 93/119/CE DEL CONSEJO DE LA UNI�N EUROPEA de 22 de diciembre de 1993 relativa a la protecci�n de los animales (de abasto) en el momento de su sacrificio o matanza, establece en su
ANEXO F
M�TODOS DE MATANZA DE LOS ANIMALES DE PELO
I. M�todos autorizados
2. Inyecci�n de una dosis letal de un producto que posea propiedades anest�sicas.
4. Exposici�n a mon�xido de carbono.
II. Requisitos especiales
2. Inyecci�n de una dosis letal de un producto que posea propiedades anest�sicas.
S�lo se utilizar�n anest�sicos que ocasionen la p�rdida inmediata del conocimiento, seguida de muerte, y �nicamente en las dosis y por la v�a de aplicaci�n que sean adecuadas a tal fin.
4. Exposici�n a mon�xido de carbono
a) La c�mara donde se expongan al gas los animales estar� dise�ada, construida y conservada de tal modo que se evite ocasionarles heridas y sea posible vigilarlos.
b) Los animales s�lo ser�n introducidos en la c�mara cuando se haya alcanzado en ella una concentraci�n de mon�xido de carbono de al menos un 1 % en volumen,
PROCEDENTE DE UNA FUENTE DE MON�XIDO DE CARBONO AL 100 %.
Pero, como ya hemos dicho, el manejo de una fuente de mon�xido de carbono al 100% es extraordinariamente complicada y peligrosa si no lo hacen aut�nticos expertos.
Entonces, se cae en la tentaci�n de utilizar en su lugar el di�xido de carbono o anh�drido carb�nico, que es un gas tambi�n incoloro, inodoro e invisible, que se produce por la combusti�n completa. Forma parte del aire que respiramos (constituido principalmente por ox�geno y nitr�geno, y una peque�a proporci�n de di�xido de carbono). En si es un gas inocuo, pero si va aumentando su proporci�n, el aire se enrarece, siendo cada vez mas dif�cil respirar. Si la proporci�n sigue aumentando, se produce la angustiosa sensaci�n de asfixia, que va aumentando hasta producir la muerte por asfixia, que es una de las mas crueles.
Este gas, al no ser "venenoso", es de f�cil manejo, y
SE UTILIZA INDEBIDAMENTE EN SUSTITUCI�N DEL MON�XIDO DE CARBONO.
De hecho en la perrera del Ayuntamiento de Madrid, se estuvo utilizando desde su creaci�n en 1969 hasta finales de 1994 (en que abandonaron este m�todo por las presiones de los defensores de los animales) una c�mara de gas que funcionaba con di�xido de carbono. La c�mara era como una caseta grande de perro, en la que se introduc�an a la vez, arrastr�ndolos y a empujones, todos los perros que cab�an, as� como gatos metidos en jaulitas. Los animales, aterrorizados, medio enloquec�an, inici�ndose peleas entre ellos. Una vez llena la c�mara de animales, se abr�a la espita del anh�drido carb�nico que se mezclaba al salir de la botella con cloroformo, y que iba empobreciendo lentamente la proporci�n de ox�geno del aire del interior de la c�mara, produciendo una horrorosa sensaci�n de asfixia, y una muerte terrible.
Actualmente, NINGUNA PERRERA DE ESPA�A UTILIZA GAS DE NING�N TIPO PARA SACRIFICAR ANIMALES sino que se hace mediante inyecci�n de una dosis letal de un producto que posea propiedades anest�sicas como es el pentobarbital s�dico.
Pero, en cualquier caso, estamos hablando de las muertes evitables y los sufrimientos in�tiles de miles de animales inocentes, cuyo �nico pecado ha sido nacer en la calle o ser abandonados por un due�o indigno e irresponsable.
La sociedad en general est� por suerte cada vez mas sensibilizada y concienciada hacia estos asuntos, y demanda soluciones aceptables que pasan por evitar que nazcan camadas indeseadas mediante campa�as de esterilizaci�n de perros/as y gatos/as promovidas desde las Administraciones P�blicas. No basta con "limpiar las calles" de animales sin due�o y luego matarlos sin compasi�n. Tenemos la obligaci�n �tica y moral de tratar con humanidad a esos peque�os hermanos que son los animales y de evitar su reproducci�n incontrolada, su abandono y su posterior eliminaci�n, sin mas, porque molestan y sobran. Esto, adem�s de cruel y poco compasivo, produce grandes sufrimientos morales y psicol�gicos a las personas sensibles que son muchas.
En nombre del partido pol�tico LOS VERDES Comunidad de Madrid, les pedimos un poco de generosidad y compasi�n hacia los perros y los gatos que han sido y son compa�eros de los seres humanos desde hace miles de a�os. Colaboren ustedes con las sociedades protectoras para controlar los nacimientos mediante esterilizaciones, y para los animales que ya sobran, un poco de dinero y de paciencia para que puedan ser dados en adopci�n a nuevos due�os. Si hacen esto, que Dios les bendiga.
Madrid, 23 de octubre de 2002
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