LOS AVELLANEDA

 

 

             Sobre esta familia ya  se ha escrito mucho, por lo cual, mi intención es sólo resumir las investigaciones  realizadas por otros genealogistas e historiadores.

            En el boletín número dos del año 1942 de la Junta de Estudios Históricos de Catamarca se publicó el artículo: “Ascendencia catamarqueña del presidente Avellaneda” de Cornelio Sánchez Oviedo. En este artículo se toman datos publicado por Carlos Calvo y se afirma que “El primer representante de tan gloriosa estirpe que llega a tierras del Virreinato del Río de la Plata, lo fue don Gaspar de Avellaneda, oriundo de Villa la Puerta, Señorío de Vizcaya. Ostentaba el titulo de Señora de la Casa de Avellaneda”. Lamentablemente el señor Sánchez Oviedo y el Señor Carlos Calvo erraron al entroncar a los Avellaneda tucumanos y catamarqueños con Don Gaspar de Avellaneda. El artículo de Sánchez Oviedo fue duramente criticado por Diego Luis Molinari quien dio apreciaciones personales sobre este tema en el Boletín de la Junta de Estudios Históricos de Catamarca N: 1 Año 4 de 1944. Recién en 1972 el señor Gaspar  Guzmán publicó “La Ascendencia catamarqueña del presidente Nicolás Avellaneda” en el que  demuestra documentalmente la verdadera versión del entronque de esta ilustre familia.

            El esquema que presentamos a continuación fue elaborado sobre la base de las investigaciones realizadas por la Sra. Elsa Andrada de Bosh, eximia genealogista catamarqueña, y el trabajo del Señor Jorge Corominas, vicepresidente del Centro de Estudios Genealógicos de Tucumán. La primera publicó su trabajo en el diario catamarqueño “La Unión”, entre el 12 y el 18 de octubre de 1987. El señor Corominas hizo lo propio en el libro “Los Vascos en América”, Tomo III de la fundación Vasco-Argentina Juan de Garay (Bs. As. 1996). El señor Crominas se centra en la primera etapa de la historia de la familia que trascurre en Tucumán y la Sra. De Bosh se refiere a la parte catamarqueña de la misma. Las notas al pie de pagina se refieren a las investigaciones efectuadas por el autor de estas líneas, que no son mas que pequeños agregados a los excelentes trabajos mencionados.

           

 

Esquema genealógico:

 

            Desde Beci, en la Encartaciones de Vizcaya, llegaron a América: Don Simón de Peñuecos y Avellaneda y su hermano Don Andrés de Peñuecos y Avellaneda. Este último residía en San Miguel de Tucumán en 1693 y falleció en la Rioja antes de 1696.

 

I)       Don Simón de Peñuecos y Avellaneda. Había nacido en Beci hacia 1655, pasó a América y se estableció en San Miguel de Tucumán alrededor de 1680. En esta ciudad contrajo matrimonio hacia 1681 con Doña Catalina López de Villacanes, hija legítima del Capitán Francisco López de Villacanes, natural de la Rioja  y de Doña María Abad Chavero, natural de Tucumán. Los abuelos paternos de Doña Catalina fueron el Escribano Francisco López de Villacanes y Doña Catalina Díaz de Loria, vecinos de la Rioja y los abuelos maternos fueron El capitán Diego Abad Chavero, natural de Santiago del Estero y Doña Leonor Ceballos Morales. Don Simón de Peñuecos y Avellaneda tuvo una destacada actuación en la vida política y económica de la ciudad de San Miguel de Tucumán. La última referencia que tenemos de él es del 25 de octubre de 1708, en donde se dice que estaba “muy enfermo en la cama de gravísima enfermedad”. Don Simón de Peñuecos y Avellaneda firmaba como “Peñuecos”, “Peñuecos y Avellaneda” o simplemente “Avellaneda”. Termino siendo conocido como “Avellaneda”, trasmitiendo este apellido a su descendencia. Doña Catalina, su esposa, dio poder para testar a favor de su hijo el 29 de junio de 1710. El único vástago de Don Simón y Doña Catalina fue:

 

II)     Capitán Don Tomas de Avellaneda y López de Villacanes. Nació en la ciudad de Tucumán (en su primer asiento en Ibatín) hacia 1683. Siguiendo los pasos de su padre, tuvo una gran actuación política y económica en la ciudad que lo vio nacer. Fue miembro permanente del Cabildo por más de 30 años. Contrajo matrimonio con Doña Juana de La Vega y Hoyos, natural del Valle de Catamarca. Esta señora descendía del General Antonio de la Vega y Castro, oriundo de Pontevedra, Galicia quien peleó en las guerras calchaquíes y había participado en las “entradas” al Chaco. Este general contrajo matrimonio con Doña Petronila de Agüero, hija del Maestre de Campo Francisco de Agüero, estequeño radicado en el Valle de Catamarca y de Doña Luisa de la Vega. Fruto de esta unión fue el Sargento Mayor Don Antonio de la Vega, segundo en llevar este nombre, quien casó con Doña María de Hoyos, hija del Capitán Luis de Hoyos y de Doña Isabel Gómez de Ávila, descendiente del Capitán Miguel Álvarez de Ávila. Del matrimonio de Don Antonio de la Vega (2do) y de Doña María de Hoyos, nació Doña Juana de la Vega, esposa de Don Tomas de Avellaneda. A partir del casamiento de Don Tomás con una catamarqueña, este empieza a ausentarse por largos períodos de su ciudad natal. Muchas veces aparece pidiendo licencia para viajar a la jurisdicción vecina. No sabemos cuando murió Don Tomas, seguramente falleció en Catamarca. Una vez viuda, Doña Juana de la Vega se radicó definitivamente en su ciudad natal llevando con ella a sus hijos. La Sra. de Bosh nos asegura que Doña Juana no contrajo segundas nupcias como afirmó el Sr. Gaspar Guzmán. Los hijos de Don Tomas y de Doña Juana fueron los siguientes:

 

1) Doña María de Avellaneda y de la Vega. Nació en Tucumán y falleció siendo soltera en Catamarca y fue sepultada en la Matriz de esa ciudad el 20 de enero de 1744.

2) Capitán Don Tomás de Avellaneda y de la Vega. Nació en Tucumán y falleció soltero antes de 1788, sin haber testado.

3) Maestre de Campo Simón de Avellaneda y de la Vega. Inicia la Rama Primera

4) Maestre de Campo Ignacio de Avellaneda y de la Vega. Inicia la Rama Segunda.

 

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