Nuestra Misión.
“No son ustedes los que me han elegido a mí, sino yo el que los elegí a ustedes”. Juan 15,16
Cuando, a principio de año nos comenzamos a reunir para preparar la Misión, alcanzamos a notar que había un sentimiento común de “entrega para el que más lo necesita”.
Nuestra reacción ante la tremenda crisis que vive nuestro país, fue canalizar toda nuestra energía en un proyecto de importancia para los que nunca habíamos misionado y con nuevas sorpresas para los que si tenían experiencia.
La Misión Merlo-2002 tuvo una característica nueva: un grupo numeroso. Esto, visto por algunos con temor a conflictos, generó todo lo contrario; un lazo de unión sorprendente que nos hizo comprender algo casi perdido en nuestra sociedad adulta; que todos “pateamos para el mismo lado”.
Este año hubo otro factor que diferenció esta misión de otras anteriores, en este punto éramos todos inexpertos; llevamos adelante, no sin miedos o nervios al principio, la tarea de recorrer el barrio con la imagen de Maria al entrar a la casa de la gente que lo deseara. Una vez allí pedíamos todos por las intenciones de las familias y nos quedábamos conversando con la gente.
Fue, sin duda, una experiencia significativa compartir las tristezas y aflicciones de personas que dan su máximo esfuerzo diario simplemente por ver comer a sus hijos.
Nuestra tarea del día constaba de movilizarnos hasta la capilla Nuestra Señora del Huerto (ya que nosotros dormíamos en Patrocinio San José) y darles el desayuno a los chicos. Luego realizábamos la recreación infantil, que consistía en una diversión de juegos y manualidades. Luego de nuestro almuerzo salíamos justamente por el barrio a visitar las casas, y la actividad del día se cerraba con las misas del padre Nacho.
No pudimos menos que sorprendernos con las situaciones que vivimos en Merlo, ni tampoco dejar de mencionar que fue una experiencia espiritual que pisó fuerte en nuestros corazones y cimentó de solidez nuestra fe.
El momento de reflexión por las noches a pesar de que estábamos agotados y nos llevaba un tiempo considerable, y nos servía para enriquecernos cada uno con las experiencias vividas en el día por cada uno y de las conclusiones y porque no, tristezas que teníamos para compartir.
Fue demasiado crudo encontrarse con tanta necesidad entre la gente, y comprendimos en ese momento que “la pobreza” tenía cara y nombre, una familia y una personalidad. Los chicos desamparados de los que tanto hablaban por televisión eran los mismos que nos hablaban de sus vidas, sus proyectos futuros, y nos llenaban de besos y dibujitos, y nos lloraban para que no nos fuéramos... la pobreza ya no es para nosotros un tema más para mirar en algún noticiero, sino que es una responsabilidad de “los que tenemos un poco más”no dar la espalda y en cambio si una mano y una palabra teniendo nada nos querían dar todo: Ya sea la amistad de un alfajor o un gajo de mandarina. Los chicos se empeñaban en compartir por que con sus escasos años comprenden el verdadero significado de la felicidad y es todo lo contrario al querer todo para uno. Aquí expresábamos nuestra incomprensión hacia la gente que tiene de más y sólo nuestra interés de seguir acumulando, importándole poco las necesidades de los demás.
A medida que los días pasaron algunos de nosotros fueron comprendiendo que a pesar de sentir que cuando nos fueramos quedaría un vacío en el barrio y todo volvería a transformarse en gris para los chicos; a pesar de sentir que lo que habíamos hecho era algo mínimo, casi insignificante, nuestra misión desde un principio fue ayudar, a compartir con la gente nuestras fuerzas para salir adelante y no a solucionar en sí los problemas. Entendimos que no fue para nada pequeño e intrascendente nuestra misión porque nunca hubiera sido lo mismo si cada uno de nosotros nos hubiéramos quedado esa semana en nuestras casas, pensando sólo en nosotros y en la forma de divertirnos más en las vacaciones.

