RANMA1/2
"Atrévete a Aceptarlo"


Capítulo #2:

"Cuando el adiós
es para siempre"


Ranma1/2 es original de Rumiko Takahashi
Fanfic escrito por Felipe Torres entre febrero y junio de 1999,
y editado por Felipe Torres entre el 26 de enero y el 25 de abril del 2001




I


	Otro día más en la escuela Furinkan. Era un hermoso
mediodía de primavera en que las campanadas del reloj indicaban
la hora del almuerzo. En la sala del primer año, Ranma almorzaba
junto con sus amigos, Hiroshi y Daisuke.
	Hiroshi y Daisuke son dos chicos que han estado enamorados
de Akane desde los tiempos de primaria, pero sin embargo, se
hicieron amigos de Ranma, quien debería ser su enemigo número uno.
	Estaban conversando de varios temas, y de pronto, comienzan
a hablar sobre chicas:
	- Oye, Ranma. ¿Sabes algo de la chica pelirroja? - pregunta
Hiroshi burlescamente ante la mirada feroz de Ranma.
	- Sí, hace tiempo que no la vemos, cuéntanos, ¿le pasa
algo? - continúa bromeando Daisuke.
	- No molesten. Saben perfectamente que no me gusta hablar
ese tema.
	- Ay, vamos, Ranma. Sólo es una broma. No te pongas así con
nosotros.
	- Es cierto, ya nos hemos dado cuenta lo violento que te
pones cuando Kuno habla de ella, pero nosotros no somos él.
	- Ya déjenme en paz, o por lo menos hablen más despacio,
no sería novedad que Kuno venga desde su salón gritando “¡Dónde
estás, cabellos de fuego, te amo, te adoro!” y ese sin fin de
idioteces que dice.
	- Bueno, entonces hablemos de Akane, ¿te parece? - dice
Daisuke.
	- ¿De Akane?... Oigan, qué es esto, ¿un interrogatorio?.
	- Sin evasivas Ranma, ¿o nos vas a negar que nunca ha
pasado nada con Akane?.
	- Sí Saotome. ¡Confiésalo!. Además, no pondremos en peligro
nuestra amistad. Te lo prometemos.
	Empiezan a atosigarlo de manera exagerada, no lo dejaban ni
respirar. Entonces, Ranma concluye el interrogatorio de manera
definitiva sin pensar en las consecuencias que esto tendría:
	- ¡¿Pero qué están diciendo, qué mierda les pasa hoy día?!.
¡¡¡Yo nunca tendría algo con Akane, ni siquiera me gusta y eso
ustedes deberían saberlo!!!.
	Lo único malo de todo esto es que Ranma lo dijo tan fuerte
que todo el salón lo escuchó. No podía ocultar la vergüenza, pero
faltaba algo más: de pronto, recibe un librazo en la cabeza tirado
por Akane con mucha fuerza.
	- No tenías que publicarlo - concluye con indiferencia y
prosigue comiendo ante la mirada de sus amigas.
	- Qué carácter - murmura Ranma sobándose la cabeza del
dolor.
	- Ay, pobre de Ranma.
	- Sí, con una novia así está perdido.
	- Oigan, ¿qué no a ustedes les gusta Akane?.
	- Sí, pero al verte a ti...
	- ... Preferimos estar solos.
	- Idiotas - murmura mientras Hiroshi y Daisuke ríen a
carcajadas.

