RANMA1/2
"Atrévete a Aceptarlo 2000"


Capítulo #7:

“Una amistad
de verdad"




Original de Rumiko Takahashi
Fanfic escrito por Felipe Torres durante enero del 2000,
y editado el 14 de abril del 2001




I


	Septiembre 5, lunes. Habían pasado quince minutos de clase
cuando a Ranma Saotome lo echan del salón por estar distraído.
Como castigo sostiene dos baldes con agua hasta que el profesor
lo disculpe. Esto no es problema pues le sirve de entrenamiento
pero está mal en sus estudios, especialmente en matemáticas.
	Después del recreo es precisamente la hora de matemáticas.
	El profesor comienza la clase con plantear un ejercicio y
Ranma trata de poner atención pero Hiroshi y Daisuke comienzan a
distraerlo:
	- Oye, Saotome, a la hora de almuerzo jugaremos fútbol.
	- Nos enfrentaremos contra la clase de Kuno, ¿quieres jugar
por nosotros?.
	- Hablaremos de eso luego, muchachos. Ahora quiero poner
atención a este ejercicio que no lo entiendo.
	- ¿Escuchaste eso Hiroshi?.
	- No lo puedo creer Daisuke: Ranma está poniendo atención
en clases. Vamos, si sólo es un repaso.
	Ranma no puede evitar escuchar la burla de sus amigos y les
grita exaltadamente, siendo escuchado por el profesor.
	- ¿Qué le pasa, Saotome?. ¿Tantos deseos tiene de pasar
aquí adelante y hacer este ejercicio?.
	- En realidad no, maestro. Preferiría ver cómo lo hace y yo
lo miro desde aquí - le contesta tímidamente ganando algunas risas
de sus compañeros.
	- ¡Pase adelante, Saotome!. Si no resuelves éste no dudaré
en enviarte afuera del salón - dice el profesor atemorizante.
	Ranma, resignado, se levanta de su asiento lentamente,
mirando a Hiroshi y Daisuke murmurando “me las pagarán, par de
ridículos” mientras ellos se reían silenciosamente. Akane no
puede creer que a Ranma no lo hayan echado del salón y, sin
embargo, se enfrentaba a algo peor.
	Ranma se para al frente del pizarrón y recibe un pedazo de
tiza de la mano del profesor. Mira el pizarrón y ve con frialdad un
ejercicio muy sencillo para la clase: x^2 - 4 = 0. Comienza a sudar
y trata de recordar cómo se empezaba a resolver: “recuerdo que una
vez Akane me dijo que empezara por despejar la letra x... ¡¿pero
cómo?!”.
	Ranma no podía recordar. En eso, tocan la puerta con mucha
fuerza. Luego, la puerta se abre lentamente y entra una jovencita
cabizbaja. Llevaba sus libros entre sus manos apretándolos contra
su pecho.
	Todos la quedan mirando y pareciera que eso la avergonzaba
más de lo que estaba. Caminaba lentamente hacia el profesor pasando
por delante de Ranma murmurando el resultado del ejercicio.
	Ranma no entendió de inmediato el motivo de ese comentario
hasta que se dio vuelta a ver el ejercicio y captó que esa era la
respuesta.
	La chica le dice algo al oído al profesor y éste reacciona
como si se le hubiese olvidado algo y se lo hubieran recordado.
	El maestro se para delante de los alumnos tapando a Ranma,
quién todavía buscaba la manera de llegar a ese resultado. El
profesor se dirige al alumnado:
	- Alumnos, ella es la señorita Atami Maisuro, viene desde
la ciudad de Nagoya y es una alumna excelente. Fue trasladada a
nuestra escuela. Ojalá se lleven bien con ella.
	Atami se inclina saludando a sus nuevos compañeros pero sin
levantar la vista. Mientras ella iba a su asiento, Ranma había
hecho coincidir algunos valores (con mucha suerte) para llegar al
resultado.
	Cuando el profesor se cerciora de que Atami estaba en su
lugar, decide seguir torturando a Ranma pero éste le contesta con
un “ya terminé” dejándole la tiza en la mano, ganándose un aplauso
enérgico de sus compañeros, pero por primera vez Ranma no reconoce
su proeza del todo y mira a su nueva compañera que no aplaudía.

