El pensar y el hacer en la educación.

Reflexionar sobre la educación con el propósito de promover cambios que apunten a una manifiesta mejora de su condición, en un contexto de profunda crisis como la que nos agobia, tiene en apariencia y carácter paradójico: Por una parte, es una tarea necesaria para todos aquellos que suponemos que tal reflexión constituye un formidable instrumento de modificación del actual estado de cosas.
Por otra parte, los resultados de esos procesos no se evidencian a corto plazo, y, por el contrario, sólo una perspectiva de mediano y largo plazo puede brindar criterios serios para evaluar los eventuales logros alcanzados. Pero las demandas son urgentes, pues los procesos de crisis no esperan.
En tales circunstancias, un frecuente error suele adquirir el aspecto de tentación y, como tal, difícil de evitar: Renunciar a la necesidad de efectuar el más mínimo análisis de nuestra realidad educativa, postergándola en la agenda de nuestras políticas públicas, o bien, en un ámbito más cotidiano, ejercitando nuestra práctica sin generar espacio alguno que tenga siquiera el atisbo de una seria reflexión sobre lo que hacemos. En este último aspecto, debemos insistir sobremanera. No podemos renunciar al imperativo de mejorar nuestra actividad – ser docentes – al tiempo que lo ponemos en práctica. Y tal vez el ejercicio de la docencia exige, como pocas profesiones, la continua revisión de su propio accionar.
En este sentido resultan auspiciosos y relevantes, el desarrollo de los programas de capacitación y de evaluación institucional, promovidos desde la institución.
En el primer caso, el actual plan de capacitación 2002, coordinado por el nivel terciario, es desarrollado a partir de una serie de talleres y encuentro dictados por profesionales de la propia institución y externos a la misma.
El plan supone la posibilidad de capacitar para distintas áreas con el propósito de resignificar el conjunto de saberes adquiridos, en un contexto de rápida obsolescencia del conocimiento, producto del desarrollo científico – tecnológico.
El plan de evaluación institucional, de mayor aliento, esta dirigido por un equipo interniveles y apunta a la posibilidad de evaluar todos los aspectos institucionales a partir de la participación del conjunto de actores de nuestra comunidad educativa. Su objetivo es señalar nuestras virtudes e insuficiencias para reorientar, en los casos que así lo requieran, nuestras acciones.
Ambos programas suponen la convicción de que el pensar, el hacer, la teoría y la práctica no están reñidas y son indispensables en nuestra profesión. Con ello eliminamos la paradoja con la que comenzamos; a las urgencias de las demandas les respondemos con la tarea de siempre, educar al tiempo que renovamos los esfuerzos reflexivos, necesarios para mejorar profesionalmente.

Ricardo Ibáñez, Vicedirector Nivel Terciario


Olimpíadas de Matemáticas.
Nuestros alumnas Gala Vázquez de 5º D y Carolina Giacomotti de 5º C, con sólo 11 años recién cumplidos, participaron casi como jugando, en las Olimpíadas Matemáticas.
Carolina llegó hasta el Certamen Regional y Gala nos representará en el Certamen Nacional Ñandú 2002, en la instancia final que se realizará en Mar de Plata, los días 27-28 y 29 de octubre.
¡Las felicitamos por animarse e intentar descubrir el fascinante mundo de las matemáticas!. Felicitamos también a sus familias, a sus compañeros y a sus docentes.
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