	Más tarde, Ranma y Akane volvían camino a casa. Como
siempre, él caminaba sobre la reja que da al río silbando y
Akane por la calle muy callada y cabizbaja.
	- ¿Todavía estás enfadada con lo de hace rato?. No
entiendo cómo puedes ser tan rencorosa.
	- ¿Te parece poco tu actitud?. Por último, podrías hablar
mal de mí más disimulado. Así no te hubiera tirado el libro en
la cabeza.
	- ¿Hablar mal de ti? - Ranma se baja de la reja y se para
delante de Akane deteniéndole el paso. Ella esquiva el rostro de
él mirando para un lado -. Vamos, no seas así, me gustaría saber
cómo te pondrías tú si te dijeran que tienes algo de verdad
conmigo. De seguro, no estarías muy contenta.
	- Siempre eres tan insensible... - pasa una brisa suave
alimentada por el silencio de ambos -. Bueno, creo que exageré un
poco.
	- Sí, un poco - dice sarcástico -. En fin, no lo pude
evitar. Además, Hiroshi y Daisuke me dijeron algo que ya me tiene
cansado.
	- Me imagino. Debe ser desagradable que te hablen de mí.
	- No, no es eso. Verás, últimamente me han estado
molestando mucho con el asunto de la chica pelirroja y eso
realmente me pone de muy mal humor. Además, cada vez que Kuno
me ve como chica no se puede controlar y ya no estoy para
soportar su escándalo.
	- Dime eso a mí, Kuno es realmente insoportable. En ese
sentido te entiendo perfectamente, sé por lo que debes estar
pasando, pero no es para que te pongas así.
	- Ay, vamos. Lo dices como si no me pasara nada - comienzan
a caminar de nuevo -. Todo se solucionaría si pudiera viajar a
China e ir a los manantiales de Jusenkyou para ver la forma de
librarme de la maldición - se lamenta Ranma.
	- Pero sabes que eso no puede ser. La única forma de ir a
China es teniendo dinero. Y además, no tienes idea en qué lugar
de China se encuentra Jusenkyou.
	- Tienes razón, mejor no me hago ilusiones.
	- Vamos, no seas tan pesimista. Ya encontraremos la forma
de solucionar el problema.
	- Ay... - suspira -. Cómo si la solución estuviera a la
vuelta de la esquina.
	Casualmente, dan vuelta en una esquina. Un poco más
adelante, divisan en el suelo un pedazo de papel muy llamativo
con algo escrito.
	Ranma y Akane se los come la curiosidad por ver lo que
decía ese papel. Akane lo recoge y lo lee en voz alta para que
Ranma escuche:
	- Aquí dice "vuelo con destino a Shanghai, China, para el
día 19 de abril" - Ranma le quita el boleto para leerlo él
también no convenciéndose de lo que se leyó -. Eso es el lunes
de la próxima semana Ranma.
	- Es verdad, no imaginé lo que escuché - exclama Ranma
muy emocionado y contento, ya no puede aguantarse las ganas.
	- ¿Sabes lo que significa esto?.
	- ¡¡¡Claro que sí!!!.
	Ranma la toma de las manos y empiezan a dar vueltas de
felicidad, como en una ronda.
	- ¡Mis problemas han terminado Akane, ya no me convertiré
más en chica!.
	- Ranma, estoy tan feliz.
	- Yo también.
	Terminan de dar vueltas y se dan un abrazo. Se mantuvieron
así juntos por un lapso corto hasta que ambos se dan cuenta de
lo que hacían. Se separan de inmediato, sin vacilar, sonrojándose
ambos posteriormente.
	- Disculpa Akane.
	- No hay cuidado.