	En el salón, a hora de almuerzo, los amigos de Ranma y
Akane estaban con ellos conversando y almorzando. Ranma comía muy
apurado y ansioso, como enojado.
	- Ya veo, así que ella te dijo la respuesta - le dice
Hiroshi.
	- Ya me parecía raro que Ranma contestara ese ejercicio -
comenta Daisuke.
	- Sí que andan graciosos hoy - le responde Ranma molesto.
	- Pero qué pasa, Ranma. Pareciera que estuvieras enojado
con alguien - le pregunta Sayuri.
	- Acertaste, niñita brillante... - pausa leve mientras
traga lo que tenía en la boca -. Estoy enojado conmigo mismo.
	- Pero por qué si hasta un aplauso te ganaste - lo alienta
Yuka.
	- No se dan cuenta que el “bobo perfecto” es muy orgulloso.
No acepta ayuda de nadie - dice Akane al aire.
	- Ese comentario te lo pudiste haber ahorrado. Cambiemos de
tema, ¿quieren?.
	Se callaron y siguieron almorzando hasta que Daisuke se da
cuenta que Atami estaba sola en un rincón de la sala leyendo uno de
sus libros.
	- Oigan, miren. ¿Qué le pasará?.
	- No sé, ¿será que nos tiene miedo?...
	Mientras se burlaban, Ranma se para y dice “no sé ustedes
pero yo iré a darle las gracias”. Se acerca lentamente mientras los
ojos de todos sus compañeros estaban fijos en él.
	- ¿Ranma dándole gracias a alguien?. No lo puedo creer -
murmura Akane.
	Se para delante de ella pero sigue leyendo como si nadie
estuviera allí. Ranma se siente un poco incómodo y tose a propósito
pero eso tampoco sirve, así que decide hablar.
	- Oye, Maisuro.
	- Estoy ocupada - responde tímidamente sin desviar su vista
del libro.
	- Sólo quería darte las gracias por lo...
	Pero no alcanza ni a terminar cuando...
	- Ya te dije que estoy ocupada.
	Se levanta y sale corriendo del salón. Todos sus compañeros
se rieron de él a más no poder pero Ranma quedó tan sorprendido y
desilusionado que ni siquiera los escuchó.

	En la noche, Ranma meditaba en el tejado de la casa de los
Tendo. Estaba allí desde hace horas debido a que estaba demasiado
concentrado, como si ver la reacción de Atami hubiera sido lo más
terrible después de esa experiencia espantosa con los gatos en su
niñez.
	Era una noche hermosa pero algo helada debido a que el
otoño estaba por empezar.
	Como siempre, Akane llega a hacerle compañía, se sienta a
su lado pero no abre la boca. El silencio desaparece pues Ranma es
quien toma la iniciativa.
	- ¿Qué crees que le pudo haber pasado a Maisuro?.
	- No sabes como hablarle a una mujer; de seguro fuiste muy
grosero, se sintió ofendida y por eso salió corriendo.
	- ¡¡¡¿¿¿Grosero yo???!!! - exclama Ranma desenfrenado, pero
luego se da cuenta de su actitud y se calma al instante -. Pero
créeme, en ese momento no me comporté así. Yo creo que es una
chica muy solitaria y tímida, y quizás se sintió presionada.
	- Ja. Qué sabes tú de los sentimientos de los demás - le
contesta de forma despreciativa.
	- Digas lo que digas, no me daré por vencido. Lograré
hablar con ella y darle las gracias - concluye enérgicamente.
	- Oírte hablar así... parece que te interesara de verdad,
¿eh? - le contesta indiferente, mientras Ranma se fija en los
gestos que hace Akane para hablar.
	- Vaya, vaya. Otra vez la celosa.
	- No te comportes como idiota y mejor baja a cenar que la
comida está casi lista.
	- ¡¿A cenar?!. ¡Qué bueno, me muero de hambre! - exclama
gustoso bajando del tejado rápidamente. Akane lo sigue pero se
demora un poco, seguramente quedó pensativa por el raro interés
de Ranma en hablar a toda costa con su nueva compañera.

