Una alumna residente... Una maestra.

Durante mi residencia en el colegio en 6º A, en el área de Lengua trabajamos el tema “Cuento: Clasificación”.
Entre todos surgió la idea de que los alumnos escriban cada uno un cuento ya sea: maravilloso, fantástico, policial, ciencia-ficción, o realista.
Este proyecto continuó con la selección de algunos de los mismos y la publicación en la revista del colegio.
Todos los cuentos con sus ilustraciones, conformaron un libro, para visitar los hogares de cada uno de los jóvenes escritores, para luego donarlo a la biblioteca del colegio.
De esta forma los alumnos no solo leyeron previamente distintos tipos de cuentos, sino que además ellos mismos se convirtieron en escritores aprovechando lo aprendido en clase y teniendo ese aprendizaje un sentido social.
Esperamos que disfruten tanto la lectura como los chicos disfrutaron al escribirlo.

Patricia M. Bari
Alumna Residente
3º EGB - Terciario


Una noche solitaria con un sueño maravilloso
Aquel sábado, 9 de agosto de 1999, en una noche fría, nublada, y tormentosa, una niña pobre, solitaria, dormía en cartones tapada con diarios. Ella ya no sabía que hacer, no tenía nada de comida, era huérfana, es decir, había perdido todo. Durante toda esa noche, soñó que tenía una familia, que le daba cariño, amor, paz, comida, salud, comprensión, un hogar, una escuela y mucha, pero mucha solidaridad. Después, sus padres la llevaron a la plaza e hizo muchos amiguitos de 6 años, ya que ella tenía 6 años. Luego fue a un lugar llamado asilo. Ella no comprendía nada, y no entendía nada. Pensó que era un hospital porque había gente enferma y las mujeres que ayudaban a la gente, estaban vestidas con la ropa que se usa en los hospitales.
Pero no, el asilo es un lugar donde hay ancianos. Empezó a entender todo, porque le habían explicado y empezó a amigarse con ellos, más tarde, los padres la llevaron a su casa y fue a dormir. El sueño, había terminado. Después de todo lo que vivió en el sueño, despertó, caminó, caminó, y caminó, hasta que una señora le preguntó si tenía familia, hogar, o algún pariente cercano que la vista mejor o le diera remedios, porque tenía mucha tos y andaba sin zapatos. Ella dijo que no, entonces la señora que se llamaba Margarita la lleva hasta el lugar donde ella trabajaba, en su auto. La niña le ensució todo el asiento, a Margarita no le importó porque tenía experiencia. Ese lugar era muy grande y lleno de chicos chiquitos, un orfanato. La recibieron con las manos abiertas y extendidas. La atendieron muy bien y la llevaron a su cuarto, igual, no fue necesario llevarla a su cuarto, porque justo, justo había venido un matrimonio recién casado, que quería adoptar a uno de los chicos, porque la novia no podía tener hijos. Adoptaron a la niña, hicieron los trámites y le pusieron un nombre, Paola. Paola aprendió que no hay que perder las esperanzas, y que los sueños se podían hacer realidad, como el que había soñado ella.
Ivana María Ertola

El príncipe con cara de malo.
Era un príncipe que tenía una cara de malo tremenda, así que aunque era muy bueno, nadie lo quería.
Fue a ver a un mago que le dio una careta de bueno para que se la pusiera. Con aquella máscara bondadosa, a la gente le gustaba más.
Y cuando él se enamoró de una princesa, ésta lo quiso y se casó con él.
Pero el príncipe estaba preocupado, temía que cuando la princesa le viera la cara, dejara de amarlo y lo abandonara.
Así que se fue del palacio y paso un año de peregrino, haciendo bondades y limosnas. Él extrañaba su casa y su esposa, entonces decidió ir a su casa y saludar a su esposa y contarle toda la verdad. Se dirigió al palacio, fue a donde estaba la princesa y le contó, que esa no era su cara verdadera.
- No me importa, yo te amo igual- respondió ella.
El se fue a quitar la máscara para que viera su fealdad, pero cuando se la despegó del rostro, se miro al espejo y vio que su verdadera cara de malo había desaparecido y ahora tenía la cara bondadosa de la más cara que el mago le había dado.
Y, es que de hacer tantas bondades, la cara se le había transformado completamente.
Y desde entonces, fue muy feliz con su mujer y no tuvo que avergonzarse más de su cara de malo.
María Eugenia Kuhn

La visita.
Estando de vacaciones en San Bernardo, Juan, mientras dormía de noche comenzó a tener calor.
Agobiado salió a la playa con la intención de refrescarse en el agua.
Pero cuando se estaba por meter en el mar vió una luz pequeña y redonda de color rojo que poco a poco se iba agrandando. De pronto la luz se apagó, el se dió vuelta y vió una nave circular que aterrizaba sobre la arena, fue corriendo hacia ella pero al ver que los tripulantes de la nave no eran humanos, intentó escapar.
Pero unos extraterrestres lo atraparon y lo llevaron al interior de la nave. Una vez adentro emprendieron un viaje hacia su planeta.
En ese planeta lo hicieron como esclavo para siempre, pero un día Juan logró escapar del planeta y volver a la tierra con una nave extraterrestre que había robado. Una vez en la tierra aterrizó en la misma playa en que había visto la nave extraterrestre, sólo que esta vez era de día y la playa estaba llena de personas, que al verlo bajar de la nave comenzaron a pegarle confundiéndolo con un extraterrestre. De pronto los golpes cesaron y abrió los ojos, era la mañana y estaba en la cama de su casa de verano en San Bernardo, todavía transpirando.

Agustín Luminato

La pesadilla.

Era una tarde de invierno, fría y lluviosa, tomé un libro y me fui a la cama. Comencé a leer, pero el sueño fue más fuerte, los párpados me pesaban, quería abrirlos y no podía, empecé a caminar por un angosto sendero, las ramas me lastimaban los brazos y las piernas, quise regresar y no pude, pisé con fuerza y caí en un profundo y largo túnel. Traté de pedir ayuda con fuertes gritos, pero nadie me oía. Seguí caminando. Allí había muchísimos bichos y mucho barro. Era un asco. Las ratas mordían mi pantalón, los murciélagos espantaban mi mirada, las hormigas me recorrían todo el cuerpo. Nunca podía llegar a la salida del túnel. Seguía y seguía caminando, pero cada vez me hundía más en el barro, sentía que los bichos me hablaban, que mi cabeza estaba a punto de explotar. De pronto ví una abertura, me acerque a ella, pude romper una pequeña parte y salí. Cuando salí todo estaba oscuro, a lo lejos pude ver algo que se movía, camine y camine para ver que era, pero fue allí cuando me desperté.

Estefanía Ayes

Hosted by www.Geocities.ws

1