	Más tarde, en la casa de los Tendo...
	- ¿Y dicen que lo encontraron tirado así nada más? - se
pregunta Kasumi.
	Estaban cenando todos en familia. Mientras Tendo y Kasumi
se sorprendieron y se alegraron de lo narrado, el maestro
desconfiaba, Genma estaba envidioso y de brazos cruzados, y
Nabiki se limitó a observar a Ranma todo el tiempo; de seguro,
tenía algo entre ceja y ceja.
	- Así es, Kasumi. No lo podíamos creer cuando lo leímos -
contaba Akane.
	- Lástima que tiraron solamente uno - comentaba Genma de
mala gana.
	- Vamos, señor Saotome. Alégrese por su hijo, no sea así
de insensible - le decía Tendo.
	- Así es la vida, papá - dice Ranma muy feliz -. Ya no
aguanto para que llegue el día, estoy ansioso.
	- Hmmm... Para mí que ustedes robaron ese boleto. No
existe tanta suerte para que haya pasado así - desconfiaba
Happousai.
	- Sus acusaciones me tienen sin cuidado, maestro. Nada me
podrá arruinar el día.
	Ranma reía de felicidad. Por fin el destino le sonreía de
manera tan favorable, y eso a Akane la tiene muy contenta.
	Kasumi nota que Nabiki está pendiente de otras cosas, pues
en reiteradas veces la ha descubierto mirando a Ranma y luego se
pone a pensar en una actitud muy extraña. Sin embargo, decide no
prestarle mucha atención.
	- Oye, Akane. ¿Me ayudarías a preparar un pastel para
celebrar?. Creo que es una ocasión que no se puede dejar pasar.
	- Con gusto, Kasumi - dice Akane mirando a Ranma -. Esta es
realmente una ocasión para celebrar.
	Ranma le sonríe. “Ojalá que Akane no le ayude mucho. Quiero
estar vivo para viajar a China. ¡No lo puedo creer!”, pensaba.
	Mientras ellas van a la cocina a preparar el delicioso
bocado, los hombres de la mesa comienzan a molestar a Ranma,
mientras Nabiki observaba silenciosa.
	- Vaya, Ranma. Sí que eres afortunado. Realmente mi hija te
quiere mucho.
	- Así es, hijo mío. Debes sentirte muy feliz por tener una
pareja que te quiera de esa forma, ¿no cree Sound?.
	- Desde luego, Saotome.
	- Ya basta. Dejen de molestarme - dice Ranma algo
avergonzado y agresivo.
	- Vaya, Ranma, realmente es tu día de suerte - le dice
Happousai.
	- Oiga, Tendo, ¿por qué no se prende la televisión?.
	- Saotome, no sea sinvergüenza. ¿Por qué no la prende
usted?.
	Realmente todos disfrutaron del pastel. No quedó nada.
Obviamente, al terminar de comer, cada uno tenía algo que hacer.
	- Saotome, ¿qué le parece una partida de shogi en el
dojo? - le dice Tendo.
	- Me parece una idea interesante - acepta Genma,
acompañando a Tendo al dojo.
	- Y mientras ustedes juegan, yo practicaré un poco. Estoy
con muchos ánimos - dice Ranma acompañándolos.
	- Yo iré a mi cuarto para hacer mi meditación - dice el
maestro por su parte.
	Kasumi retira los cubiertos sucios y los lleva a la cocina
para lavarlos. Akane y Nabiki quedan viendo televisión, su novela
favorita. Sin embargo, Nabiki apaga repentinamente el televisor,
ganándose al lado de su hermana.
	- ¿Qué pasa, Nabiki?. ¿Hay algún problema?.
	- Veo que estás muy contenta por lo de Ranma, ¿no?.
	- ¿Yo? - pregunta nerviosa -. Bueno, por fin se librará de
la maldición que lo ha tenido condenado a convertirse en mujer
todo este tiempo. Debe sentirse muy feliz.
	- Sí, ya lo creo... Pero, ¿te has puesto a pensar qué
pasaría si Ranma vuelve a ser normal?.
	- En realidad, no es algo que me quite el sueño - decía
con poca importancia.
	- Ranma podría ser lo que siempre ha deseado: el gran
campeón de categoría libre - resaltando lo último.
	- Ah, sí, claro - dice pensativa -. ¿Pero qué pasa con
eso?. ¿Por qué tanto misterio Nabiki?.
	- Ay... - suspira -. A ver si entiendes de esta manera:
¿me puedes decir en dónde estás tú en toda esta historia?
	- ¿Quién, yo?.
	- Akane, piénsalo. Ranma es una persona que sólo piensa en
sí mismo. Podría instalar su propio dojo con el tío Genma y no
volverías a verlo nunca más.
	Akane pareció sorprenderse con lo que le dijo su hermana.
Sin embargo, no se deja sorprender y prosigue con la conversación.
	- No creo, ya lo hubiera hecho antes. Y si fuera así, es
Ranma quien tiene que decidir si se queda o se va. Yo no puedo
obligarlo a nada, no sería justo.
	- ¿Justo para quién? - plantea Nabiki con éxito. Akane la
piensa en completo silencio, sólo se escuchan los ladridos de los
perros en la noche estrellada. Nabiki la toma de los hombros y
le dice -. Soy una chica con bastante experiencia y sé lo que
digo. Piénsalo, buenas noches.
	Nabiki se retira dejando a Akane pensando profundamente en
lo conversado.
	Sin embargo, después de un rato, Akane decide salir a dar
una vuelta para despejarse.

	Caminaba por una calle tranquilamente, bajo la luz del
alumbrado y el ladrido de los perros, pero ni siquiera iba
pendiente por donde iba. Iba pensando qué pasaría si no pudiera
ver más a Ranma. Se imaginaba su vida sin él, ir a la escuela sin
él, comer en familia sin él, practicar en el dojo sin él.
	De pronto, comienza a llover muy fuerte, sorpresivamente.
Comienza a correr con destino a casa.
	- Qué extraño, no esperaba que lloviera. Ojalá no tome un
resfriado.
	Lamentablemente, estornudó toda la noche.
	Por otro lado, en la habitación de los Saotome, mientras
Ranma dormía pasivamente, Genma no podía conciliar el sueño y no
precisamente por los ronquidos de su hijo. Aún no podía creer la
suerte que tenía y se maldecía por no tenerla él. Sin embargo,
planeaba robarle el boleto, claro, si es que adivina el lugar en
donde lo escondió.