	Septiembre 6, martes. A la hora del recreo, Ranma divisa a
Atami sentada a las faldas de un árbol, así que decide que era el
mejor momento para darle las gracias.
	Llega adonde estaba ella y se inca, quedando únicamente
separados por el libro.
	- Maisuro, si crees poder evitarme siempre te advierto que
tarde o temprano lograré conversar contigo.
	- En realidad no tienes que hacerlo, no te molestes - le
contesta tímidamente.
	- No es molestia - le dice en forma más sutil -, no le doy
las gracias a cualquiera, ¿sabes?.
	Aún su vista es hacia abajo evitando el contacto visual con
Ranma.
	- ¿Por qué haces esto, Saotome?. ¿No te das cuenta que me
avergüenzas?.
	- Vaya, ya sabes mi apellido...
	Pero en eso, aparece el maestro Happousai desde el aire con
un balde y un sostén en las manos. Llega adonde estaban ellos.
	- ¡Hola, Ranma!. Hoy día sí me modelarás este sostén - le
ordena mientras le tira el agua que contenía el balde transformando
a Ranma. Esto, sin duda, llama la atención de Atami -. ¡Ven aquí,
preciosura! - exclama tirándose encima de Ranchan pero éste alcanza
a reaccionar golpeándolo muy fuerte, lanzándolo muy lejos.
	- Esto es más vergonzoso y no me afecta mayormente - le
dice medio consolándola mientras se echa agua caliente de una
tetera -. Además, siempre estoy preparado... Y por lo menos capté
tu atención.
	- Eso sí que fue... increíble.
	- Bueno, ya sabes mi apellido. Me llamo Ranma. Si quieres
puedes llamarme por mi nombre, no tengo ningún problema.
conocerte - le dice extendiendo su mano y ella la acepta.
	- B-bueno, Ranma - contesta algo temerosa.
	- Te propongo un trato: te contaré todo si es que tú
también me respondes algunas preguntas.
	Ranma le cuenta su experiencia en Jusenkyou dejando
fascinada a Atami, aunque no lo demostraba.
	- Cambiando de tema, quería darte las gracias por lo de
ayer.
	- No estuvo bien lo que hice - dice agachando el rostro
nuevamente -. Si me hubiera descubierto el maestro...
	- No te preocupes por eso. Ese maestro siempre me hace
quedar mal delante de todos. Bueno, ahora háblame de ti.
	Hablan durante un rato. Ranma se entera un poco de su vida
durante la conversación y queda un poco sorprendido.
	Atami era una chica de su misma edad, uno cincuenta de
estatura, cabello largo y oscuro, usando un cintillo rojo y
anteojos redondos, con una belleza que no deslumbraba mucho
debido a que su personalidad introvertida influía mucho en ello.
	- ¿Así que tu padre es un luchador de artes marciales
profesional? - le pregunta Ranma muy interesado en la conversación.
	- Sí, Ranma. Viaja por todo Japón retando a los mejores
dojos.
	- Y por eso no tienes tiempo de hacer amigos, ¿cierto?.
	- En parte...
	- ¿Y se podría decir que Ranma Saotome es tu primer amigo,
verdad? - pregunta sonriendo alegremente.
	Atami no le responde pero en su cara se le dibujaba una
sonrisa llena de felicidad pues se siente aceptada por alguien.
	Después suben a la sala. Les tocaba matemáticas. A Ranma le
pareció raro que todos sus compañeros estuvieran en sus puestos
estudiando con cuaderno abierto. Luego recuerda que hay una especie
de interrogación escrita de matemáticas y se le había olvidado
estudiar.

	Ranma contestó lo que pudo. Se veía muy nervioso, como si
la hoja de la interrogación lo estuviese molestando con algo.
	Después de terminada la interrogación, el profesor las
corrige de inmediato para entregar los resultados. A Ranma se le
hacía interminable la espera, como si todo su orgullo dependiera
si la nota era más de un seis (la escala es de cero a diez).
	Por fin, el profesor termina de corregir y empieza a llamar
a los alumnos. Primero llamó a Daisuke, recibe la hoja y al ver la
nota no se inmuta en lo absoluto; a la pasada por el puesto de
Ranma, él se fija que era un seis. Así va llamando uno por uno y
nadie se había sacado más de un ocho, hasta que le tocó a Akane.
Recibe su hoja y se alegra un poco al ver la nota.
	Ranma le pregunta al llegar a su puesto y le responde “un
nueve”.
	Ranma tragó saliva con dificultad, como si supiera que su
calificación era horrible. De pronto, el profesor dice el nombre
“Gosunkugi”. Al recibir la nota, dice con profunda tristeza “oh,
no, un uno”.
	Al escucharlo, Ranma no puede evitar la risa que le causa
que Gosunkugi haya sacado una calificación tan baja.
	- No te burles, Saotome. ¿A ti te gustaría que se burlaran
cuando te entreguen tu calificación? - le dice Gosunkugi
impotente.
	- Lo siento, pero no esperaba que alguien pudiera sacar una
calificación más baja que yo en esta interrogación.
	- Ay, el gran cretino y su pequeño orgullo - murmura Akane
irónicamente.
	- ¡Silencio! - dice el profesor generalizando -. Saotome,
ven a recoger tu calificación - luego de un silencio Ranma va a
buscar su calificación muy preocupado.
	La toma del escritorio y se arrepiente de todo lo que había
hecho anteriormente.
	- Es un cero - dice desilusionado y la cabeza baja. Todos
comentaban medio burlándose y Akane le dice “te lo mereces”.
	- Y la última. Felicitaciones, señorita Maisuro, obtuvo la
calificación más alta.
	Ella la recibe sin hacer ningún gesto de alegría ni nada,
sólo se fue a sentar a su puesto. Todos quedaron extrañados por la
actitud de Atami. El profesor sigue hablando:
	- Saotome y Maisuro, vengan acá.
	La clase entera se burlaba de Ranma coreando "es niñita, es
niñita".
	- ¡Cállense! - se enoja el burlado.
	Los llamados se quedan juntos enfrente del profesor y él le
dice que se acerquen. Les habla bajo.
	Saotome, ¿está dispuesto a que la señorita Maisuro le ayude
a estudiar?. Por lo que veo, si sigue así no aprobará el año.
	- ¿Qué?. ¿Ayuda, yo?. No creo que la necesite - responde el
orgullo de Ranma.
	- ¿Está seguro, Saotome?.
	- Bueno... Si Maisuro está de acuerdo, por qué no.
	- Por mí ningún problema, Ranma.
	Solucionado el problema, se van a sentar y el profesor da
un último aviso.
	- Esta nota no influye en nada, pero me sirve para saber
cuánto están preparados para los exámenes.
	Todos miraban de reojo a Saotome y a Gosunkugi.
	Ranma se promete a sí mismo que sacará una buena nota la
próxima vez con la ayuda de Atami.

