Ivonne Bordelois
Exorcismo
Y yo me iré. Se quedarán los pájaros
cantando.
Y yo me iré.
Me iré y me quedaré.
Me quedaré en los pájaros, cantando.
El poema
Todavía son palabras.
Ningún pájaro vendrá
para jugar
sobre estas letras.
¿Cómo esperar el hecho,
la experiencia, el temblor,
bajo la rama verde
de la música prometida,
silenciosos, pero no quietos,
callados, pero no inertes?
¿Habrá que leerlas no sólo con los ojos,
sino con algo por decir en ellas?
¿Decir “nosotros” quedamente y esperar,
hacer la prueba,
desafiar a que alguna vez digan “nosotros”?
¿Decir “el universo”, con estas palabras
y que lo digan,
una noche silenciosa,
en la cual encuentre yo
la puerta y tú la entrada
y la tierra confirme nuestra patria?
Ha de llegar esa vez,
como una cita, haciendo el lugar
del raro encuentro,
y algún pájaro vendrá sobre las letras,
y la música también.
¿Habrá que seguir esperando
entre la letra? ¿El hallar un yo la puerta
y otro tú la entrada? ¿Cuántos más?
Habrá también el viento
y un árbol solidario,
seguramente habrá otras cosas.
Y junto a ti el salmista
de palabra extrañada.
Nocturno Hindú
“...¿oyes? Alguien llora por la
maldad del mundo”
Antonio Tabucchi
Alguien llora
mientras escribo este poema
No es el rumor del agua
ni el viento entre las hojas
una rama en el río a la deriva
y el poema pregunta y pregunta
la dulce lámpara encendida
pero sé de la luz que se apaga
Alguien llora
y nada deja de suceder
una rama en el río a la deriva
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