Cap 63 2 parte.htm

Ah Sancho amigo, y con qué brevedad y cuán a poca costa os podíades vos, si quisiésedes, desnudar de medio cuerpo arriba, y poneros entre estos señores, y acabar con el desencanto de Dulcinea! Pues con la miseria y pena de tantos, no sentiríades vos mucho la vuestra; y más, que podría ser que el sabio Merlín tomase en cuenta cada azote déstos, por ser dados de buena mano, por diez de los que vos finalmente os habéis de dar.

CERVANTES

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En esto de los  azotes, se acordaría Cervantes de la costumbre argelina de azotar a los prisioneros que querían evadirse.

En el suyo particular de 2000 azotes (que no llegaron a cumplirse) le hubieran sido administrados como a Sancho por el bien de los demás ya que el solo, se atribuyó la autoría de la evasión.