Julia Reartes.
2° B Humanidades
Grupo misionero 2002
(fotos del archivo 2001)
En esta misión Merlo-2002 aprendimos, sobre todo, que de acá en adelante debemos ayudar. Un GRACIAS enorme a todos los que colaboraron (profesores, alumnos, etc.) aún en lo más mínimo ya que la Misión se llevó a cabo gracias a ustedes!!.
Y un especial agradecimiento al Turco, al padre Nacho y a Carolina que invirtieron su tiempo y nos guiaron en esta difícil tarea y a nuestros padres quienes nos ayudaron
e incentivaron!!!...
En esta misión la mayoría pensaba que se iba a llevar una experiencia personal, debido a que la mayoría nunca había participado de una misión y no sabía lo que era misionar, pero todas las dudas que teníamos fueron desapareciendo a medida que íbamos conociendo las vidas de los chicos, y de las familias que nos dejaban entrar con María a sus casas.
Hubo un hecho que me conmovió profundamente y todavía me deja pensando. Me enseñó la importancia, de lo que significaba para estos chicos nuestra presencia entre ellos, y también la enorme y sencilla Fe que podemos encontrar entre los pobres.(Quienes, en realidad nos misionaron a nosotros).
Fátima, de 11 años (parecía mucho menos), había encontrado una moneda y me preguntó si la podía poner en la alcancía de la capilla. Yo, sorprendido, le pregunté ¿por qué?, ya que el instinto normal de un chico es ir al quiosco y comprar una golosina, y Fátima me contestó “para agradecerle a Dios y a la Virgen que vinieron ustedes”.

Pablo Blanco
Egresado de Producción (2001)

Encontrar a Jesús en los más pobres.

El grupo misionero de la EGB3 está formado por los chicos de 7º, 8º y 9º años, y por las profesoras Carolina De Mey y María Yolanda Alberro.
Nos juntamos casi todos los sábados en la Parroquia Sagrado Corazón para, de alguna manera, llegar a los más necesitados.
Un sábado por mes vamos a un asilo de ancianos y también organizamos campañas de actividades a favor de los que menos tienen.
Recientemente confeccionamos regalos y fuimos a compartir el día del niño con los más pobres, gracias a la solidaridad de nuestros compañeros y profesores que colaboraron.
Para nosotros significa mucho poder sacarle una sonrisa a un chico o demostrarle a un anciano que alguien esté con él. Por eso y mucho más, necesitamos que te sumes a ayudar. ¡Te esperamos!
Lucía Coronel 8º A

Aunque trate y trate.
Aunque trate y trate, se me hace difícil descubrir las palabras para expresar lo que viví. Quizás porque no sepa escribir, o porque hay que vivirlo.
Me reservo el motivo hasta el final de mi espacio y quiero pasar a contar la siguiente anécdota:
Él ultima día que estuvimos allá se había planificado una choriceada junto a los padres.
Vinieron como pudieron sobre la capilla estaban estacionados todos los autos. Los chiquitos estaban exaltados y querían conocer a los papás de los misioneros. Iban de acá para allá preguntando por los padres de todos. El caso es que mi familia no pudo asistir. Y no iba a comer sólo.
Bueno, iba saludando a algunos padres cuando de enfrente me llamaron.
Enfrente a la capilla (no recuerdo bien) hay un terreno rodeado con un alambrado roto, con unas vigas sin terminar donde estaban algunos comiendo. “Ya tengo con quien comer’’, pensé. Cruce la calle, me agaché, pasé el alambrado. Pisé un poco de basura hasta que llegué y me senté al lado de Juan Cruz (Tungui) de 11 años.
En ese momento se me acerca una nenita y me pregunta por mi auto. Yo le contesté que no estaba ¿y tu papá? No vino le dije¿y tu mamá? Tampoco vino, le dije, y se fue. No me había dado cuenta, pero Tungui había escuchado todo.
Al ratito apareció otro chico y me preguntó: ¿cuál es tu papá Vieja? (A mí me dicen la vieja), en ese momento interrumpe Tungui y le dice: ¡No, cállate! Él es pobre como nosotros, no tiene papá ni mamá. Comprenderán la sorpresa que me llevé en ese instante. Los chicos pobres no tienen papá ni mamá..
De tantas cosas que tengo para contar no sé porque elegí algo triste. Capaz porque lo triste abre más el corazón. Y ese es el propósito de esto que escribo. Les pido a todos que abran su corazón. Misión no es ir una semana a vivir con los pobres. La misión es toda la vida, un misionero vive de otra manera. Un cristiano vive de otra manera.
Tan perdidas están las personas que se olvidaron de quién está necesitado. Y no digo “ vayan todos a vivir con los pobres”. Busquen alrededor , en el trabajo, en la escuela, en la calle. Desde el lugar que le toque a cada uno.
Espero que el tiempo no borre de mi memoria los nombres y las anécdotas (Tungui, el pelado, Guli Matias, los paraguayos) y si es asi, sé de algo (que descubrí) y que el tiempo no va a poder sacar de mi mente: ser misionero... porque está en mi corazón.

