De Desconocidos a Ídolos
Aunque un grupo de artistas se estaba ya
destacando en las producciones europeas como los preferidos del público,
fue un hecho acontecido en los Estados Unidos el que se considera como
el pistoletazo de salida del Star System. Florence
Lawrence era una actriz de la productora
Biograph cuyo rostro caló entre el público, que la empezó a
conocer como “la chica de la Biograph” y demandaba su presencia en las
películas. Carl Laemmle era un distribuidor
de films metido a productor que decidió contratar a
Florence Lawrence, en vista de que su fama
hacía subir la recaudación de las películas en que aparecía. Cuando en
1.910 Laemmle contrató a la
“chica de la Biograph” decidió utilizar
ciertos trucos para dar a conocer la noticia. En un falso reportaje
afirmó que la actriz había muerto en accidente de tranvía, en San Luis.
Posteriormente acusó a la Biograph de estar detrás de la falsa noticia,
lo que aprovechó para anunciar que la Lawrence estaba viva y que
trabajaba para su estudio, la IMP. La
llegada a San Luis de la actriz es la primera escena de histeria
colectiva de fans ante un actor, y la razón por la cual es recordada en
las historias del cine.
Mary Pickford
y Lillian Gish encarnaron durante la
primera época del estrellato el arquetipo de joven inocente pero
revoltosa. Frente a ellas, y como mujer fatal, mezcla de vampiresa y
prostituta, destacó Theda Bara. Y el
resultado posterior, la suma de ambos prototipos, fue el modelo con el
que triunfó Greta Garbo,
“la divina”. Al mismo tiempo florecieron
una serie de arquetipos masculinos entre los que destacaron el atlético
Douglas Fairbanks y el seductor
Rodolfo Valentino. Así, tanto el contenido
como la realización y la publicidad de las películas empezaron a girar
alrededor de las estrellas, quienes destacaron en las promociones por
encima de directores y productores.
Pero tanto poder pronto asustó a la
industria, y los productores intentaron reducir los honorarios de las
estrellas y someterlas a su control. Para ello crearon los contratos a
largo plazo, y boicotearon a las compañías creadas por los actores para
trabajar con total libertad. No es de extrañar pues que productoras como
la de la actriz Clara Kimball quebraran por
la negativa de las grandes empresas a exhibir sus películas. A pesar de
todo, ningún intento pudo acabar con la fuerza de los actores, a los que
el público escogía como sus favoritos, y su apogeo contribuyó al
crecimiento de Hollywood. Los arquetipos a
los que respondían en la ficción las estrellas (ficción que gran parte
del público confundía con la personalidad real de los actores) fueron
cambiando y adaptándose a los nuevos tiempos, pero su poder continuó
manteniendo a flote productoras y consiguiendo que sus films arrasaran
en taquilla.
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