	Después de haber terminado las clases en la escuela, ya no
son dos los que caminan juntos para ir a la casa de los Tendo,
sino tres.
	El otoño parecía que tocaba las puertas del cielo para
poder hacer su aparición. El color naranjo daba un toque especial
al ambiente.
	- ¿En verdad no hay problema que estudiemos juntos hoy? -
le pregunta Ranma.
	- Mi padre no llegará sino hasta muy tarde a casa -
contesta Atami tímida y cabizbaja, como siempre.
	- Bien, es perfecto - se emociona.
	- No te emociones tanto... después la caída es más fuerte -
opina Akane irónicamente.
	- Ya sabía que no te quedarías callada.
	Atami caminaba entremedio y se sintió incómoda durante todo
el trayecto a la casa de los Tendo.
	Ya en la casa, y después de un buen rato, llega la hora de
cenar. Atami se sienta al lado de Ranma, desplazando sin querer a
Akane que se tuvo que sentar al lado de Kasumi.
	- Es un gusto tenerte en nuestro humilde hogar - le da
Tendo la bienvenida.
	- Por favor, siéntete como en tu casa - prosigue Kasumi
sonriente, sirviendo arroz en los platos.
	- Gracias, son muy amables.
	- Ranma, como siempre, trae chicas muy lindas - comenta el
maestro Happousai, demasiado amable pensaban los demás.
	- Gracias. ¡Qué señor más simpático! - agradece Atami muy
contenta aunque algo avergonzada.
	Al escuchar la respuesta, Happousai sonríe picarezcamente y
se lanza encima de ella, pero Ranma alcanza a reaccionar y con un
codazo hunde a su maestro en la mesa.
	- Este viejo no aprenderá. Discúlpalo, ¿quieres? - dice
Ranma.
	- S-sí,... claro Ranma - responde media atontada ante el
heroísmo y la seguridad que le irradiaba Ranma.
	- Vaya, ya me lo imaginaba - murmuraba Nabiki irónicamente
comiendo una galleta como entremés -. Nunca creí que la presencia
de Akane fuera tan transparente.
	- Shhhhh... que no te escuche o nos irá mal a todos - le
dice Genma al oído.

	Eran ya casi las ocho de la tarde y comienza a oscurecerse.
Ranma y Atami ocupan la mesa del comedor para estudiar. Estaban
solos y esto tenía a Atami un poco nerviosa.
	- Si sólo supiera el truco para resolver estos ejercicios
no me darían tantos problemas.
	- ¿Truco? - pregunta soltanto una risita.
	- ¿Por qué te ríes?.
	- Porque no hay ningún truco. No lo tienes que tomar de esa
forma.
	- Tiene que haberlo. Escribiré el mismo ejercicio del otro
día - dice Ranma mientras escribía en el cuaderno x^2 - 4 = 0 -.
Quiero que me expliques paso por paso.
	- Mira, el objetivo es saber el valor de esta letra. Es lo
primero que tienes que saber, ¿entendido?.
	- Entendido.
	Y así le va explicando paso a paso hasta que él termina
solo el ejercicio.
	- ¡Qué bien!. Ya estoy entendiendo.
	- Muy bien, ahora veremos otros más difíciles para que los
resolvamos... juntos, si no te importa - dice tímidamente.
	- Claro. Mira, éste me parece bien, Maisu...
	- Atami. Llámame por mi nombre - interrumpe sonrojada.
	- Está bien, Atami. Sigamos - concluye sonriéndole.
	Y así pasaron las horas hasta las once de la noche. Atami
ve la hora y se exalta.
	- Dios mío, no me di cuenta de la hora, ya es muy tarde.
Debo irme, Ranma - dice agitada recogiendo sus libros y cuadernos.
	- Si quieres te voy a dejar a tu casa, así me quedaría más
tranquilo al saber que llegaste bien a tu casa.
	- ¿En verdad me acompañarías? - pregunta avergonzada.
	- Sí, claro. Vamos ya.
	Se demoraron diez minutos en llegar ya que la casa de la
chica quedaba en el mismo barrio. En la entrada de su casa, Atami
se acerca tímidamente a Ranma, pero nunca mirándolo a los ojos.
	- ¿En verdad no quieres pasar un rato?.
	- Me encantaría pero ya es muy tarde. No conoces a Akane
cuando se enoja.
	- Ya veo - murmura bajando la cabeza.
	- Pero no te pongas así. Otro día será, te lo prometo - le
contesta Ranma regalándole una sonrisa -. Adiós, nos vemos mañana.
	- Adiós - decía tardíamente mientras veía como Ranma se
alejaba poco a poco y dejaba atrás un día maravilloso para ella,
uno que hace mucho tiempo no tenía.
	
