Cine Mudo Europeo
A pesar de que el cine, entendido
como industria, creció en los Estados Unidos sobre el soporte que
representaron los estudios, la cinematografía como arte se desarrolló en
Europa. Es en el viejo continente donde, a principios del siglo XX,
evoluciona el cine desde el concepto de entretenimiento de masas hasta
convertirse en un arte con un lenguaje propio. Este desarrollo coincide
con un momento de fuertes cambios sociales, económicos y políticos en el
mundo occidental, que con llevan que el nuevo lenguaje sea considerado
un vehículo idóneo, por su modernidad y su inteligibilidad universal,
para comunicar los mensajes que producían los muchos “istmos” del
momento: comunismo, capitalismo, o bien para erigirse como detractor de
esas nuevas corrientes.
Los profundos cambios que iba a
sufrir Europa se inauguraron con la Revolución de Octubre en la Unión
Soviética. Para ilustrar de qué modo los nuevos dirigentes valoraron la
importancia del lenguaje cinematográfico, basta con recordar las
palabras del propio Lenín: De todas las artes, el cine es para nosotros
la más importante’.
De esta
conciencia, y del consiguiente apoyo a los autores, surgieron cineastas
de la talla deiSergei
M. Eisenstein,
(Acorazado Potemkin
1.925), quien
aportó al lenguaje filmado elementos de los que luego se han ido
nutriendo muchas generaciones de directores.
También el cine nórdico de los 20
destacó en el periodo mudo por su constante búsqueda del realismo y la
naturalidad más objetiva, y por la aportación a la industria de dos
grandes autores: Sjüstróm
(Los proscritos)
y StilIer (La
expiación de O Berling). La genialidad de
ambos directores les llevó hasta Hollywood, donde abandonaron los
componentes que habían caracterizado hasta ese momento su cine: la luz
de la fotografía, los espectaculares exteriores, la calidad de los
intérpretes y el compromiso social de las historias que narraban. En el
vecino cine danés cabe citar la importante figura de
Carl Theodor Dreyer (La
pasión de Juana de Arco 1928), su figura
más destacada. Gran Bretaña, a pesar de estar bien situada en los
tiempos de los pioneros de la industria, y de conseguir su propio y
pequeño Star System antes de la primera contienda mundial, no consiguió
afianzar sus posiciones y pronto fue mercado abonado para las
producciones americanas.
Durante la primera década del siglo
XX la producción italiana se exportó con facilidad, Grandes batallas y
epopeyas históricas rodadas en sus fabulosos escenarios naturales
hicieron de la industria itálica la primera “fabricante” de
superproducciones. Pero las nefastas condiciones en que quedó el país y
su economía tras la Gran Guerra desplazaron hacia EEUU la única
posibilidad de rodar películas de tanto presupuesto.
En general, en el resto de países
europeos la producción cinematográfica empezó con una década de retraso,
como mínimo, y se limitó a rodar historias muy localistas que no
aportaron novedades al lenguaje cinematográfico, en gestación aún
durante este periodo.
|