Carlos Crespo 3°B Economía
La realidad de la misión.

Observando los comportamientos subjetivos actuales, es totalmente compatible reflexionar cómo una sociedad egoísta arrastra una contradicción: la existencia y permanencia de la fuerza religiosa y ciudadana que aviva la búsqueda y la defensa de la dignidad humana.
Caridad es el amor real que se traduce en los actos, dentro del plan de Dios. Un grupo misionero entiende y transmite constantemente al conjunto social el verdadero sentido del amor, que no se encuadra bajo la concepción de ayudar al prójimo sin observar las causas. Porque la materialización del acto en sí es la firme voluntad de dar de comer, pero también cuestionarse ¿porqué el prójimo tiene hambre?, ¿cómo habría que hacer para el que otro no tenga hambre?.
De esta forma, la solidaridad práctica con el prójimo transforma la realidad, así la caridad se transforma en solidaridad, un impulso transformador de la realidad, que minimiza la limosna para evitar perpetuar la situación y considerar al otro como objeto. Si no se traduce en actos, no queda más que en una declamación. “La pobreza es la única que engendra la verdadera solidaridad” Honoris de Balzac.
Este sentido de compromiso con aquel que nos necesita es el signo, que frecuentemente los medios masivos de comunicación substraen del referente, imprimiéndole a todo acto benéfico el sentido de la solidaridad. Esto nos esquematiza que la responsabilidad de la pobreza recae en los sectores potenciales de poder dar, como si no hubieran causas que la generan.
Entendamos pues que la labor del misionero es rechazar con fundamentos esta ‘privatización de la culpa social’ que pretenden imponerle a la sociedad.
La misma es una expresión de la tendencia homogeneizante del pensamiento que se desprende de las esferas del poder.
Aquel que advierte la presencia y la obra expuesta debe entender que las palabras y los símbolos constituyen un ámbito de interpretación que tratan de imprimir un determinado sentido. Debemos despejar las palabras de su carga peyorativa. Es muy importante recuperar determinados símbolos, ritos, palabras y crear nuevas palabras (con nuevas prácticas) para que tengan el verdadero sentido de la liberación.
Reinventar, reinterpretar, otorgarle un nuevo sentido a aquello que públicamente han desvirtuado, porque la acción en conjunto respeta conscientemente al accionar esos valores que buscamos reinterpretar.
Estar cerca del dolor, que padecen nuestros hermanos, genera un reconocimiento propio de identidad, una ligazón social que nos advierte la relación entre nuestra actividad cotidiana y el espacio de salvación que construimos concibiendo la vida eterna. Es necesario pues que exista una orientación hacia el futuro: la práctica efectiva de nuevas formas de organización, objetivos comunes que nos alienten y fundamenten el pensar en alternativas capaces de transformar la sociedad. Podemos denominarlo trabajo social productivo, conformado en diferentes expresiones cooperativas, solidarias.
“Los seres vivos tienen en la naturaleza, dos formas de asegurar su existencia y de hacerla más apacible: por un lado la lucha individual contra los elementos y contra los otros individuos de su misma especie y de especies diferentes; por el otro el apoyo mutuo, la cooperación que pudiera recibir el hombre de sus asociaciones para la lucha contra todos los factores y agentes naturales contrarios a la existencia, al desarrollo y al bienestar de los asociados. Felizmente el porvenir de la humanidad es más sonriente, porque la norma que la orienta es más saludable: esta norma es la de la solidaridad.” Enrico Malatesta
La realización de esta alternativa para transformar la sociedad está asociada directamente al Presente. La percepción del tiempo es a menudo sesgada por el avance tecnológico, que la contrae y corroe. La aceleración del tiempo suscita, en el mismo seno de una vida humana, la desaparición de los objetos que en muchos casos son reemplazados por otros. Ese reemplazo que no detiene su devenir se realiza en el Presente, pero el tiempo tecnológico, y también el tiempo social, se descubre volátil, espectral. Nuestra es la tarea de transformar la conexión necesaria entre la unidad de ese tiempo y el origen de la igualdad y la liberación.
Atendamos con prontitud: un retraso excesivo condenará a las generaciones futuras a actuar marchando tras ese tiempo desatendido y entonces correrán el riesgo de ser prisioneras de tendencias ya incontrolables.
Tendencias que signaron desde el pasado y el presente que hoy vivimos y analizamos con optimismo antropológico.
La Comunidad es perecedera, depende de nosotros, en efecto, ningún sistema institucional sobrevive “si no está sostenido por una voluntad de vivir juntos…Cuando ese deseo se derrumba, toda la organización política se deshace, muy rápido”. Paul Rocoeur

