La Casa del Hada
           UNHEIMLICHE GESCHICHTEN

                        (HISTORIAS HORRIPILANTES)



                                            
por Alberto Ramos


La segunda y tercera d�cadas del siglo XX en Alemania, en especial los a�os que van de 1913 a 1926, presencian no s�lo un convulso per�odo de inestabilidad en lo econ�mico y social, sino tambi�n el apogeo del expresionismo y su doctrina apocal�ptica del arte. En tal medida estuvo influido el cine de la �poca por los presupuestos art�sticos de aquella corriente, que a�n hoy muchos identifican al per�odo cl�sico del cine alem�n con ella. En realidad, menci�n aparte de unas pocas obras concebidas dentro de la m�s pura ortodoxia expresionista, mejor ser�a hablar de una concepci�n (y un repertorio formal) que desde una instancia m�s profunda derivan en el asombroso florecimiento del cine germano hacia �mbitos tan dis�miles como la vanguardia experimental, el drama psicol�gico, las pel�culas de �poca y el cine de horror.

En este �ltimo caso, la aportaci�n del expresionismo resulta tan evidente como decisiva en la ulterior evoluci�n del g�nero. Deformaci�n del decorado, uso del claroscuro y las sobreimpresiones, estilizaci�n del paisaje, interpretaciones abocadas a la desmesura, son recursos que el expresionismo pone al servicio de lo sobrenatural y lo misterioso. Los c�digos visuales del cine de horror se gestan en esta coyuntura singular, y tiempo despu�s reaparecer�n intactos al otro lado del Atl�ntico, cuando la Universal elabore, a partir del refinado esplendor de cintas como Nosferatu, las convenciones que hicieron posible la explotaci�n masiva del terror en el Hollywood de los a�os treinta.

Sin embargo, ya en fecha tan temprana como 1919 aparecen obras dentro del cine alem�n que dan cuenta de las posibilidades comerciales que ofrec�a el fil�n expresionista. Tal vez la m�s conocida sea Historias horripilantes (Unheimliche Geschichten), dirigida ese a�o por Richard Oswald. (Al respecto, no deja de ser ilustrativa la coincidencia de que justo en 1919 aparecieran la primera obra maestra del expresionismo: El gabinete del Dr. Caligari y una modesta producci�n como Historias ..., que presagia la m�s pragm�tica y perdurable de las metamorfosis que experimentar�a el propio expresionismo).

Antiguo director teatral, el austriaco Oswald dirigi� su primera pel�cula (Iwan Koschula) en 1914. Dos a�os despu�s estableci� su propia compa��a, para la cual escribi� y dirigi� la mayor�a de sus filmes de su per�odo alem�n. Interesado particularmente en lo fant�stico, rod� adaptaciones de El retrato de Dorian Gray (1917) y El sabueso de Baskerville (1919), e incursion� en otros g�neros literarios con Peer Gynt (1918) y La vuelta al mundo en 80 d�as (1919). En sus d�as de gloria, Oswald descubri� y promovi� al director William Dieterle y el actor Conrad Veidt. Su ascendencia jud�a lo oblig� a huir de la Alemania hitleriana en 1933, y de la Francia ocupada por los nazis en 1940. Emigr� a EEUU, pero en Hollywood qued� relegado a una labor de oscuro artesano dedicado al ensamblaje de producciones B.

Algunos cr�ticos sostienen que en la filmograf�a de Oswald, aunque abundante, se echa de menos el talento. Sin embargo, obras como Historias horripilantes �y su secuela de 1932 Cuentos extraordinarios (Funf Geschichten)� bastar�an para desmentir una afirmaci�n tan categ�rica. Historias ... est� protagonizada por el �tr�o infernal� del cine silente alem�n: Anita Berber, Conrad Veidt y Reinhold Schunzel. Su argumento, como en varias obras posteriores de aquel per�odo �Las tres luces (Lang), El gabinete de las figuras de cera (Leni)� abre con un pr�logo a modo de hilo conductor, que remite en lo sucesivo a varios relatos independientes. El pr�logo en cuesti�n transcurre en la librer�a de un anticuario, donde las im�genes de una cortesana, el diablo y la muerte, reproducidas en tres cuadros, cobran vida a medianoche. En una suerte de gui�o metacinematogr�fico, el siniestro tr�ptico hojea en viejos libros buscando argumentos para un filme, y elige al azar cinco historias marcadas por un toque inquietante, que evocan seguidamente ante la c�mara. Pasada la medianoche, las tres figuras se desvanecen y el due�o de la librer�a, obsedido por aquellas visiones, termina enloqueciendo.