	Por la mañana, Akane decide no ir a clases por su resfrío,
así que Ranma tuvo que salir solo hacia la escuela.
	En la casa de los Tendo habían dos personajes que estaban
planeando algo con relación al caso “viaje Ranma”. Mientras
Nabiki caminaba por la casa pensando qué hacer para que Akane
le dijera sus verdaderos sentimientos hacia él, Genma hacía lo
propio para ver de qué forma Ranma le diera una pista de la
ubicación del boleto tan ansiado.
	Los dos llegan a sentarse a la mesa para pensar. Ni
siquiera se dan cuenta de la presencia del otro. Genma pensaba:
“Lo más seguro es  que Ranma va con ese boleto a todas partes, no
se separaría de él. Tengo que pensar en qué lugar no iría con ese
boleto, ¿pero cuál?...”.
	Mientras tanto, Nabiki hace lo mismo: “¿En qué momento o en
qué lugar Akane se atrevería a declarársele a Ranma?. Estoy segura
de que ella lo quiere y él también, no me puedo equivocar...”.
	Por lo menos, ambos estaban seguros de algo en común: lo
clave es el lugar. ¿Pero cuál lugar?. Hay tantos, pero sólo uno
serviría.
	De pronto, como si la ampolleta se les iluminara al mismo
tiempo, como si lo hubieran planeado los dos juntos, se les ocurre:
	- ¡¡¡Un día de campo!!!
	Más tarde, y después de tener todo planeado con su tío
Genma, Nabiki va a conversar con Akane. Obviamente, Genma no le
dice el motivo por el cual él quiere que se efectúe el día de
campo y Nabiki tampoco le dice el suyo.
	Bueno, basta de detalles. Nabiki llega a la habitación de
Akane. Ella estaba acostada ya no tan resfriada como antes.
Todavía estaba algo pensativa por lo conversado el día de ayer.
	- ¿Cómo?. ¿Un día de campo?. ¿Y para qué?.
	- Cómo que para qué, Akane. Para estar todos en familia y
celebrar al mismo tiempo la suerte de Ranma. Además, ya sabes
que puede ser tu última oportunidad con él.
	- ¿No sé de qué estás hablando?. ¿Última oportunidad para
qué?.
	- Bueno, si no quieres aceptarlo así, tómalo como si fueras
a despedirlo. Quién sabe, quizás sea la última vez que salgan
juntos.
	Akane prometió que por lo menos lo pensaría. Al menos con
esto, Nabiki queda tranquila. Después, Akane decide levantarse.
Se siente inútil en la cama.
	Al terminar de vestirse, se queda mirando el cielo por la
ventana. Nota que algo está cambiando en su interior, algo que ha
estado madurando a través del tiempo, algo inexplicable para ella
todavía, pero estaba segura que era algo que influiría mucho en su
vida.
	- Ay, detesto este resfriado. Me hace sentir inútil -
concluye dejando de mirar por la ventana y sale de la habitación.




II


	Ranma llega como a las siete y media a la casa. Al entrar,
exclama su llegada y se disculpa por la hora. Ya sentado en la
mesa con toda la familia, su papá no pierde la oportunidad para
comunicarle lo que había pensado en el transcurso del día mientras
cenaban.
	- ¿Un día de campo?. ¿Y para qué? - se pregunta Ranma.
	- ¡¿Un día de campo dices?! - exclama Happousai. Sus ojos
se llenas de lágrimas de felicidad -. ¿Y habrá chicas lindas?.
	- ¡Compórtese maestro! - ordenan Sound y Genma.
	El maestro, apocado, no tiene otra alternativa que acatar
las órdenes de sus pupilos.
	- Bueno, ya sabes Ranma. Estarás tanto tiempo lejos de
aquí, así que pensé que sería bueno compartir un día de campo en
familia antes de tu partida - le responde Tendo.
	- Vaya, qué buena idea tío. No se me había ocurrido.
Sería muy bueno que pasemos un día agradable antes de que me vaya.
	- No me lo agradezcas a mí Ranma. Fue una idea de Nabiki y
de tu padre.
	- ¿De Nabiki y de mi padre? - se extraña Ranma, cambiándole
totalmente la expresión de su rostro. Claro, al escuchar que ellos
habían sido los de la idea, pensó de inmediato de que había algo
más que pasar un rato agradable en familia.
	- ¿Qué sucede Ranma?. ¿Es que ya no quieres ir? - le
pregunta Kasumi.
	- No, no es eso Kasumi. Es sólo que si la idea vino de
Nabiki y de mi padre no me extrañaría que hubieran otra intención
por detrás.
	Ranma tenía razones para pensar mal de ellos. Cuando de
ideas y planes se trata, Nabiki y Genma siempre quieren el
beneficio propio.
	- Yo no tengo ninguna - dice Nabiki mirando para cualquier
otro sitio.
	Por otro lado, Genma saca una balde de agua fría y se lo
echa encima al instante, convirtiéndose en panda.
	- "Yo menos" - dice escrito en un letrero de madera que
saca el panda.
	- Ranma, no seas tan desconfiado - opina Akane. Ella ya
estaba mucho mejor, ni siquiera había estornudado en el transcurso
de la tarde.
	- Aún así, sigo pensando que hay algo extraño en todo
esto - contesta Ranma, pero el rostro le vuelve a sonreír -. Pero,
en fin, no queda otra. Es una muy buena idea después de todo.

