La lírica eólica, consistente en canciones ligeras a menudo imbuídas de pasión, está representada por Alceo y por Safo de Lesbos. La poetisa escribió epitalamios (cantos de himeneo), elegías, epigramas y odas, nueve libros que se conservaron por espacio de varios siglos, perdiéndose luego, salvo algunos fragmentos (unos 600 versos). Entre los que hoy conocemos dos son de cierta extensión: la Oda a Afrodita, conservada por Dionisio de Halicarnaso, y la llamada Oda Anactoria, que nos ha transmitido Longinos. Safo nació en la isla de Lesbos, probablemente en Mytilene a fines del s.VII a.C. y murió en fecha incierta. Tenía tres hermanos Lárico, Caraxo y Eurigio. Al primero se refiere con mucho cariño su hermana; Caraxo se arruinó por una cortesana, según se deduce de una oda en la que le reprende enérgicamente. Se cree que, a consecuencia de una disputa con el político Pitaco, sufrió exilio en Pirra y luego en Sicilia. Viuda en su juventud , crió una hijita llamada Kleis.Consagrada a la poesía gozó ya en vida de una fama inmensa. Participó en las 42 Olimpíadas. Era la Maestra de una escuela para mujeres jóvenes. Ella las llamaba “hetairas” (compañeras) y les enseñaba música, poesía y danza. “Recordemos el ambiente donde se movía. Una clase social dedicada en gran medida a los festejos y el lujo...Enormes jardines rodean el edificio de la escuela lésbica y una total armonía reina entre ellas, es una gran familia. Se ayudan unas a otras en el arreglo personal, las labores domésticas y artísticas, y lo más importante, mediante el diálogo y las confidencias conocen sus almas.¿Cuál era el tema preferido de estas mujeres? Sin duda el amor. La edad juvenil las lleva hacia él, y también el motivo por el que están allí: la preparación para el matrimonio, una especie de iniciación. El momento adecuado para tomar una actitud adulta y poder juzgar sobre virtudes y defectos.” (Safo por María Garro). Sus discípulas más distinguidas fueron Erina de Telos y Damófila de Panfilia, celebradas por la posteridad.

La luna ha desaparecido, las Pléyades
también, y es medianoche y las horas 
pasan de largo, y yo estoy acostada,
sola
*
Amor ha agitado mis entrañas
como el huracán que sacude
monte abajo las encinas.
*
Irremediablemente, como la noche
estrellada sigue al rosado ocaso, 
la muerte sigue a toda cosa viviente, 
y al final la arrebata.

 

 

 

 


Hosted by www.Geocities.ws

1