Casi todos los relatos del filme est�n inspirados en textos literarios, algunos de los cuales se deben a maestros del horror como Edgar A. Poe y Robert L. Stevenson. En Die Erscheinung (La aparici�n), de Anselma Heine, la esposa de un loco se enamora de un arist�crata. Una noche, al regresar al cuarto del hotel donde se hospedan, el amante no encuentra rastro de ella. Todos insisten en que ha venido solo, por lo que termina creyendo que se ha equivocado de habitaci�n... hasta la ma�ana siguiente. Die Hande (La mano), se debe al guionista Robert Liebmann. Dos hombres se juegan los favores de una atractiva mujer en una partida de dados, hasta que, enfurecido, el perdedor estrangula a su contrincante. Tiempo despu�s la mano de su v�ctima se le aparece, aterroriz�ndolo. Die Schwartze Katze (El gato negro) parte de dos relatos de Poe, The System of Dr. Tarr y Professor Feather and the Black Cat. Cuando un borracho descubre que su esposa tiene un romance con otro, la mata y la empareda en el s�tano de la casa. Inesperadamente, alguien revela el escondite. Der Selbstm�rderklub (El club de los suicidas) se basa en una historia hom�nima del ingl�s Stevenson, en que un detective se introduce de inc�gnito en un extra�o club clandestino. La �ltima historia, Der Spuk (El fantasma), fue escrita por el propio director Oswald. Abandonada en un castillo por su esposo, una joven baronesa es cortejada por un invitado. El marido regresa, y trama una historia de fantasmas para humillar al hombre �que resulta ser un asesino� y reconciliarse con su mujer.

La filiaci�n expresionista de Historias ... resulta innegable. Desde los macabros personajes que vuelven a la vida para complacerse en atormentar a un pobre librero con sus escalofriantes relatos, pasando por la irrupci�n de lo fant�stico subrayada por los decorados y los contrastes de iluminaci�n (la habitaci�n de la amante y los pasillos del hotel, en La aparici�n, as� como la fat�dica escalera y el s�tano en El gato negro) hasta el recurso de las sobreimpresiones y otros efectos que remiten a estados de alucinaci�n (La mano). En ocasiones, Oswald consigue una atm�sfera de verdadero suspense con apenas encuadrar estrat�gicamente la imagen de un reloj en la pared, a medida que se acerca la medianoche (El club de los suicidas). Y en otras tantea, sin mucho acierto, la comedia con un toque de misterio (El fantasma). Ciertamente muchas situaciones hoy pueden parecer rid�culas, nada horripilantes. Pero resulta curioso c�mo se atienen al significado del t�rmino umheimlich en el sentido freudiano de �perturbador�. En todas es posible percibir el contraste entre lo familiar, representado por la apariencia del mundo burgu�s (instituciones, h�bitos, ambientes) y lo que partiendo de ah� deviene extra�o, ins�lito, inquietante. De todos los relatos, el m�s logrado sea probablemente La mano, intensa y fascinante resoluci�n de un crimen vista desde una subjetividad quebrantada. En cualquier caso, y aunque pudiera parecer aventurado, un filme como este compendia, a�n cuando sea de manera embrionaria, algunas de las vertientes futuras del g�nero, como el g�tico, el thriller y la comedia de terror.

La pel�cula se present� oficialmente en Berl�n, durante un pase de prensa hacia octubre de 1919, y recibi� el aplauso un�nime de la cr�tica. Al mes siguiente, la muestra cinematogr�fica de Amsterdam le concedi� un certificado de honor. Su estreno p�blico tuvo lugar en diciembre del mismo a�o, coincidiendo con la reapertura de la gran sala de cine Lichtspiel-Palast Unter-den-Linden, en el centro de Berl�n. Fue todo un �xito de p�blico, y junto a otros filmes de la �poca, inaugur� un nuevo g�nero: el cine de horror. A�n en nuestros d�as, particularmente en Estados Unidos, Historias ... disfruta de un status de culto. Hasta hace poco, sin embargo, s�lo estaba disponible en una versi�n de 98 minutos. El grupo Kirch (Munich) logr� localizar en la Cinemateca Francesa una copia sobre nitrato con una duraci�n de 112 minutos, cuya restauraci�n tom� dos a�os. La emisora franco-alemana ARTE encarg� a Michael Riessler una partitura musical para el filme, y lo estren� en la televisi�n el 25 de octubre de 2002, nada menos que a 83 a�os de su premiere berlinesa. El festival de La Habana se complace en presentar Historias horripilantes en la versi�n restaurada por KirchMedia y ARTE. El m�sico cubano Juan Pi�era compuso la partitura que acompa�ar� a la proyecci�n.
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