	Deciden ir el domingo.
	Antes de acostarse, Ranma, solo en su habitación, arregla
sus cosas para el viaje del lunes. Echa ropa en su mochila, un
poco de comida y una fotografía en donde salía él al centro con
Akane a su derecha y con su padre a la izquierda. Después de Akane
venía Tendo y Kasumi, y al lado de Gemna estaba Nabiki, y el
maestro Happousai abajo.
	Miraba emocionado la fotografía, como si nunca más los
volviera a ver. Miraba especialmente a Akane. Acariciaba su imagen,
realmente la quería aunque no lo demostrara.
	- Nunca creí que me doliera tanto librarme de la maldición.
Sin duda, los echaré de menos... Bueno, nos es para tanto, sólo
serán unos días... o quizás semanas... Quizás cuánto me demore
encontrar la fosa correcta.
	Mientras echaba la foto en la mochila, Genma, ya normal,
espiaba sigilosamente por un orificio en la pared de adobe todos
sus movimientos, esperando que apareciera en escena el tan ansiado
boleto.
	De repente, Ranma saca de su bolsillo trasero el boleto.
Genma dejó hasta de respirar para que no se le fuera ningún
detalle.
	- Vaya, esto si que es un problema, ¿en dónde dejaré este
boleto?. No lo puedo llevar al día de campo, de seguro se me
perdería.
	- Qué listo eres, hijo mío. De seguro se te perdería. Lo
mejor es que lo dejes aquí - murmuraba Genma en silencio.
	- Lo mejor será dejarlo aquí. ¿Pero dónde?... ¡Ya sé!.
	Repentinamente, Ranma se sale del alcance de la vista de
Genma. El padre no puede ver en dónde se metió su hijo, por más
que lo intentaba. El orificio de la pared era muy pequeño y, por
ende, las posibilidades de visibilidad eran solamente de frente
y con un ángulo muy cerrado e incómodo hacia los lados.
	- Rayos y más rayos, ¿en dónde diablos se metió?. Bueno,
lo seguro es que lo escondió en algún lugar allí adentro - el
rostro le sonríe -. No todo es tan malo. Mañana regresaré antes
del día de campo y tendré el tiempo suficiente para buscarlo. Lo
siento Ranma, pero soy tu padre, y como tal, no puedo dejar que
te vayas a otro país solo. Tendré que ir yo en tu lugar, es muy
peligroso para que un niño como tú lo haga.
	Realmente, él era el más cínico y embustero de toda la
dinastía Saotome del siglo.

