ELOÍSA, VIUDA 

Ya nunca te escribirá cartas de amor
    Él, el castrado.

Ya no aquellas tardes,
el libro de Ovidio olvidado en tu falda mientras 
ardorosamente se cruzaban las miradas amantes.
Ya no, aquello de engendrar hijos en tu vientre de niña
ni derramar por tu seno su espuma lactescente.
Ya no, lógica, dialéctica, silogismos,
ni revelar entre los sabios vuestro secreto enlace. Ya no.
Porque la raíz de esa mandrágora
   
arrancada
lanzó su grito más profundo:
latigazo     relámpago
aullido de dolor 
aullido de lobo
perro feroz
retumbante eco en la caverna de los siglos. 

Recluida para siempre en el convento, 
   
Priora Eloísa, 
tu oculto corazón de mujer sabe:
Él, el castrado, es y será “tu único”.  

Ya no escribirá cartas de amor
   
Pedro Abelardo,
sino otra carta: su Historia Calamitatum.

 


 

FUEGOS EN FUGA ® derechos reservados