	Ranma caminaba lentamente con las manos en los bolsillos y
silbando una melodía. Pasa por el dojo Tanaka y escucha golpes, así
que se asoma a una ventana para mirar.
	El jefe del dojo, el señor Tanaka, estaba peleando con un
sujeto, quien delante de los ojos de Ranma realiza un movimiento
tan rápido que ni él lo vio. Tanaka estaba en el suelo vencido.
	- Recuerda esto, Tanaka: soy Thoma Maisuro, que no se te
olvide.
	Ranma, sorprendido, murmura: “¿Dijo Maisuro?... ¿Será él
el padre de Atami?”.




II



	Septiembre 7, medianoche del miércoles. Ranma llegaba a
casa un poco pasado de la medianoche después de haber ido a dejar
a Atami a su casa.
	Entra sigilosamente pues pretende que todos ya están
durmiendo. Sin embargo, desde la puerta se notaba luz en el
comedor, así que en vez de ir directamente arriba se dirige
primero para allá, por simple curiosidad.
	Al asomarse, ve que era Akane en pijama la que estaba en
el comedor y se había quedado dormida en la mesa.
	“Qué tonta es, no tenía por qué esperarme, ahora de seguro
pescará un resfriado... y después dice que soy yo el tonto”, dice
en forma despreciativa, pero que contrasta cuando la prepara para
llevarla en sus espaldas con destino a su habitación de manera muy
cariñosa. Akane, dormitando, abraza levemente el cuerpo de Ranma y
él la sostiene fuertemente de los muslos.
	Trata de hacer el menor ruido posible, especialmente en la
escalera. Ranma abre la puerta de la habitación de Akane, la deja
dentro de la cama y se dispone a irse a su habitación.
	Casi al llegar a la puerta, Akane se despierta levemente.
Ranma le daba la espalda: “Tendrá que aceptar mi amabilidad de
traerla aquí. ¡Ja!. No le quedará otra que disculparse y darme las
gracias. Soy muy listo, sí, demasiado listo”, pensaba sobrada y
engreídamente demostrando excesiva superioridad.
	- ¿Eres tú... Ranma? - dice media dormida aún.
	- Sí, soy yo. Te traje a tu habitación. No quería que te
resfriaras - responde con la misma sobriedad de sus pensamientios.
	- Ah... - se conforma mientras Ranma sonreía esperando que
Akane se rebajara de un momento a otro -. ¿Oye?.
	- ¿Sí?. Dime - seguía sobrado mientras Akane lentamente se
levantaba.
	- ¡¡¡¡¡¿¿¿¿¿DÓNDE MIERDA TE HABÍAS METIDO?????!!!!! - le
grita golpeándolo en el rostro, sacándolo de la habitación.
	Todos se despertaron y van a ver a Ranma que estaba tirado
en la pared con el golpe de Akane inscrito en un mejilla.
	- Ranma, ¿qué fue lo que pasó? - le pregunta Sound Tendo.
	- Me pareció escuchar la palabra mierd...
	- ¡No lo digas, Kasumi!. Podrías tener pesadillas - dice
Nabiki.
	Ranma, medio ido, logra levantar la cabeza, con expresión
graciosa les responde:
	- Creo que seré yo el que tendrá pesadillas.

	Ya de mañana, nuevamente se les hizo tarde para ir a la
escuela, así que van corriendo velozmente bajo una bella mañana.
	- ¿Sueles ser sonámbula y pegarle a la gente? - le pregunta
irónicamente mientras corrían.
	- Sabes que te lo merecías.
	- Pero si no hice nada malo, sólo quise ser amable con...
	- No tienes por qué darme explicaciones de tus actos. Eso
es cosa tuya.
	- Está bien, pero luego no te quejes si te cambio por ella.
Total, es cosa mía, ¿no?.
	La desubicadez de Ranma le costo un tremendo choque con un
poste, dejándolo muy adolorido y tirado en el suelo.
	- ¡Eso te pasa por cretino y grosero! - le grita Akane que
siguió corriendo.
	Desde el suelo Ranma se sobaba suavemente la nariz.
	- ¡¡¡Esto me pasa por hueón!!!.