	Fueron a un sitio en donde Ranchan había ido con Kuno en
una cita alguna vez. Era un lugar cerca del mar, una hermosa
pradera con pastos y montes.
	Se ganan en una pequeña meseta, que al bajar de ella se
encontraba el mar, que estaba a no más de veinte metros. La
bajada era de pendiente leve y nada peligrosa, al contrario,
hasta se podían sentar en ella.
	Como ya era mediodía, Kasumi saca de la cesta de comida
el almuerzo, preparado por ella, por supuesto.
	Después del almuerzo, se divirtieron mucho, hasta
Happousai: nadaron (menos Akane), jugaron, comieron dulces, etc.
	Ya atardeciendo, Ranma se recuesta algo agotado en la
bajada de la meseta. Se divirtió mucho esa tarde y realmente
echaría de menos estos momentos en su estadía momentánea en China.
Miraba como el sol era devorado por el azulado mar y como el
reflejo brillaba en esas aguas tan tranquilas.
	- Qué hermosa vista. Nunca creí que fuera tan hermoso.
	Después, ve a la distancia que Happousai, Tendo, Nabiki y
Kasumi estaban de nuevo en el agua jugando con una pelota.
	- Vaya, sí que se están divirtiendo. Es una lástima que
Akane no sepa nadar.
	- En realidad, no es tan terrible.
	Akane estaba sentada al lado de él. No había notado su
presencia en lo absoluto. Ranma se recupera un poco para sentarse
y juntos miran el bello firmamento.
	- Es hermoso, ¿verdad?.
	- Así es... Nunca creí que te interesaba admirar el paisaje
Ranma.
	- Cuando una persona es feliz, se da cuenta de muchas cosas
que en la vida diaria es imposible prestar atención.
	- En eso tienes razón. ¿Estás impaciente por viajar?.
	- Sí, es lo que he estado esperando por mucho tiempo. Es
verdad que a veces convertirse en mujer es una ventaja, pero
quiero ser una persona normal, una común y corriente y poder
convertirme en el más grande de las artes marciales y luego
convertirme en maestro. Es un sueño que he tenido desde pequeño.
	- Oye Ranma, ¿y por qué no puedes ser el mejor así como
estás?. Puedes hacer lo que tú quieras, no importa la apariencia
que tengas. Si Ryouga tuviera la misma maldición, igual seguiría
siendo mi amigo, no importa en qué cosa se transforme.
	Ranma escuchó atentamente sin hacer ninguna mueca con esto
último, pero no dejó de pensar: “Akane, Si supieras en qué se
transforma Ryouga, te aseguro que nunca más dormirías con Pchan”.
	- Akane, no creas que a mí me importa tanto mi apariencia,
hay algo mucho más fuerte que eso. Desde mi interior nace el deseo
de que algún día podré ser el de antes, un hombre que no le tiene
temor al agua fría en un baño público, en la piscina o en cualquier
otro lugar. ¿Entiendes a qué me refiero?.
	- Sí, Ranma... - pero mira para todos lados, como buscando
algo -. Oye, ¿en dónde está el tío Genma?. No lo he visto desde
hace rato.
	Ranma sonríe malévolamente, como si supiera en donde está
su padre.
	- Me puedo imaginar en dónde está mi padre, y no creo que
se lleve una buena sorpresa.
	Efectivamente, Ranma estaba en lo correcto. Genma ya hace
una hora que se había ido para la casa. Había dado vueltas el
dormitorio y aún no podía encontrar el boleto.
	Ya rendido, decide descansar un momento, tirándose en el
suelo boca arriba. Pensando en dónde pudo haberlo escondido, se
da cuenta que había solamente una parte en donde no había buscado
y estaba arriba suyo: en el alumbrado de la habitación.
	Coge varias sillas y las recopila formando un tipo de
escaleras con ellas. Ya aseguradas, decide trepar hacia arriba.
Como no alcanzaba hasta arriba, estira la mano para buscar con el
tacto. De pronto, encuentra algo y lo agarra, exclamando “¡lo
encontré!”.
	Después de eso, se escucha en todo el vecindario un grito
de dolor.
	Bueno, volviendo al día de campo, Ranma y Akane seguían
conversando. Nabiki, en el agua, miraba a la distancia que su plan
estaba funcionando aparentemente.
	- ¿Has pensado en tener tu propio dojo?.
	- A decir verdad, cuando viajábamos con mi papá de pueblo
en pueblo, la idea de un dojo propio era muy lejana por nuestra
calidad de vida pero siempre existía el deseo de tenerlo. Pero
desde que vivimos en tu casa, tenemos el dojo Tendo a nuestra
disposición y mi padre me dijo que sería mío si algún día me
casara contigo.
	- Sí, lo mismo me dice mi papá. La idea del matrimonio es
tan tempranera a nuestra edad.
	- Pero un dojo para un peleador de artes marciales es muy
importante, mucho más importante que un simple y tonto compromiso
para casarse.
	Contra todo pronóstico de Nabiki, Akane se enfurece a más
no poder con lo último que dijo Ranma, pues él le dio a entender
que seguía con el compromiso únicamente por el dojo Tendo. Descarga
toda su ira y rabia.
	- ¿¿¿¡¡¡Cómo te atreves a decir eso Ranma!!!??? - exclama
Akane golpeando en el rostro con una cachetada -. ¡¡¡Debí imaginar
que tu intención era el dojo!!!.
	Ranma, adolorido por el fuerte golpe, se recupera y trata
de remediar el asunto, ya que él no lo hizo esa intención.
	- Oye, Akane, ¿por qué lo tomas así?. Lo que yo quise decir
fue que...
	Akane, llorando, no deja terminar de hablar a Ranma. Se
para y se disponía a irse.
	- ¡¡No me interesa, escuché perfectamente lo que dijiste!!.
¡¡Por mí, ojalá nunca regreses de China!!
	Se da media vuelta y se va, pero él alcanza a tomarla de
un brazo y la trae de vuelta sentándola a su lado, aún llorando
desconsolada.
	- ¡Me vas a escuchar, Akane! - le dice violento.
	- ¡¡No quiero, ya suéltame!!
	- ¡Escucha, sólo te lo diré una vez!. Yo no estoy aquí por
eso. Para mí, hay cosas más importantes que el dojo como una casa
en donde vivir, una familia con quien convivir - Akane levanta la
mirada, viéndolo con ojos llorosos -, amigos con quien compartir.
Está Kasumi, está tu padre, está Nabiki y también estás tú.
	Akane nunca lo había oído hablar así. No tan sólo se
sorprendió cómo lo dijo, sino también qué dijo.
	- ¡No te creo!.
	- No me interesa que no me creas y ahora me vas a escuchar.
Yo sé que no lo demuestro, pero no soy la persona que tú crees -
decía lleno de sinceridad y Akane siente algo de arrepentimiento -.
Si realmente quieres que no regrese, me quedaré allá en China. Ya
no tengo nada que me ligue a Japón, y esta es mi última palabra.
	Al parecer Akane se quiere disculpar por haber interpretado
mal sus palabras, pero se ve interrumpida por Genma que venía con
un dedo hinchado e hirviendo de rabia.
	- Ranma, ¿¡cómo fuiste capaz de dejar una trampa para
ratones en vez del boleto!?.
	- ¿Y tú cómo puedes ser tan embustero para querer robarme
el boleto trayéndonos aquí para después ir a la casa a buscar el
boleto y usarlo?.
	- ¿¡Cómo te enteraste, hijo!?
	- ¡¡Yyyyy!!. ¿Usted iba a hacer eso, tío? - le pregunta
Akane.
	- Bueno, en realidad, yo... - responde muy apocado y
avergonzado.
	- Ay, papá, ya no importa... Bien, será mejor que yo
regrese a casa. Fueron muchas emociones por un día.
	La herida en Ranma por lo de Akane quedó abierta y por
eso no le dio mayor importancia lo que pasó con su padre.

