Cuatro poetas: signo(s) y símbolos: cuatro mujer(es)  

 

La una: Cristina B.: de mujer a mujer(es): sublimiza el arca/arcano de la memoria. Como Rodin, esculpe la palabra. Como Brahms, traza sonoridades (a veces discontinuas). Pero no como Ovidio, sí como ella, metamorfosea formas. Invoca “la ira de Rimbaud”; oficia permanencias, la de Camila O’Gorman, “una mujer íntegra” y, por fin, convoca “el rostro”, el rostro “cambiado por la noche”, pero “el mismo de cada mañana...”. “¿El mismo?”, pregunta el poema. ¿O es “una máscara de metal en llamas”?  

Kelly Gavinoser

 


 

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