	A la hora del almuerzo, Akane y Atami estaban conversando
en la planta alta de la escuela. Corría una brisa helada que
entumecía a Atami y a sus nervios.
	- Oye, no creas que me caes mal ni nada por el estilo, sólo
que no había encontrado el momento para hablarte y conocerte - le
dice Akane hablando sinceramente.
	- No te preocupes, no pensaba eso de ti...
	- Dime Akane si quieres. Qué bueno, ya me empezaba a sentir
un poco mal.
	- Para ser sincera, soy yo la que se siente un poco mal,
Akane.
	Justamente, Ranma venía subiendo las escaleras pero al ver
que ellas están conversando, decide no salir y quedarse ahí
escuchando.
	- Dímelo entonces, quizás yo te pueda ayudar - le aconseja
Akane mientras se acerca hacia ella.
	- No, no puedo decirlo, menos a ti - sollozaba en los
brazos de Akane y Ranma se preguntaba “qué diablos le habrá pasado
a Atami”.
	Akane trataba de tranquilizarla acariciándole la cabeza,
pero fue vencida por la curiosidad.
	- Es por Ranma, ¿verdad? - preguntó recibiendo una leve
afirmación con la cabeza -. Diablos, me lo imaginaba.
	Ranma no tenía palabras, igual que Akane. Ambos concluyeron
en lo mismo: Atami le gustaba Ranma.
	- Por favor, no te enojes conmigo. Ya sé que no está bien
entrometerse entre una pareja que se va a casar, pero te prometo
ahora lo pensé mejor y no lo haré.
	- ¡Qué!. ¿Ranma dijo eso?. ¿Ranma te dijo que nos íbamos a
casar? - exclama entre enojada y contenta.
	- ¿Qué no es así? - le pregunta zafándose suavemente de los
brazos de Akane.
	- Bueno, en parte - responde sonrojándose -, pero no tengo
intenciones de casarme con él; es más, ni siquiera me gusta.
	- ¿Entonces por qué sigues con él? - le pregunta dejando
pensativa a Akane, y a Ranma lo hace murmurar “buena pregunta”.
	- Bueno, yo...
	De pronto, se oyó un ruido en la puerta de la escalera.
Era Ranma quien se había resbalado, pero se levantó de inmediato y
corrió hacia abajo. Lo malo es que ellas le divisaron la trenza.
	- Oh, no. Era Ranma - se lamentó Atami -. ¿Y si escuchó lo
que hablamos?.
	- De seguro escuchó, siempre anda metiendo las narices
donde no debe.
	Atami se larga a llorar incándose sobre sus rodillas. Akane
la mira con pena, pues sabía lo que estaba sintiendo. Se agacha
junto a ella.
	- No creo que sea una buena idea hablar con él ahora.
Además toca educación física, así que será muy difícil. No te
preocupes, yo en la casa trataré de conversar con él.
	- Te lo agradecería mucho, Akane - decía sin muchas
esperanzas pensando en que podría perder a su único amigo -.
Hazle ver mi situación, por favor.

	Ya atardeciendo, Akane llega a casa y ve que la mochila de
Ranma estaba botada en el pasillo pasando la escalera, así que
supone que se fue a entrenar al dojo.
	Al asomarse en la entrada, ve que Ranma estaba practicando
sin muchas ganas.
	Decide entrar.
	- Oye, Ranma...
	- Déjame solo, no tengo ganas de hablar - dice mientras
practicaba de espaldas a Akane.
	No le aguantó, fue y lo dio vuelta quedando cara a cara.
	- ¡Yo no te hice nada así que no te desquites conmigo! - le
grita furiosa.
	- Está bien, está bien, hablaré todo lo que quieras - dice
mansito como un cordero.
	- Así está mejor - dice tranquilizándose -. Con respecto a
lo que pasó en la escuela, ¿la escuchaste?.
	- Sí, y mejor no lo hubiera hecho. Yo no le di motivos -
dice como si estuviera despreciando a Atami.
	Nuevamente le dio la espalda a Akane.
	- Ranma, no es su culpa. Tienes que entender que fuiste la
primera persona que se le acercó. Es lógico pensar que ella sienta
algo... especial.
	- Puedo entender eso, pero no entiendo por qué diablos te
lo dijo.
	- Debe estar muy confundida. Yo creo que deberías hablar
con ella. Por favor, entiende su situación.
	Eso ablandó a Ranma. Se dio vuelta como arrepintiéndose y
lo pensó dos veces.
	- ¿Tú crees que sea lo correcto?.
	- Yo creo que si hablaras con ella todo se solucionaría.
Así ella tendría las cosas más claras - dice regalándole una
sonrisa que lo alentó a decidirse. Luego, él también sonrió y
eso puso muy feliz a Akane.
	Lamentablemente, la escena romántica se vio interrumpida
por la entrada de toda la familia.
	- Ranma, alguien quiere retar al dojo en un combate - le
dice Tendo.
	Por atrás de Sound aparece un sujeto musculoso pero algo de
edad, como de 50 años, alto y pectorales desarrollados, así como
todo su robusto cuerpo.
	- ¡Pero si es el señor Maisuro! - exclama Ranma asombrado.
	- Veo que me conoces. Pero si sólo eres un muchacho enano y
desnutrido. Será la última y más fácil victoria aquí en Tokio.
	- No me subestime. El que lo ha hecho no ha salido ileso.
	Thoma sólo sonríe confiado mientras toda la familia toma
posiciones para que se inicie el combate. Nabiki será la que dará
inicio al combate.
	- Combate sin límite de tiempo entre Ranma Saotome de la
categoría libre y Thoma Maisuro. ¡Comiencen!.