	Akane estuvo toda la noche tosiendo. Ya no eran estornudos,
era algo peor, más grave que un simple resfriado.
	Despierta como a las nueve. Mira el reloj y se consuela
porque el vuelo de Ranma era a las once en punto, y pensó que
hablaría con él antes de que se fuera. Justo Nabiki le traía el
desayuno a la cama.
	- ¿Cómo resultó todo ayer?. Al parecer, no muy bien - le
dice dejando la bandeja encima de la cama.
	- ¿Por qué lo dices, hermana?.
	- Sólo por curiosidad. Ranma llamó al aeropuerto y le
dijeron que el vuelo se adelantó, pero él nos dijo que no te
dijéramos nada. Se fue más o menos hace media hora. No quería
despedirse de ti. La felicidad que se le veía este fin de semana,
pareció desaparecer totalmente.
	- ¡¡¡¡¡Qué dices!!!!!.
	No le importó su posible gripe ni su desayuno, se vistió
como pudo y partió directamente hacia el aeropuerto.
	Tomó un taxi. Akane se imaginaba lo peor. Recordaba las
frías palabras de Ranma del día de ayer: “Si realmente quieres
que no regrese, me quedaré allá en China. Ya no tengo nada que
me ligue a Japón, y esta es mi última palabra.”. Esas palabras
le repitieron durante el transcurso al aeropuerto. “Quizás lo
haga. Dios mío, por qué le habré dicho tantas bobadas”, pensaba
Akane.

	En el aeropuerto, Ranma esperaba pacientemente la llamada
del vuelo. Con boleto en mano y mochila a cuestas, estaba listo
para viajar. Sin embargo, ya no estaba tan ansioso, quizás la
discusión con Akane le había bajado los ánimos, aunque es raro
porque nunca lo había dejado una pelea con ella así. ¿Realmente
no pensará en volver?.
	Eran las diez en punto y por los parlantes anuncian que el
viaje a China de ida y vuelta incluida está por salir.
	Ranma pasa entrega el boleto, pasa por el detector de
metales y sale a la pista de aterrizaje para abordar el vuelo.
	Corría un fuerte viento, se comprueba por la forma en que
se agitaba su larga trenza, y el ruido de los motores de los
aviones era, sin duda, ensordecedor.
	Caminaba lentamente hacia las escaleras del avión, pero
escucha algo que lo detiene. Alguien mencionó su nombre. Debido
al viento no logra identificar la voz, así que voltea.
	- ¡¿Akane?!... ¡¿Qué haces aquí, cómo pudiste pasar?!.
	Akane tosía a ratos, pero cuando lo hacía era duradero.
Ranma la identifica a distancia. Se veía decaída y muy débil.
Tenían prácticamente que gritar para escucharse.
	- ¿Por qué siempre cuando te vas nunca te despides de mí?.
	- ¡Y más encima lo preguntas!. ¡Mejor vete antes de que
empeores, no quiero sentirme culpable después!.
	Ranma da media vuelta y prosigue con su camino, murmurando:
“Vamos, Ranma, no mires hacia atrás”. Sin embargo, Akane lo toma
del hombro.
	- Ranma, no quiero que este adiós sea para siempre... yo...
	Ranma no alcanza a darse vuelta cuando ella se desmaya.
	- ¡Akane, qué pasa!. ¡¡¡Akane!!! - grita desesperado
recogiéndola del suelo. La toma en brazos. La mira preocupado.
Tiene que tomar una decisión.
	- ¿Qué haré?. Fácilmente puedo dejarla con un guardia y
pedirle que la lleve a casa y yo tomar el vuelo. Pero no puedo
dejarla sola, ella no haría eso conmigo... Pero si hago eso,
perdería el vuelo y no creo tener otra oportunidad de ir a China
de nuevo. ¿Qué haré, qué haré?...