Emanuel Agú, 3º Economía y Gestión

Los retiros del Cole.
“Conocerán la Verdad y la Verdad los hará libres”

Hace ya muchos años, que venimos teniendo la gracia de poder acompañar, a nuestros alumnos, en ésta experiencia tan fuerte y honda de los Retiros Espirituales.
Estos nacen de la certeza que tenemos, nosotros como cristianos comprometidos que sólo podemos crecer en libertad si nos animamos a frenar, a mirar nuestra propia verdad y descubrir la presencia de un Jesús vivo que está ahí esperándonos para abrazarnos con ternura y misericordia.

Para nosotros, como catequistas del colegio, es un regalo muy grande que Dios nos hace, como una caricia al corazón el seguir siendo testigos de su obra amorosa en la vida de cada uno de nuestros “chicos”.
Y sentimos que este tesoro no nos lo podemos guardar sino que queremos compartirlo con todos ustedes, y la mejor manera que encontramos es dejarlos a ellos que expresen la experiencia vivida en los retiros.

Los Catequístas del Polimodal

“Me ayudó mucho porque me di cuenta de cuanto Dios nos quiere, no porque lo merezcamos sino porque Él es bueno. Me sirvió también para acercarme más a Él...” .
Carolina Graciano

“El retiro ayudó a relacionarme con Dios ya que entendí que Dios estuvo siempre conmigo al recordar mi pasado y que me ayudó muchisímo a superar mis problemas y salir adelante.
Sé también que no sólo tengo que recurrir a Él en los momentos difíciles, sino en todos los momentos de mi vida...También me ayudó a descubrirme a mí misma y a conocer a los otros, descubrir las hermosas personas que tengo a mi lado, me ayudó a descubrir que tengo que valorar todo lo que tengo.”
Yamila Barbara

“Lo recomiendo, porque te sirve de mucho ,tanto espiritualmente como para el grupo en general.
A mí particularmente me hizo ver las cosas desde otro punto de vista y podés poner en las manos de Dios todo tu dolor.”
Soledad Holosan

“Se lo recomiendo a otros chicos, porque va a descubrir que la vida es maravillosa y que tenemos gente muy valiosa alrededor. Que es una experiencia única y que no hay que desaprovechar la oportunidad para ir...te vas a descargar y eso te va a hacer bien porque hay cosas que son difíciles de contar, vas a darte cuenta de muchas cosas de ahora en más te van a servir por siempre.”
M. Belén Durigón

“Me di cuenta que antes cuando estaba mal yo creía que Dios no estaba, que no me acompañaba y pude abrir los ojos y darme cuenta que siempre está presente tanto en los buenos como en los malos momentos...me ayudó a darme cuenta a quienes tengo a mi alrededor, a valorar más lo que tengo y lo que es esencial para mí.”
Emiliano Corinaldesi

“Ahora tengo la certeza de que Jesús va a estar tomándome de la mano en cada paso que de, lo que me da mucha alegría y seguridad. Sé que ahora somos dos para soportar los malos momentos...”
Soledad Holosan

“Recomendaría participar porque yo aprendí muchas cosas, me relacioné con Dios, pude conocer a los demás muchísimo más y reflexioné sobre mi vida cosa que me ayudó mucho.”
Yamila Barbara

“Me dí cuenta que Él siempre está presente y que es gracias a Él seguimos de pie.”
Jesica Rodriguez

Hosted by www.Geocities.ws

1