|
CARTA “A DIOTIMA” |
|
||||||||||||||||
¡Aquí está nuestro Hyperión, amada! Este fruto de nuestros días felices te dará, a pesar de todo, un poco de alegría. Perdóname que haga morir a Diotima. Recordarás que sobre eso no estábamos plenamente de acuerdo; pero he pensado que el plan general imponía esta solución. Bienamada, te agradezco todo lo que allí se dice de ella y de nosotros, de la vida, de nuestra vida; y más sinceramente aun si considero que a veces soy tan torpe. Si yo hubiera podido, tranquilo, libre, y a tus pies, llegar a ser un artista; entonces sí, creo que rápidamente habría logrado ese verso que imagino en sueños, con gran sufrimiento de mi alma; y que a menudo me invade en pleno día con su muda desesperación.Vernos privados de la dicha que podríamos proporcionarnos, justifica todas las lágrimas que hemos llorado durante años; pero saber que además podríamos perecer, con lo mejor de nosotros, sólo porque estamos separados, ya es intolerable. Te diré que esto me torna tan silencioso a veces, porque quisiera huir de tales pensamientos. Desearía ser insensible, y olvidar todo; pero tu enfermedad, tu carta me han demostrado nuevamente que todavía sufres. Yo, mientras tanto, sólo sé llorar, como una criatura. Dime qué es preferible: ¿callar lo que está en nuestro corazón, o confesarlo? Siempre he parecido cobarde, por consideración hacia ti; siempre simulé que podía soportar todo, como si fuera realmente mi destino depender de los hombres y de las circunstancias; como si no latiera en mí un corazón firme, libre y fiel, con su derecho al más precioso don, ¡oh mi vida adorada! A menudo me privé, renuncié al amor más necesario,y aun a tu recuerdo, solamente para vivir este destino, para ti, lo más suavemente posible. Y tú, tú tan apacible, te debatías para lograr la paz; oponías una fuerza heroica al sufrimiento, callando lo que no se podía modificar; escondías, sepultabas en ti la eterna elección de tu corazón. Por eso, todo se torna a veces en tinieblas ante mis ojos, y no sabemos más lo que somos o lo que poseemos, no nos reconocemos casi. Esa lucha sempiterna, esas contradicciones del íntimo espíritu te consumirán lentamente, si ningún Dios acude a atenuarlas; sólo me resta entonces perecer, ante tu destino y el mío; o consagrarme exclusivamente a ti; y buscar contigo la solución que ponga un límite a nuestro combate. |
||||||||||||||||||
|
||||||||||||||||||
MITAD DE LA VIDA Con amarillas peras Y llena de silvestres rosas. Cuelga la tierra sobre el lago. Oh vosotros, dulces cisnes, Ebrios de besos Hundís la cabeza. En frescas aguas consagradas.
(versión de Rodolfo Modern) |
LAS LÍNEAS DE LA VIDA Las líneas de la vida son diversas; cual rutas son, cual bordes de montañas. Lo que acá somos, puede completar allá un dios con armonías y gracia y paz eternas. |
|||||||||||||||||