	Todos los golpes de Ranma fueron esquivados con facilidad
por Thoma. Ahora él ataca con una patada siendo bloqueada por el
brazo de Ranma, pero era tan violenta que lo dejó adolorido.
	“Para ser tan grande y viejo se mueve muy rápido”, pensaba
impresionado hasta el momento. Pero pensó que no sería tan rápido
para resistir el truco de las castañas, pero fue tan rápido que
tuvo el lujo de parar todos los puños.
	- Yo te enseñaré una verdadera lluvia de castañas - dice
Thoma mientras ejecuta el mismo movimiento pero más rápido y con
más fuerza.
	Ranma cae violentamente contra la duela del dojo al igual
que su reputación invencible.
	- Eso fue impresionante - opinan Tendo y Genma asombrados.
	- ¡Qué les pasa a ustedes dos!. ¡¿De qué lado están?! - les
grita Akane.
	- Perdón, perdón, lo sentimos mucho - se disculpan casi
haciéndole una reverencia.
	“Tengo que encontrar su punto débil, de otro modo perderé
sin siquiera haberle hecho cosquillas”, pensaba cuando se reponía
de los golpes.
	- ¿Eso es todo lo que puedes hacer, muchacho?.
	Ranma, ante su impotencia, se lanza desesperado en busca de
un golpe esperanzador que le diera la victoria.
	- ¡No hagas eso Ranma! - dice Tendo.
	- Tenía que guardar la calma y lo primero que hace es
lanzarse como loco encima de él - dice Genma.
	- Pobrecito, está desesperado - murmuraba Kasumi.
	- Cuando no - prosigue Nabiki.
	Thoma lo esperaba para darle el golpe final. Ranma sentía
mientras más se acercaba se hacía más y más grande. Pero esa
perspectiva le dio una idea: “¡Sus piernas!. Al ser tan alto lo
mejor es atacar sus piernas”.
	Y cambia repentinamente su ataque a dos metros de Thoma
lanzándose en barrida, logrando impactar la rodilla derecha.
	- Bravo, qué inteligente - se alegra Tendo.
	- ¿Hijo de quién será este chiquillo? - se elogiaba Genma.
	- ¡Así se hace, Ranma! - alentaban las hermanas Tendo.
	Thoma logra incorporarse pero le dolía la rodilla. Ranma se
tomaba su brazo izquierdo.
	- Ahora no serás tan rápido como antes. Estamos a mano.
	- Pues una pierna mala no me servirá para hacer el próximo
ataque.
	Nadie supo lo que significaba ese comentario, pero Ranma,
muy astuto, dedujo que sería un ataque de energía, así que usaría
su último as.
	Thoma sacó su poder cubriendo todo el dojo y luego lanzó
una aurora de energía. Ranma la resistió el momento necesario para
aplicar el dragón volador, con consecuencias para el techo del dojo
que salió volando junto con Thoma y Ranma. Por suerte, cayeron en
el estanque del patio.
	- Ay no, el techo... - se deprimía Tendo.
	- Tanto trabajo para que se despedazara en dos combates -
continúa Genma.
	- ¡No sea cínico, Saotome!. ¡¿Acaso no recuerda que usted
hizo su numerito del panda para no trabajar más?!.
	- Ups.
	Ranchan se recuperó primero, pero no se había dado cuenta
que le faltaba algo debido a la potencia del dragón volador.
	Luego, se acuerda de Thoma y le saca la cabeza del agua. Le
pega un par de palmadas en la cara para que se despertara. Cuando
recobra el conocimiento ve a Ranchan y...
	- ¡Una chica sin...! - y se desmayó de nuevo.
	Ranchan se mira y se da cuenta del por qué del desmayo.
	- ¿Habrá querido decir "sin ropa"?.