	Al mediodía, en la casa de los Tendo, Nabiki contaba en la
mesa lo que había pasado con Akane.
	- ¿¡Pero cómo dejaste que Akane saliera así de resfriada
Nabiki!? - exclama Tendo preocupado.
	- Ay, papá, ¿qué querías que hiciera?. Tú sabes cómo es
Akane de terca, nadie podría detenerla.
	- En eso tiene razón - opina el maestro.
	- ¡¡¡Oiga maestro, de qué lado está!!
	- Está bien Sound, disculpa - dice el maestro escondiéndose
bajo la mesa.
	- ¡¡Y todavía no recibimos noticias de ella!!... ¿¡Lo ve
Saotome!?. ¡Todo esto es por culpa de su hijo!.
	- Yo no sé nada - dice el letrero del panda.
	De repente suena el teléfono. Kasumi contesta de inmediato,
esperando tener noticias de su hermana.
	- Haló, ¿Ranma, eres tú?.
	- Sí, Kasumi. Akane está conmigo, estamos en un hospital
cerca del aeropuerto.
	- Iremos enseguida, no tardaremos.
	El panda, Happousai, Tendo y sus hijas no demoraron mucho
y fueron para allá.

	Mientras, en una habitación del hospital, Akane despertaba
después de dormir toda la mañana. Al abrir los ojos, se encuentra
con Ranma que le estaba haciendo compañía.
	- Vaya, por fin despertaste.
	- ¿Qué pasó Ranma?. ¿Y el viaje?. ¿No me digas que perdiste
el vuelo por mi culpa?.
	- De eso hablaremos en otro momento. Lo importante es que
descanses y te recuperes bien.
	- Pero Ranma... Era la oportunidad que habías estado
esperando.
	- Yo sé que habrán más oportunidades. Ahora descansa.
	Tendo y los demás entran a la habitación.
	- ¿Cómo está mi hija Ranma? - exclama Tendo melodramático,
un poco exagerado por lo demás.
	- No se preocupen, ya está bien. Ahora será mejor que
salgamos, necesita descansar.
	Todos salen, menos Nabiki que se queda para decirle unas
palabras a su hermana.
	- ¿Hubieras preferido que me hubiera quedado callada o
no? - le pregunta Nabiki.
	- Ay, Nabiki, no sé si agradecértelo o no. Ranma perdió
el vuelo.
	- Bueno, si lo hubiera hecho obligado, tenlo por seguro
de que estaría echándote la culpa todavía.
	- Bueno, si es así, muchas gracias Nabiki.
	- De nada, Akane... Sólo son tres mil yens.
	- Eres una embustera.
	- Oye, sólo era una broma.
	Al final, Ranma se queda con la familia Tendo y nuevamente
desperdicia otra oportunidad de ser una persona normal. Pero las
oportunidades se seguirán dando, y aún cuando sea el momento para
partir, nadie sabrá si ese adiós será para siempre.

Un fanfic de LG
(c) 1999 Felipe Torres.


"Cuando el adiós es para siempre" es mi segundo fanfic y tampoco se libró de grandes modificaciones como el primer capítulo, pero la idea central siempre la mantuve: Ranma tiene la oportunidad de irse a China y el día anterior se enoja con Akane. Y cuando Ranma está a punto de irse, aparece Akane y el chico debe tomar una decisión. Ojalá les haya gustado.

Ya saben, mátenme escribiéndome un mail por cualquier reclamo o sugerencia.

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