San Carlos
de Bariloche, OCT 17 (AICA): El Departamento de Pastoral Social
de la diócesis de San Carlos de Bariloche, cuyo obispo es
monseñor Fernando Carlos Maletti, "profundamente preocupado
por hechos concretos y recomendaciones sobre la fragmentación
del territorio de nuestro país, se siente obligado a manifestar
su opinión sobre este delicado tema".
El organismo
sostiene que "como cristianos-católicos tenemos vocación
universalista, porque consideramos que todos los seres humanos,
sin distinción, son hermanos; pero conservando siempre las
particularidades culturales y el sentido de pertenencia a una nación".
Estos
son los puntos a tener en cuenta acerca de una hipotética
secesión de la Patagonia, desarrollados por el Departamento
de Pastoral Social que coordina el presbítero Juan Ángel
Dieuzeide:
1) Hoy
se habla constantemente de "globalización": se
la considera como algo positivo; pero es menos frecuente oír
mencionar al sistema imperial, cuando existe una íntima vinculación
entre "globalización" y sistema imperial. "Globalización"
fue el nombre que una comisión de economistas estadounidenses
eligió para significar la expansión económica
norteamericana.
Otra cosa
muy distinta quería decir el Papa Juan XXIII en su encíclica
Pacem in Terris, al hablar de "mundialización",
o Juan Pablo II en su encíclica Sollicitudo Rei Socialis,
cuando habla de la "interdependencia" de las naciones
en el mundo actual, en sus aspectos económicos, culturales,
políticos y religiosos, asumida como categoría moral,
o sea, como Solidaridad. Esto es algo diferente a "globalización"
que proclama la total supremacía de la economía sobre
la política y tiende a acabar con los Estados, excepto, uno
por cierto.
2) Otro
elemento que debe tenerse en cuenta con relación a la fragmentación
del territorio del País, es la cuantiosa deuda externa de
Argentina, que supera los 134.000 millones de dólares. Esa
deuda está pagada varias veces; pero a través de los
mecanismos "normales" de funcionamiento del sistema de
relaciones comerciales y económicas hoy vigente en el mundo,
es "impagable". En consecuencia, no resulta exagerado
pensar que los acreedores quieran cobrarse lo adeudado de alguna
otra forma.
3) Esto
obliga a considerar quiénes son hoy los propietarios de nuestros
recursos y de los sectores que podrían generar riqueza que
quede en el País y contribuya a la instauración de
un sistema social y económico más justo y solidario.
- Nuestro
subsuelo (petróleo, gas, minerales), está hoy prácticamente
en su totalidad en manos de empresas extranjeras.
- La actividad
industrial, a partir de 1976, además de su deterioro, evidencia
la desnacionalización: el 70 % de las ventas totales de la
economía argentina es generado por empresas extranjeras.
-En cuanto
a nuestras exportaciones, casi el 70 % son materias primas, el rubro
Residuos y Desperdicios Alimenticios ocupa el segundo lugar, y Equipos
y Maquinarias aporta sólo el 10 %.
-En los
últimos 12 años se produjo la desnacionalización
del sistema bancario (Banco Nacional de Desarrollo, Banco Hipotecario,
Bancos provinciales). Es decir que el país fue perdiendo
el manejo del crédito.
Pero aún
nos quedan el Banco Nación y algunos Bancos provinciales
y municipales.
4) A todo
esto debe agregarse la privatización de casi todos los servicios
públicos, que introdujo la tasa de ganancia como objetivo
principal de la actuación de las ahora empresas extranjeras.
Pero aún
si quisiéramos dedicarnos a proveer granos y carne al resto
del mundo, la superficie de tierras vendidas y puestas en venta
supera la de la provincia de Buenos Aires o de un país como
Italia. Es que la devaluación del peso ha convertido en mercancía
barata a nuestras tierras.
Por ejemplo:
recientemente Pérez Companc ha vendido a una empresa de Estados
Unidos 75.000 Hectáreas con 51.000 cabezas de ganado, con
una producción de 7 millones de kilos de carne y 22 millones
de litros de leche al año.
Por otro
lado, entre el Banco Nación y el Banco Provincia de Buenos
Aires tienen un equivalente a casi la mitad de la provincia de Buenos
Aires de tierras hipotecadas, que, de privatizarse o ceder el control
a grupos extranjeros, implicaría el traspaso a los mismos
de las mejores tierras de la Pampa Húmeda. Entonces también
la renta de la producción primaria agrícola y ganadera,
se irá al exterior.
Larry
Rother menciona, en la edición del
27 de agosto de 2002 del New York Times, la fragmentación
del territorio nacional, en especial de la Patagonia, como una posibilidad
cierta a considerar ante el estado de deterioro económico
del País.
Frente
a todos estos hechos, como ciudadanos preocupados por el futuro
de nuestro país como Nación independiente y soberana,
y para no traicionar las luchas de nuestros próceres para
conseguir la independencia en el siglo XIX, no podemos menos que
alertar a nuestra sociedad ante los peligros de una real fragmentación
del territorio patrio, impulsada por el estado de desmembramiento
del tejido social y los postulados de la "globalización".
Es que, sin ninguna duda, los más pobres serán los
principales perjudicados, con el solo beneficio de aquellos que
privilegian el lucro y el poder antes que nada.
Por eso
creemos que el fortalecimiento del MERCOSUR, como instrumento auténticamente
latinoamericano, puede ser lo más apto para no afrontar solos
estas circunstancias y propiciar su extensión a todos los
países de la región. Así nos haremos más
fuertes y estableceremos un diálogo entre iguales con los
países desarrollados, en la búsqueda de un mundo más
solidario.
Adicionalmente,
debemos oponernos firmemente a la privatización total o parcial
de nuestros principales Bancos para impedir que las tierras hipotecadas
se extranjericen.
Estamos
convencidos de que Dios es Padre de todos los seres humanos y quiere
la justicia y la dignidad para todos. Por eso le rogamos por nuestra
Argentina, para que seamos una Nación y defendamos nuestra
cultura, para que alcancemos la unidad en pos de la justicia, única
garantía de la verdadera paz.
Esta es
nuestra esperanza: "La justicia y la paz se abrazarán"
(Salmo 85, versículo 11).
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