	Rato más tarde, Thoma ya estaba mejor, pero le tuvieron que
contar sobre la maldición de Jusenkyou. Estaban tomando el té en el
comedor.
	- Vaya, vaya. Qué historia tan fascinante. En todo caso, no
empaña en nada tus virtudes para pelear. Lo hiciste fantástico.
Nunca nadie antes pudo superar mi última técnica. Tienes mucho
futuro, muchacho.
	- ¿En serio?. ¿O sea que fui el primero?... Eh, claro, por
supuesto, están ante el futuro campeón mundial de artes marciales.
Ja, ja, ja, ja... - se sobra ante la mirada de todos.
	- Creo que no estuvo bien haberle dicho eso - opina Tendo.
	- Ay, no. Ahora me lo estará diciendo, por lo menos, por
una semana... qué horror - se lamenta Akane.
	- Bueno, debo irme. Me marcharé con mi hija a otra ciudad,
dejé las cosas listas en la casa para llegar e irnos.
	- ¡¡¡¿¿¿Se van???!!! - exclaman Ranma y Akane.
	- Así es, ya peleé en todos los dojos de esta ciudad y me
llevo una derrota, la única... Pero eso no significa que me quede
aquí lamentándola. Debo encontrar nuevos desafíos y así, algún día,
volveré y te venceré - decía enérgicamente mientras a Ranma le
brillaban los ojos de orgullo por ser el único que pudo vencer a
Thoma.
	- No siga, Sr. Maisuro, ¿no ve que el niño podría quedar
peor? - le dice Nabiki. Pero Ranma se acordó de Atami y volvió en
sí.
	- Pero no se pueden ir, no antes de...
	- ¿Hablar conmigo? - lo interrumpe Atami adivinando las
siguientes palabras de Ranma. Él mira a Akane y ella afirma con
la cabeza indicando que vaya a hablar a solas con ella.
	- Atami, hija, ¿qué haces aquí? - le pregunta su padre.
	- Tranquilo, papá. Ya dejé todo listo para el viaje. Sólo
quiero hablar con Ranma.
	Y Ranma la acompaña y se sientan a conversar adentro del
dojo, o lo que queda de él.
	- Aún no puedo creer te te vayas. Sólo estuviste en nuestra
escuela por unos días. Pero ya que te vas, quisiera que hablemos.
	- Ranma, sé que debes estar enojado conmigo pero quiero que
sepas que...
	- ¿Q-qué? - prosigue Ranma más nervioso que gelatina en
invierno.
	- Que nunca me entrometería entre tú y Akane, eso no me
corresponde - las palabras de Atami entristecía a Ranma: “por qué
se tuvo que fijar en mí, sufrirá mucho” - ... Además, no se
vería bien. Cualquiera diría que me gustas.
	- ¡¿Cómo dices?! - se pregunta no entendiendo nada. "Se
suponía que esa era la idea", pensó Ranma anonadado.
	- Pero como eres mi único amigo, yo deseo lo mejor para ti
y quería hacer algo por ti haciéndole ver a Akane algunas cosas que
sólo las mujeres sabemos y que a algunas se les olvidan.
	- ¿Esa era tu intención? - se seguía preguntando. “Cómo
pude creer que a una chica así le iba a gustar de la noche a la
mañana”.
	- Creí que podría arreglar las cosas. ¿No estás enojado,
verdad?. Ojalá que no te haya traído problemas con Akane.
	- ¿Eh?... - sigue tratando de regresar en órbita -. No, al
contrario... La intención es lo que cuenta, ¿no?.
	- Sí, creo que tienes razón, no debo sentirme mal. Qué
bueno que entendiste mi situación. ¿Sabes lo bueno de todo esto?.
	- No, dime.
	- Mi papá dice que vamos a Sapporo, en Hokkaido, a conocer
a mi prometido. Cuando me lo dijo, me quería morir porque si era
tímida con cualquier persona, imagínate con él. Pero ahora, sé cómo
debo actuar y qué cosas no debo hacer y todo fue gracias a ustedes
dos. Ya no tengo tanto miedo.
	- Qué bueno, me alegro por ti - se alegra. "¿A Hokkaido?...
¿Un prometido?. En qué estaba pensando".
	- Pero no te preocupes, te escribiré.
	- Sí, yo también lo haré - le sonríe. Atami iba saliendo
del dojo cuando él vuelve a dirigirle la palabra -. En todo caso,
si todavía tienes algo de temor por conocerlo, no te preocupes. Por
lo menos, en mi caso, el miedo vino después de conocerla. Akane es
una bomba que puede explotar en cualquier momento. Pero ya me
acostumbré, y aquí me ves, aún vivo.
	- ¿Por qué me dices esto, Ranma?. No entiendo.
	- Sólo quiero que entiendas que no hay que juzgar a las
personas por sus defectos. Quizás al principio, encontrarás muchas
razones para querer romper tu compromiso con él y te sentirás que
fuiste pasada a llevar ya que nadie preguntó lo que tú querías.
	- ¿Todo lo que me has contado lo sentiste tú al principio?.
	- Así es, al principio.
	Escuchan la voz de Thoma llamando a Atami, así que ambos
van para la entrada. Allí se despiden y promete que algún día
volverá de nuevo a visitar, ahora, a sus dos amigos, Ranma y Akane.
	Ranma entendió que no se debe poner los sentimientos de una
amistad a prueba. A veces es mejor perder a una novia de mentira y
ganar una amistad de verdad.

Un fanfic de LG
(c) 2000 Felipe Torres.


¡Bienvenidos al Second Book!. Nuevo año y nuevas ideas para comenzar a escribir. Con respecto a este fanfic, el personaje que interpreta Atami es la típica chica tímida del salón que no tiene mucha vida social. Lo que hizo Ranma es lo que normalmente la mayoría de la gente no hace. A él no le importó que todo el mundo se burlara de él, no le importó que no fuera una chica popular. Juzgó a Atami no por lo que aparentaba, sino por lo que era y así conoció a una persona con un alma llena de bondad. Al final de todo, ambos aprendieron uno del otro.

Ya saben, mátenme escribiéndome un mail por cualquier reclamo o sugerencia.

Ir al Capítulo 8

Volver a Fanfics

Hosted by www.Geocities.ws

1